MACROECONOMÍA
Entrevista

Ignacio de la Torre (Arcano Partners): "España no es perfecta, pero sí un país bastante razonable para invertir"

Su informe 'The case for Spain' en 2012 cimentó su reputación como uno de los gurús de la economía española. Su visión sigue siendo en muchos aspectos -de la economía de España y de la del mundo- 'contraria' a la del consenso del mercado

Ignacio de la Torre en la sede de Arcano en Madrid.
Ignacio de la Torre en la sede de Arcano en Madrid.SERGIO GONZÁLEZ VALERO
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En diciembre 2012, cuando España estaba tambaleándose tras el rescate de las cajas de ahorros, el economista Ignacio de la Torre, de la gestora de fondos Arcano Partners, publicó un informe de 80 páginas, The Case for Spain (El caso en favor de España), en el que defendía la competitividad de la economía española (aunque también apostaba por un 'rescate suave' que al final no se produjo). Aquel estudio cimentó la reputación de De la Torre como uno de los gurús de la economía española. Su visión sigue siendo en muchos aspectos -de la economía de España y de la del mundo- 'contraria', aunque en su caso ésa no es una estrategia de mercado, sino un resultado de su análisis.

La prensa anglosajona suele comparar la crisis inmobiliaria de China con la de Japón en los años 90. Usted la ha comparado con la de España.
Creo que si alguien está cualificado para analizar China es un español, porque puede predecir lo que va a pasar: quiebras de promotores, lo que hará que sus activos -que en muchos casos valen menos del precio al que están valorados- acaben en la banca, que aplicará la política de la "patada p'alante", o sea, de no reconocer las pérdidas. Un sector bancario que no reconoce las pérdidas no financia la economía, y una economía adicta al crédito donde el sistema bancario no funciona, tiene en el medio plazo un problema de crecimiento muy grave.
¿Qué implicaciones tiene para el resto del mundo?
Bastante exiguas. Por el lado del comercio exterior, Occidente exporta a China en promedio entre un 1%, que es el caso de España, y un 1,5% del PIB, así que el impacto es bastante pequeño. Una crisis financiera en China tampoco me preocupa, porque China tiene un sistema de capitales cerrado. Si Lehman Brothers cae, afecta a Deutsche Bank. Si cae un banco chino no va a afectar al sistema financiero mundial. El tercer riesgo es que China construya muchas menos casas o infraestructuras, pero eso tiene un impacto marginalmente positivo porque abarata el coste de construcción.
¿Qué pasa con los países en desarrollo?
Afecta negativamente a los que producen materias primas y tienen a China como principal cliente, es decir, África subsahariana o la cuenca andina. También es malo para los receptores de turismo chino, como Tailandia. Y, finalmente, golpea a los países vecinos de China que exporten mucho a ese país. China tiene un PIB de casi 18 billones de dólares, así que su crisis va a hacer que la economía mundial crezca menos, pero eso no quiere decir que nos afecte muy negativamente a todos. Además, es matemática pura que el crecimiento chino sea exiguo, porque tiene una amenaza brutal debido a su demografía. Yo creo que China crecerá al 3%-3,5% de aquí a final de la década, y al 2%-2,5% a partir de 2030, porque va a perder un punto de población al año. Cuando se está en esa situación, no salen otros números, por mucha productividad que generes.
Hablando de productividad, usted es muy optimista acerca del papel beneficioso que va a tener la Inteligencia Artificial (IA) en la productividad. ¿Por qué?
Primero, porque es muy fácil de usar. Hasta mi madre puede hablar con una máquina si ésta le responde de forma clara y concisa. Y segundo, porque tiene un aspecto muy práctico que hace que al usarla se genere fácilmente productividad.
¿Cómo es eso en la práctica?
Un ejemplo: una empresa estadounidense del Fortune 500 que tiene un call-center en Filipinas para servicio al cliente engancha un gran modelo de lenguaje de IA que escucha a todos los vendedores y se fija en los más eficientes. Con eso, la productividad ha subido el 14% en seis meses, tal y como ha publicado el MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts). Y otro: un bufete de abogados toma todos sus datos de los últimos 40 o 50 años y los sube a Azure [la nube de Microsoft]. Azure ofrece un gran modelo de lenguaje, el Llama 2, de Meta, y lo lanza sobre esos datos. Así que, cuando el bufete quiere un borrador de un contrato de una fusión de empresas, Azure le ofrece un documento excelente porque ha analizado todos los datos que tiene ese bufete desde hace décadas. Eso genera muchísima productividad.
Y muchos despidos. ¿Cuál va a ser el impacto social?
Va a haber despidos sobre todo entre la gente joven, así que va a crecer la desigualdad generacional, que ya es muy preocupante. Y no se trata de despidos solamente de obreros industriales, sino de gestores con puestos de trabajo altamente remunerados. No, no, no. Que es que lo que he dicho antes, esta tecnología va a destruir. Esto no va a ser como meter robots en una fábrica de coches. Dicho esto, los artículos publicados concuerdan en que la IA generativa puede hacer que los incrementos de productividad se dupliquen. Y eso puede hacer que se reequilibre la balanza de poder entre empresas y trabajadores, que lleva favoreciendo a las primeras desde mediados de la década de los setenta.
¿Por qué?
Porque los baby boomers se están jubilando, y hay menos gente joven, así que el factor trabajo está empezando a tener más poder a costa, claro, de una caída de los márgenes empresariales. Y la única forma de defender el margen es generando más productividad. Por eso la IA es tan estratégica, porque puede ayudar a las empresas a afrontar la escasez de personal sin necesidad de sacrificar márgenes. Con ese aumento de productividad, por ejemplo, el PIB de Estados Unidos podría crecer al 3% y el de la UE al 2%, lo que podría cerrar los déficit fiscales, reducir la jornada laboral y provocar un aumento sólido de los salarios sin dañar los márgenes de las empresas.
Usted se hizo conocido precisamente por un informe, The case for Spain, durante la crisis del ladrillo, en el que defendía que la economía española tenía futuro, en un momento en el que muy pocos lo creían. Ahora usted también está en el lado más optimista.
Cuando un inversor mira a España, ve una economía que va a crecer al 2% frente a una economía europea que va a crecer la mitad. Y, por el lado de los riesgos, lo primero que ve es la deuda privada. En España, la deuda privada ha caído en picado. España, además, tiene la capacidad de vender sus productos y servicios fuera. Nuestras exportaciones son el 41% del PIB, el doble que China y el triple que EEUU. Con unos salarios de 22 euros por hora, un español cuesta mucho menos que un alemán. Si una empresa alemana cierra una fábrica en China, ¿a dónde la va a llevar? ¿A Alemania o a España, con los costes laborales unitarios españoles? Yo no estoy diciendo que España sea perfecta, pero sí que es un país bastante razonable para invertir.
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