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Felipe VI ha hecho historia en su viaje de Estado a Italia. El Rey ha dedicado un largo discurso a las Cortes que, por segunda vez desde que se restauró la democracia, han hecho una sesión conjunta para escuchar a un mandatario extranjero. La primera vez fue con el Papa Juan Pablo II (antes, en 1998, el Rey Juan Carlos I dio un discurso, pero ante las Cortes separadas, el Congreso y el Senado, pese a que inicialmente la embajada española aseguró que se había tratado de una sesión conjunta). Ante tamaña oportunidad, Don Felipe ha aprovechado el espacio de la palabra para recordar que Italia y España son "dos países con memoria, con una clara conciencia del pasado en particular del que no puede ni debe repetirse, ni siquiera como caricatura y vemos con lógica inquietud cómo muchos tratados, instituciones y foros multilaterales sufren una erosión acelerada, al tiempo que se cuestiona su eficacia aceptemos que muy mejorable".
El Jefe del Estado, que recordó al principio de su discurso que su padre nació en Roma, reflexionó sobre que probablemente lo que se discuta estos días en los Parlamentos de ambos países sean temas similares, al tiempo de que avisó de que aprovecharía esa oportunidad para realizar "algunas reflexiones" sobre el lugar que ambos países ocupan en el mundo. Se convirtió así el discurso del Rey en un repaso de política internacional.
"Qué frágil es la paz, incluso cuando se logra; y cuán necesarios son y serán siempre el derecho y la diplomacia para avanzar en ese camino sin término", dijo antes de hablar sobre la guerra en Ucrania, que en dos meses cumplirá su tercer aniversario: "España sigue apostando por una paz justa y duradera, que reafirme los principios que ordenan la coexistencia pacífica de los Estados. Debemos seguir sosteniendo el esfuerzo de los ucranianos en busca de una paz justa e implicarnos en la recuperación y reconstrucción del país", afirmó.
Don Felipe también recordó el conflicto en Oriente próximo, insistió en que los dos países "siguen muy de cerca cuanto acontece en la región, y mantienen su compromiso con la paz y la estabilidad". Sobre los ataques de Israel a Gaza, el Monarca repitió las tres frases que marcan la postura del Gobierno desde el principio: "Condenamos con rotundidad la violencia y el terror en la región, que en ninguna causa política deben hallar justificación o amparo, y hacemos un nuevo llamamiento a alcanzar un alto el fuego definitivo, la liberación de todos los rehenes y al acceso masivo de la ayuda humanitaria", insistió. Además, aunque Italia no ha reconocido a Palestina, aseguró que ambos países "seguiremos compartiendo por utópico que parezca la visión de dos Estados, Israel y Palestina, conviviendo uno junto a otro en paz y en seguridad, como la única solución posible que sea durable y justa".
Desde ahí, el Jefe del Estado pasó a hablar sobre los retos que afronta la Unión Europea, que calificó como "complejos e ingentes".
Sin embargo, afirmó que "no hay reto, desafío o amenaza, por grave que sea, que justifique que nos apartemos de nuestra identidad y camino europeos. El precio/coste que pagarían nuestros ciudadanos, el que pagaría la propia Europa y el que pagaría nuestra civilización sería inasumible. No lo olvidemos".
"La Unión afronta estos días una legislatura decisiva, que deja atrás un ciclo institucional complejo", reflexionó. "La nueva Comisión ha de orientar a la Unión hacia el futuro, con líneas de acción esenciales para los intereses de Italia y de España". En este sentido, el Rey subrayó que "Italia y España, juntas, representan una quinta parte del PIB europeo y casi una cuarta parte de la población de la UE. Podemos lograr que la voz de los países del sur de Europa, la voz del Mediterráneo, module la respuesta europea a tantos retos globales y el futuro del proyecto común", afirmó.
De esta fuerza de España e Italia Don Felipe ha recordado el compromiso de los dos países dentro de la OTAN. En concreto, una dedicación con el flanco Este que para el Rey "es incuestionable". Es por ello que el Monarca ha resaltado que los Aliados "deben saber que tanto Italia como España esperamos que el compromiso del resto de Aliados con el Flanco Sur sea también incuestionable, como el nuestro lo es con el Flanco Este. Sólo trabajando juntos, españoles e italianos, lograremos que el enfoque 360º a la seguridad, a la que se refiere el Concepto Estratégico de Madrid, sea una realidad práctica y no una aspiración teórica".
