- Unión Europea El PP europeo coloca a Ribera bajo sospecha toda la legislatura: impone una 'cláusula de dimisión' inmediata si es imputada
- Comisión Europea El PP Europeo impone dos condiciones para no tumbar a Ribera: dar explicaciones en el Congreso y dimitir si la imputan por la gestión de la DANA
El PP español multiplica sus llamadas y su labor de lobby contra Teresa Ribera en las horas clave de la cuenta atrás para su nombramiento (o no) como vicepresidenta de la Comisión Europea y comisaria de Competencia. Entramos en la recta final de la negociación, lo que en fútbol se conoce como «zona Cesarini». El momento de la búsqueda del gol in extremis, con todos los jugadores en el área rival. «Es como cuando hasta a tu portero sube a rematar», metaforizan los populares.
Eso tiene el riesgo del gol en contra fácil, o sea, de una derrota dolorosa, pero los populares aseguran que el solo hecho de haber «bloqueado» el Gobierno europeo y de haber movilizado al PP Europeo contra la candidata española ya ha enviado el mensaje que ellos querían: «La votación en urna es una humillación. Aunque saliese elegida, lo haría demolida. Como mínimo, vamos a enseñar a la opinión pública española que hacemos todo lo posible por paralizar el nombramiento de Ribera; no se la puede premiar, no se pueden arrastrar los pies con 217 muertos en Valencia».
Este lunes se va a celebrar una reunión de la presidenta de la Eurocámara, la maltesa Roberta Metsola, con dirigentes de todos los grupos parlamentarios, en la que el PP quiere forzar que la elección de Ribera se lleve a la votación secreta y en urna. El PP está convencido de que va a conseguir al menos eso. De hecho, en Génova ven opciones reales de tumbar a la candidata española: «Somos muy optimistas».
«No nos importa perder la votación: si sale con muchos votos en contra, ya habríamos conseguido el empate, pero a esta hora confiamos en tener la mayoría» de la Eurocámara, aseguran a este diario en el PP, que cuenta con que, en la votación secreta, los grupos de ultraderecha puedan sumar fuerzas con ellos. Por si quedaban dudas, en el equipo de Alberto Núñez Feijóo confirman que los eurodiputados españoles del PPE votarán «no» a Ribera en caso de llegar a la urna. Y es algo que ya saben Metsola y la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen.
¿Pero qué es eso de la votación secreta, en urna? El reglamento del Parlamento Europeo por el que se eligen a los comisarios contempla, efectivamente, la posibilidad de que se decida la idoneidad de los candidatos con esta fórmula. Para llegar a eso es necesario que el candidato en cuestión no obtenga el apoyo de dos tercios de la comisión o comisiones que lo han examinado, que es algo que se decide entre los coordinadores de los grupos.
Una vez fracasa este primer intento de aprobar al comisario en cuestión, se pasa a esa votación secreta, en la que, ahora sí, participan todos los diputados de las respectivas comisiones. En el caso de Ribera, serían los integrantes de tres comisiones, un total de 180 votos, y es aquí en donde el PP español sí podría expresar su voto contrario.
Este segundo proceso se decide por mayoría simple, y llegar a este punto puede ser muy peligroso. Que sea secreto hace que todo sea más incontrolable e impredecible, y tal como están los ánimos en Bruselas puede haber muchos eurodiputados dispuestos a saltarse la disciplina de voto.
Fugas de voto
Además, que se vayan a analizar los seis vicepresidentes de manera conjunta hace que, en teoría, caigan todos si cae sólo uno. Y ahora mismo parece muy difícil que salgan adelante Ribera, el italiano Raffaele Fitto y el húngaro Várhelyi. Eso, a pesar de que el PP descuenta «fugas de voto para salvar a los suyos» por parte de diputados italianos y húngaros.
El equipo de Feijóo apela una vez más a Von der Leyen para que presione en pos de cambiar la candidatura española: «¿Hasta qué punto necesita defender con uñas y dientes a Ribera ante el presidente y portavoz de su partido?», se preguntan en Génova, en referencia a Manfred Weber, líder de los populares europeos.
Feijóo necesita cumplir varios hitos para tumbar a Ribera. Para empezar, tiene que conseguir que se celebre la votación en urna. Tanto Esteban González Pons (vicepresidente del PPE y del Parlamento Europeo) como Dolors Montserrat (portavoz de los populares españoles en la Eurocámara) están «llamando a muchos eurodiputados», incluyendo todos los jefes de delegación, para intentar convencerlos de que Ribera no es apta.
«Estamos explicando muy mucho a los eurodiputados», indican en el equipo de Feijóo, «el riesgo de exportar a una candidata con muchas posibilidades de manchar la reputación de la Comisión». En Génova creen que Ribera podría ser imputada por su gestión en la tragedia de la DANA que asoló Valencia, y, aunque como comisaria no tendría que dimitir por ello, el PP quiere que ponga por escrito que sí lo haría.
Es una de las condiciones del PPE: que la candidata se comprometa a dejar el cargo en caso de ser investigada formalmente por un juez. Actualmente hay tres querellas en su contra en el Tribunal Supremo, pero el Gobierno y ella misma rechazan esta exigencia del principal partido de la oposición. «Si no firma es porque teme que la imputen. El PPE no puede apadrinar un perfil como éste», se adelantan en Génova.
Por último, hay que destacar que los conservadores alemanes, que son la delegación más nutrida dentro del PPE, se han sumado a las críticas a Ribera. Y sin ahorrar dureza. «No he encontrado muchos argumentos que convenzan a mi grupo político de que usted sea la candidata idónea».
Peter Liese, portavoz del PPE de Medio Ambiente, comenzó así su intervención en el examen al que la pasada semana se sometió Teresa Ribera en el Parlamento para defender su candidatura a vicepresidir la Comisión. A los conservadores de la CDU «les preocupan las políticas sectarias» de Ribera, señalan fuentes del PPE, y añaden que a a la familia alemana «tampoco le gustó la arrogancia que mostró en el hearing».