Con apenas 19 años, con esa planta de joven promesa del baloncesto, Kwasi Kwarteng saltó por primera vez a la fama por decir dos veces «fuck» (joder) en un programa de la cadena BBC, que tuvo que pedir disculpas a los telespectadores.
Esto ocurrió durante la transmisión en directo del concurso University Challenge, en el que Kwarteng representaba al Trinity College de Cambridge en el eterno pulso contra Oxford. Su prodigiosa capacidad para responder a todas las cuestiones más insospechadas se vio de pronto interrumpida cuando le cayó la pregunta del millón: «¿Quién es el autor de Viajes con mi burro?».
El espigado estudiante de historia y cultura clásica tragó saliva. Y en cuestión de segundos perdió la compostura. «Fuck!», dijo primero. «Lo he olvidado», reconoció después. «Fuck!», otra vez (el autor es Tim Moore).
El cabreo del empollón Kwarteng -que habla varios idiomas, entre ellos griego, alemán, francés, italiano y hasta «un poco de árabe»- pasó a los anales de la televisión británica en 1995, aunque estos días ha vuelto a circular el vídeo del concurso por las redes como muestra fehaciente de la capacidad intelectual y del temperamento explosivo del secretario del Tesoro y gran disruptor de la economía británica.
Hay otra anécdota que define también su carácter, cuando le entrevistaron para ingresar en la Universidad de Cambridge y adoptó una postura de clara superioridad, hasta el punto de llegar a decirle al final a su entrevistador novato: «No se preocupe, señor, lo ha hecho usted muy bien».
Pongamos que Kwasi Kwarteng nació en 1975 en el barrio londinense de Waltham Forest, hijo de inmigrantes acomodados de Ghana (el padre era economista y la madre era abogada). Kwarteng recibió la privilegiada educación británica y pasó por Eton, siguiendo así la estela de David Cameron, Boris Johnson y tantos otros.
Kwarteng estudió en Cambridge y también en Harvard, y acabó dejando las letras para dedicarse a los números: Fue analista de JP Morgan y gestor de fondos de alto riesgo en Odley Asset Management, propiedad del millonario donante de los tories Crispin Odley.
Salto a la política
Su salto a la política, en el escaño conservador de Spelthorne, no se hizo esperar. Kwarteng llegó al Parlamento de la mano de David Cameron en el 2010, y un año después se desmarcó con un libro crítico sobre el colonialismo británico: Fantasmas del Imperio.
Curiosamente en 2012 Kwarteng participó junto a Liz Truss en otro libro colectivo -Britannia Unchained- que allanó el camino al Brexit y abogaba por las políticas neoliberales que ambos defienden ahora, aunque incluía también una severa advertencia: «El Gobierno que pierde el control de sus finanzas pierde el control de su destino».
Pese a su currículum intachable (sin contar el «fuck» del concurso televisivo), Kwarteng permaneció en la retaguardia conservadora hasta que Theresa May le ascendió a subsecretario del Departamento del Brexit, en las postrimerías de su Gobierno fallido. Boris Johnson también se apoyó luego en él y Kwarteng fue subiendo enteros hasta llegar a secretario de Empresas, mientras subía también su cotización como miembro del influyente «clan de Greenwich», al que también pertenece la premier Liz Truss.
Tras la caída de Boris Johnson, Kwarteng dio el apoyo incondicional a la candidatura de su vecina, y parece que fue en un pub local, el Ricardo I, donde la extraña pareja concibió esa colección de recetas económicas -las ya bautizadas como «Trussonomics»- que han sido las que provocaron el desplome de la libra y el desplome financiero a las primeras de cambio, en pocos días.
ÉLITE ECONÓMICA
La diputada laborista Rupa Huq definió a Kwarteng como «superficialmente negro» y fue sancionada por ello, por más que ella intentó explicar que lo que quería denunciar era la connivencia del primer secretario del Tesoro negro con la elite económica. Algo que ya ha quedado demostrado precisamente por su participación en una fiesta de financiero con champán después de anunciar el mayor recorte fiscal del Reino Unido en siglo.
Según reveló The Sunday Times, el secretario del Tesoro británico celebró con champán y en una fiesta de financieros la presentación del así llamado «presupuesto de los ricos», la polémica decisión de reducir el tipo impositivo para las rentas altas del 45% al 40%.
La humildad era un rasgo que no encajaba precisamente en el largo historial de este hombre de 47 años, muy celoso de su intimidad (está casado desde hace tres años con la abogada Harriet Edwards y es padre de una hija). Kwarteng ha sorprendido sin embargo a propios y extraños asumiendo su error con la propuesta polémica de hacer una rebaja fiscal a los más ricos en un momento en el que millones de británicos se debaten entre recortar cesta de la compra o pagar la factura de la luz.
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