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La Fed vuelve a echar el freno a los tipos en un escenario de incertidumbre económica en EEUU

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Un operador trabaja en la Bolsa de Nueva York este miércoles.
Un operador trabaja en la Bolsa de Nueva York este miércoles.AP

No ha habido sorpresas. La Reserva Federal no ha subido los tipos de interés en su reunión de este miércoles, dejándolos en una horquilla de entre el 5,25% y el 5,5% que, en la práctica, los sitúa en el 5,33%. Era una decisión previsible. La medición preferida por el banco central para medir la evolución de los precios - el índice subyacente del consumo privado - bajó una décima en septiembre, hasta el 3,7%. Todavía está muy lejos del 2% en el medio plazo que el banco central estadounidense tiene como objetivo no declarado de su política monetaria, pero reafirma la tendencia a la baja.

La cuestión es ¿qué va a pasar en el futuro? El mantenimiento de los tipos en su nivel actual - el más alto en 22 años - ya se esperaba, pero el comunicado del banco central estadounidense no ha despejado otras preguntas. Entre ellas: ¿habrá una subida en la última reunión del año, a mediados de diciembre? (muy probablemente, no); ¿y en el primer trimestre de 2024? (es posible que sí); ¿cómo se puede hacer cuadrar una subida de tipos a principios de 2024, como dice el mercado, con una bajada de 50 tipos básicos de los tipos a lo largo de ese año, que es lo que prevén los miembros del comité de política monetaria de la Fed? (no se puede hacer cuadrar; uno de los dos está equivocado... o tal vez los dos lo estén).

Sea como sea, el panorama que debe gestionar la Reserva Federal es complicado. El PIB estadounidense se ha acelerado, sobre todo por el consumo privado, lo que supone presiones inflacionarias, más aún en un momento en el que la economía está en pleno empleo. De hecho, la Fed ha cambiado su análisis económico de un "crecimiento sólido" a "fuerte", así que ha advertido de que está "preparada para ajustar la posición de la política monetaria en la manera en que sea necesario si los riesgos emergen".

Al mismo tiempo, se está produciendo una restricción monetaria independiente de lo que haga el banco central con el precio del dinero. Los tipos de interés a largo, que en EEUU tienen mucha relevancia - son el referente para, por ejemplo, las hipotecas - están altos, rondando el 5% en el caso del bono a 10 años, porque la Reserva Federal está reduciendo la inmensa cartera de deuda que compró durante el Covid y, a más oferta de bonos, más intereses hay que pagar para que los agentes económicos los compren. Eso ha puesto los intereses de la hipoteca media a tipo fijo (que son el 79% de las que se con tratan en EEUU) en el 8,08% (30 años) y 7,91% (20 años), y ha desencadenado el temor a una caída en el sector inmobiliario y de construcción, que supone el 13% del PIB.

Pero el temor a una caída del inmobiliario es solo una de las amenazas que se ciernen sobre Estados Unidos. Otra es una extensión de la guerra en Oriente Medio que acabe causando una recesión, o un cierre de la Administración pública en algo más de dos semanas si la ultraderecha republicana decide emplear esa herramienta como táctica para debilitar a Joe Biden con vistas a las elecciones de 2024.