Lo normal es deducir que una startup o cualquier otra empresa tecnológica cuente en el corazón de la plantilla con un grupo de ingenieros capaz de solventar una amplia variedad de desafíos hasta crear el bastidor necesario para competir en el concurrido espacio de la innovación. Si uno piensa en TravelPerk, Cabify, Factorial o Seedtag, ni por asomo imagina que lo que las hace especiales provenga en realidad de un proveedor externo. Y, sin embargo, la figura de la boutique existe y presta servicios que permiten romper el paradigma del emprendimiento y abrazar fórmulas menos convencionales.
Una de ellas, explica Francisco Moreno Balboa, CEO de Logixs, consiste en dejar en los huesos la parte fija de la estructura empresarial. La firma española, encapsulada en esa filosofía del desarrollo para terceros de herramientas de inteligencia artificial generativa (y otras), facilita que un equipo fundador cuente con lo imprescindible para echar a andar: un CEO, un responsable del área comercial y marketiniana y un director de IA, dejando el resto del organigrama sujeto a la subcontrata. "En España se sigue el modelo del yo mismo me encargo de todo, pero en Silicon Valley ese esquema minimalista cada vez lo buscan más los fondos de venture capital. Se trata de proteger un pequeño núcleo laboral que no se cargue de costes ni sea penalizado por los fallos o el mantenimiento. Al final te gastas en esencia lo mismo. Durante los tres últimos años hemos trabajado con siete u ocho startups que abonaban una tarifa de 200.000 euros al año para que Logixs implementase las soluciones tecnológicas requeridas".
La compañía que dirige Moreno Balboa emplea a 55 personas, facturó 3,3 millones de euros en 2024, cuenta con una treintena de clientes bajo la premisa B2B, exhibe un ebitda positivo del 20% y obtiene la mitad de sus ingresos de la IA. "Nos diferenciamos con proyectos de cierta complejidad. Cuando el Santander quiso unificar todas sus aplicaciones europeas en una sola app, nosotros estuvimos ahí. Hemos apoyado a Orange desde el minuto cero cuando decidió crear su banco. Y hemos participado en la iniciativa del Gobierno con el bono cultural", ejemplifica el CEO. Otros clientes de la marca son o han sido Evo, Red.es, Komobi y REX.
Aunque en su origen Logixs fue una spin-off de la Universidad de Granada, institución que siempre ha procurado alinearse con esta herramienta tan de moda, ya no hay rastro del profesorado en sus entrañas. El negocio se articula así: se analizan con afilado sentido de la anticipación las tendencias que moldean los mercados disruptivos, se crea un laboratorio para cada tecnología emergente y se estudian casos de uso que posteriormente se convierten en soluciones para startups con un perfil muy definido, ya que suelen encontrarse en etapas de crecimiento y contar con una valoración superior a los diez millones.
Antes del revolcón propiciado por OpenAI con su ChatGPT (noviembre de 2022), el equipo liderado por Moreno Balboa decidió sumergirse en la IA generativa y vio venir el alud. "Era obvio que estábamos ante una revolución. Nuestro departamento de IA pasó de dos personas a treinta en apenas 12 meses. También nos posicionamos como socios de las big tech. Colaboramos, por citar dos casos, con AWS (Amazon) y Google y el laboratorio nos permite
hacer gemelos digitales y apreciar cómo los LLMs funcionarían en diferentes contextos. Al final ofrecemos un pull con los modelos que mejor se adaptan a cada empresa y proyecto".
Para describir la sofisticación que envuelve sus incursiones, Logixs pone sobre la mesa la referencia de Komobi y su plataforma Livelink, que funciona como un dispositivo electrónico basado en internet de las cosas y capaz de detectar accidentes de motocicleta. "En España veo mucho asistente virtual y mucho prompt (las instrucciones que se dan a la IA para interactuar con ella), pero en Logixs tenemos una aproximación más de ingenieros, más de tunear la IA. Cualquiera utiliza ChatGPT como base", pero el salto cualitativo exige más.
Tres son los sellos que Moreno estampa sobre el currículo de la compañía para avalar su trayectoria. El primero es Carolina, un asistente de voz "tan natural que es posible interrumpir la conversación para hacerle una pregunta o matizar un concepto sin que la IA pierda el hilo y sin apenas latencia". Además, "se puede conectar a cualquier LLM". El segundo es un agente "360" para la venta de coches. Esta acción se prepara para un potente cliente presente en 50 países con más de 40 marcas. "El agente es capaz de adaptarse a esas marcas, la regulación nacional y las peculiaridades locales. Nos dirigimos a la era de las interfaces conversacionales con el beneficio añadido de la eliminación de barreras digitales para mayores y personas con problemas de accesibilidad".
El tercer elemento es un modelo de IA basado en Llama (Meta) y adaptado al sector médico que cualquier clínica puede acoplar a sus flujos de trabajo, de modo que un doctor disponga de la transcripción de una consulta, la descripción de los síntomas, el historial y los tratamientos aplicados. Este copiloto también está adiestrado para formular sugerencias al profesional, aunque no le está permitido emitir un diagnóstico. Actualmente, Logixs moldea "con una empresa aliada" dicho asistente para ponerlo a disposición de una red independiente de médicos online a escala internacional.
Varios asuntos copan el debate de la geo-tecnología. Uno es la carrera de la IA, donde EEUU domina, China achica la brecha y Europa sigue sumida en una pájara de consecuencias imprevisibles. Moreno Balboa, que ha vivido en Estados Unidos, lo resume así: "Los americanos son valientes y confiados, arriesgan mucho y si se equivocan extraen enseñanzas y siguen adelante. A China le da lo mismo clonar personas u ovejas, espiar con cámaras a sus ciudadanos e inaugurar el primer hospital del mundo donde el criterio de la IA prevalece y los doctores simplemente supervisan. Y si ahora muere gente por un mal diagnóstico de la IA, pues ya morirá menos gente cuando se perfeccione".
Otro alude a la privacidad. Hace dos años, con el boom iniciado por OpenAI, los LLMs se atiborraban felizmente de intimidades del usuario para entrenarse. "Se supone que está todo más controlado hoy, pero en el fondo eso es dudoso, ya que, a falta de datos reales, los modelos se entrenan con datos inventados y los resultados no son buenos". En la esfera de la ciberseguridad descuella un tercer problema, el poisoning, un método que el cibercrimen utiliza para inyectar información errónea a la IA y provocar que se entrene mal y arroje imprecisiones.
Y luego está la enredadera social. "Nos estamos idiotizando a un ritmo vertiginoso. Entrevistamos a más de 30 consultores y todas las entrevistas parecían la misma porque los candidatos se habían preparado con la ayuda de ChatGPT. El ser humano será mucho menos creativo en sólo unos años y su capacidad de deducción se verá reducida drásticamente", vaticina el CEO de Logixs..