Para el Monarca, el conflicto de Oriente Próximo confirma la "centralidad estratégica" del Mediterráneo. Por lo que es necesario abordar la gestión de los "flujos migratorios". Este es un punto de fricción entre la forma de gestionar de ejecutivo de Sánchez versus el de Giorgia Meloni. Así, el Rey ha recordado que "debemos, como europeos, seguir dando a los inmigrantes el trato digno que se le debe a todo ser humano. Y necesitamos coordinarnos cada vez más, para que el Mediterráneo sea un espacio abierto, próspero, pacífico y sostenible".
"El continente africano es una región sometida a grandes tensiones. Pero también debemos ver y apreciar su enorme potencial, esa riqueza cultural y humana que la convierte en una región clave para nuestro futuro", ha insistido Don Felipe.
"He acudido a este hemiciclo, para reafirmar y renovar el mensaje de fraternidad entre los pueblos España e Italia", resumió Don Felipe. "Este mundo cada vez más complejo, trepidante y competitivo sigue muy necesitado de nuestra sensibilidad mediterránea. Y también de este factor tan importante que en Italia da en llamarse "buon senso" y en España "sentido común".
Condecoraciones reales
Los cascos de los coraceros a caballo de la guardia italiana anticipaba la llegada de los Reyes, Don Felipe y Doña Letizia, al patio central del Palacio del Quirinal. En la residencia del presidente que antes fue palacio de verano de los Papa y de los Saboya, dio comienzo este miércoles la visita de Estado de los Reyes.
Eran las once de la mañana cuando el jefe del Estado y su esposa llegaban a un patio en el que esperaba en formación una representación de cada ejército para rendir honores a los Reyes. A pie de alfombrilla, Matarella y su hija Laura recibían a la delegación española antes de Don Felipe y Doña Letizia.
A su llegada, tras la interpretación de los himnos, el Rey y Matarella pasaron revista a las tropas mientras Doña Letizia, que estrenaba un traje de chaqueta rosa de Carolina Herrera, charlaba con la hija del presidente.
El Boletín Oficial del Estado anunciaba que el Gobierno le ha concedido a Matarella la Gran Cruz de Carlos III. Sin embargo, se trataba de un error, puesto que Zarzuela ha matizado después que lo que le conceden es el Collar de la Real y distinguida orden . Además, como corresponde por protocolo de los viajes de Estado, otorgaban a su primera ministra, Georgia Meloni, la Gran Cruz de Isabel la Católica.
Una vez cumplidos los honores, todos han entrado en el maravilloso palacio del Quirinal, con más de 1.200 habitaciones y 110.500 metros cuadrados, incluyendo los jardines. Han mantenido una reunión de trabajo de algo menos de una hora que ha terminado con una declaración institucional.
Tras la reunión, ambos jefes del Estado han realizado una declaración institucional en la que Felipe VI ha deseado: "En nuestro mundo actual, en continua y acelerada transformación, los pilares en los que se apoya nuestra relación —amistad, cooperación y solidaridad— son esenciales para que podamos trabajar coordinada e intensamente en la búsqueda de respuestas conjuntas a los retos y desafíos que ambos países tenemos planteados".
Don Felipe ha valorado la agenda del viaje de Estado como "un programa muy completo que servirá para profundizar las relaciones entre España e Italia".
Matarella ha querido trasladar el pésame por las consecuencias de la Dana en Valencia. "La ubicación de España e Italia en el centro del Mediterráneo hace que compartamos sentimiento sobre el cambio climático", ha dicho. También, ha asegurado que han hablado sobre "el futuro que la Unión Europea tendrá en un contexto mundial cada vez más preocupante".
Esta es la jornada de mayor calado político de la jornada. Desde el Quirinal, los Reyes se han trasladado hasta el altar a la patria, donde han depositado una ofrenda floral por los caídos. El principal monumento nacional de Italia en Roma fue construido para honrar a Víctor Manuel II, el primer Rey de Italia unificada, entre 1878 y 1911. Se inauguró coincidiendo con el 50 aniversario de la Unificación. Durante el acto, los Reyes han estado acompañados por por el ministro de Defensa de Italia, Guido Crosetto, el jefe del Cuarto Militar, el general Diz, y los jefes de los militares españoles desplegados en Italia.