ACTUALIDAD ECONÓMICA
La semana geoeconómica

Por qué el fundador de ChatGPT apuesta por la fusión nuclear y cómo Reino Unido se enfrenta a un nuevo frío y oscuro invierno

El creador de la herramienta de IA más conocida tiene una segunda actividad, menos conocida; los británicos van a pagar un 10% más por su electricidad este invierno... y otras seis claves de la geoeconomía semanal

Sam Altman, ceo de ChatGPT.
Sam Altman, ceo de ChatGPT.
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Esta semana viene cargada de energía y eso, más temprano que tarde, es algo que siempre se acaba notando en los bolsillos de los ciudadanos. Pasen y lean.

El CEO de ChatGPT apuesta por la fusión nuclear

Aunque Sam Altman es conocido en todo el mundo por ser el CEO de OpenAI, la empresa de ChatGPT, también es presidente de Helion, una compañía cuyo objetivo es tener un reactor nuclear de fusión comercial operativo en 2028 que suministre energía a Microsoft. Aunque ese plan parece inalcanzable, Altman ha puesto en Helion 347 millones de euros de su propio bolsillo. Ese interés se debe tanto a que la Inteligencia Artificial (IA) consume cantidades inmensas de energía como a que la fusión nuclear parece más cercana desde que, en 2022, un laboratorio estatal en EEUU logró, usando esa técnica, un saldo de energía neto positivo (es decir, producir más energía de la que se consume). Helion, que está valorada en 3.420 millones de euros, ha prometido a cada miembro del equipo que trabaja en el prototipo de reactor nuclear de fusión Polaris 92.500 euros entre cash y acciones si logra que sea operativo el 14 de octubre.

Afganos en una mina del país.
Afganos en una mina del país.

El Afganistán de los talibán, ¿potencia minera mundial?

Anteayer se cumplieron tres años desde que el general Christopher Donahue se convirtió en el último soldado de EEUU en salir de Afganistán. Desde entonces, ha sobrevivido gracias a los cinco millones de euros diarios de ayuda internacional humanitaria. Pero ahora eso está cambiando. Según Financial Times, los talibán han concedido licencias para abrir 200 minas en el país por valor de varios miles de millones, sobre todo a empresas de China e Irán. El presidente de la Cámara de Comercio Afgano-Estadounidense, Jeffrey Grieco, ha trasladado a Kabul el interés de las empresas de EEUU por explotar los yacimientos de esmeraldas del Valle del Panjshir. Es una trágica ironía histórica, porque esos yacimientos financiaron a la guerrilla antisoviética y antitalibán de Ahmad Shah Masud, el mítico líder de la resistencia afgano asesinado por Al Qaeda en 2001 al que Ken Follett dedicó su best-seller El valle de los leones.

Operarios en un centro de datos.
Operarios en un centro de datos.

¿Es realmente sostenible la tecnología?

La tecnología suele presentarse bien como la solución a todos los males de la Humanidad, bien como una amenaza existencial para el homo sapiens. Pero lo que se da por hecho es que es sostenible. Pues tampoco. No es solo por el descomunal consumo de energía de la Inteligencia Artificial, que se trata en estas mismas páginas, sino también de algo mucho más precioso: agua. El año pasado, los centros de datos de EEUU gastaron 283 millones de litros de agua, o sea, la cuarta parte del consumo de Londres o París, fundamentalmente para enfriar los ordenadores que están en ellos. El aumento del consumo es, además, dramático. El estado de Virginia, en EEUU, que tiene la mayor concentración de estas instalaciones en el mundo, es un buen ejemplo de esa crisis que se avecina. Sus 474 centros de datos consumieron en 2023 un 63% más que en 2019. Según Bank of America, los centros de datos son el décimo consumidor de agua de EEUU.

Xi Jingpin y Vladimir Putin durante uno de sus encuentros.
Xi Jingpin y Vladimir Putin durante uno de sus encuentros.

Otro golpe a la supuesta alianza entre China y Rusia

Ya es casi oficial: el proyecto de gasoducto Power of Siberia 2 (un juego de palabras de la palabra power, que significa poder, pero también energía), que en teoría iba a suponer un paso más en la alianza entre Rusia y China, se ha ido a dormir el sueño de los justos. El nuevo Gobierno de coalición de Mongolia, por donde debe atravesar el tubo en su ruta de 2.594 kilómetros de Siberia Occidental al Oeste de China, no ha incluido en los presupuestos de sus próximos cuatro años, aprobados hace diez días, ninguna dotación para él. Pekín no solo no ha apoyado explícitamente nunca el Power of Siberia 2, sino que, encima, ha exigido a Rusia un precio ridículamente bajo por esa energía. China no quiere depender de Rusia en materia de gas, un hidrocarburo que además puede comprar a la república exsoviética de Turkmenistán. Para Moscú es un problema serio, porque no encuentra mercados donde vender el gas que Europa ya no le compra.

El premier británico, Kier Starmer.
El premier británico, Kier Starmer.

Se avecina un invierno frío y oscuro en Gran Bretaña

Los británicos van a tener que pagar un 10% más por la energía eléctrica en el periodo que va de octubre de este año a septiembre del que viene. Esa es la previsión del regulador, Ofgem, publicada la semana pasada. La subida implica que un hogar estándar pagará 1.717 libras (2.038 euros) en 12 meses, una cifra lo bastante alta como para que el 25% de los hogares del Reino Unido no descarten limitar el uso de agua caliente y calefacción este invierno. Entre las familias con hijos, que suelen consumir más, el porcentaje llega al 31%. El alza de precios, además, va a doler más por una cuestión política: el nuevo Gobierno laborista de Keir Starmer va a reducir las subvenciones que habían establecido los conservadores al consumo de energía por los pensionistas, una medida que va a ser aplicada por las autoridades de Escocia, que tienen competencias en la materia, aunque no por las de Irlanda del Norte.

China quiere seguir creciendo a base de inundar el mundo con sus productos

El Gobierno de China parece haber decidido que va a mantener el crecimiento del PIB en el 5% a base de exportar. Y, para ello, ha obligado a los bancos a redirigir sus créditos del sector de la construcción y el ladrillo al industrial. A eso se han sumado las subvenciones del Estado. Según la empresa de análisis de datos Wind, las cotizadas en sus dos mayores Bolsas, las de Shangái y Shenzen, recibieron un 23% más en subsidios en 2023 que en 2019, justo el último año antes del Covid, cuando China aún crecía al 7% anual. Con esa política, Pekín aniquila a nivel mundial a la competencia en sectores como los coches eléctricos -de ahí vienen los recientes aranceles impuestos por EEUU y la UE-, la energía solar y eólica, y la siderurgia. El próximo paso va a ser inundar el mundo de microprocesadores de nivel medio, dado que en los avanzados EEUU tiene un virtual monopolio que, además, las políticas comerciales de Trump y Biden han reforzado. n