Asociaciones estudiantiles de izquierdas se están movilizando para unirse a las protestas internacionales a favor de Palestina iniciadas en las universidades estadounidenses y que ya cuentan con 149 acampadas en campus de todo el mundo. Tras los estudiantes de la Universidad de Valencia, que están acampados en la Facultad de Filosofía desde el pasado 29 de abril, alumnos de otras universidades españolas en el País Vasco, Navarra, Aragón, Cataluña o Madrid, han comenzado a poner en marcha iniciativas similares o planean hacerlo a lo largo de esta semana.
En Madrid, el Bloque Interuniversitario Pro Palestina, de reciente creación y que agrupa a organizaciones estudiantiles de izquierdas de la Universidad Complutense, la Rey Juan Carlos, la Carlos III y la Autónoma, han convocado a las 12.30 horas de este martes una asamblea para decidir qué acciones van a llevar a cabo. En los mensajes difundidos por los estudiantes para dar a conocer la convocatoria se explica que «el plan es quedarse a acampar» inicialmente «por dos semanas», y se pide para ello voluntarios «que se queden a pernoctar» y personas con conocimientos jurídicos sobre cómo organizarse. Una portavoz del Bloque Interuniversitario explica a este diario que efectivamente contemplan la opción de acampar pero que dependerá de lo que se decida en la asamblea. «Estamos viendo que en otras ciudades se están haciendo cosas y creemos que es el momento de estar ahí», dice, añadiendo que la tardanza en la movilización respecto a sus compañeros estadounidenses o europeos se debe a que el momento en que se encuentra el movimiento estudiantil -«bastante en decadencia»- «ha dificultado hacer algo unitario».
«La asamblea está abierta no sólo a estudiantes sino también al personal docente», explica esta portavoz, que cursa quinto del doble grado de Sociología y Relaciones Internacionales en la Complutense. Los docentes que conforman la Junta de Gobierno de su Facultad, en sintonía con la posición estudiantil, aprobaron el pasado 26 de abril solicitar al Rectorado de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) la «suspensión de la cuenta de la UCM con el Banco Santander por financiar la industria fósil y la industria armamentística implicada en el genocidio sobre Gaza», según trasladaron en un comunicado en el que animaban a otras Facultades a sumarse.
Ante esta solicitud, el Gobierno de la comunidad de Madrid reaccionó a través del consejero de Educación, Ciencia y Universidades, Emilio Viciana, manifestando su «profunda preocupación» ante esta campaña contra Israel promovida por algunos docentes y defendiendo que «la política debe quedar fuera de las aulas, según recoge Efe.
«Queremos que nuestras universidades rompan relaciones con las israelíes, los convenios que hay actualmente, de Erasmus, de investigación... Y más allá, queremos elevar nuestras reivindicaciones al Gobierno, que se rompan relaciones diplomáticas con Israel y el fin del comercio de armas», trasladan desde el Bloque Interuniversitario.
Con similares reivindicaciones y para «coger el testigo de los estudiantes de todo el mundo» comenzaron a movilizarse ayer los estudiantes vascos y navarros. Convocados por las organizaciones Ikasle Abertzaleak, Ikama, Ernai y el sindicato abertzale LAB, estudiantes del campus de Leioa (Vizcaya) comenzaron a acampar la mañana del luenes y estaba previsto que también pasaran la noche en sus campus alumnos de Vitoria (Álava), Ibaeta (Guipúzcoa), y de la Universidad Pública de Navarra.
«Salimos de la UB Raval de Barcelona en manifestación en apoyo a Palestina. ¡Haremos acampada contra el genocidio del pueblo palestino! ¡Basta complicidad de la Universidad, Gobierno español y Generalitat!», publicaba en X la Intersindical Alternativa de Catalunya (IAC), dando cuenta del inicio de las protestas de estudiantes del campus del Raval de la Universidad de Barcelona.
En Zaragoza, el grupo Contracorriente y la Asamblea Popular tienen convocada una concentración en el Campus San Francisco de la Universidad de Zaragoza para este jueves con ánimo de unirse a las protestas. Fuentes de la organización indican que «aún es pronto» para plantear una estrategia de actuación y que «todo dependerá del alcance que tenga la convocatoria». Manifestaban la dificultad de organizar una acampada debido a que la proximidad de los exámenes finales puede mermar considerablemente la convocatoria.