El PP forzará que los socios de Sánchez voten si debe haber presupuestos

La Constitución no admite dudas. «El Gobierno deberá presentar ante el Congreso de los Diputados los Presupuestos Generales del Estado (PGE) al menos tres meses antes de la expiración de los del año anterior», reza el artículo 134.3. Es una obligación. Eso lo sabe el Ejecutivo, pero la ministra portavoz, Pilar Alegría, dijo el martes que llevar ese proyecto de ley a las Cortes sin garantías de su aprobación era «hacer perder el tiempo al Congreso y a los españoles». El ala socialista no quiere cumplimentar ese trámite, porque cree que no puede sacarlo adelante. Y, antes de sufrir esa derrota, prefiere poner la vista ya en los Presupuestos de 2026.

Pero sus socios parlamentarios no piensan igual, y sí que han pedido que se presenten de una vez las Cuentas de 2025 en la Cámara Baja, para discutir de sus pormenores. Singularmente, Sumar, la cara B de la coalición gubernamental, que ha sido muy claro en reclamar que el Ejecutivo del que forma parte lleve su proyecto de ley de PGE al Congreso.

Qué menos que intentarlo. También el PP -especialmente Alberto Núñez Feijóo- presiona para que Pedro Sánchez haga pasar por las Cortes sus planes de gasto, especialmente ahora que la UE y la OTAN obligan a disparar la inversión en defensa y seguridad por encima del 2% del PIB comprometido para 2029.

¿Qué quiere decir todo esto? Que hay una mayoría muy clara a favor de que Sánchez lleve los Presupuestos de una vez al Congreso. Seis, siete o incluso ocho meses tarde, pero que los lleve. Por eso el PP va a registrar, según ha sabido EL MUNDO, una iniciativa en el Congreso para votar sobre si el Gobierno debe presentar o no los Presupuestos como obliga la Constitución.

Se trata de una proposición no de ley (PNL) liderada por el portavoz Miguel Tellado y con la firma de otros pesos pesados del grupo, como Jaime de Olano, Pedro Puy, José Vicente Marí, Francisco Conde y el vicesecretario general de Economía del partido, Juan Bravo. Las PNL no tienen consecuencias jurídicas, pero sí políticas, y en el PP creen que pueden lograr los apoyos suficientes, de manera que ya vislumbran el varapalo. Si la mayoría del Congreso apoya la medida, eso sería difícil de eludir por parte de La Moncloa.

La iniciativa, que sobrevolará la Reunión Interparlamentaria que el PP celebra este fin de semana en Sevilla, con Feijóo y Juanma Moreno de platos fuertes, dice lo siguiente: «El Congreso de los Diputados insta al Gobierno a cumplir el mandato constitucional de presentar el proyecto de Presupuestos para el año 2025». Y tiene dos puntos en el petitum. El primero. «Aprobar de forma inmediata los objetivos de estabilidad presupuestaria y de deuda pública para remitirlos a las Cortes Generales». Esto tiene ya el apoyo mayoritario de la Cámara, sobre el papel. El segundo: «Autorizar los trámites necesarios para presentar los PGE antes de junio de 2025, a fin de que incluyan los compromisos de gasto militar y en defensa que ha asumido el Gobierno».

En ese mes de junio se celebra, precisamente, la cumbre de la OTAN, cita clave para España. Sánchez quiere llegar a ella con cambios contables, ampliaciones de créditos y transferencias europeas que le permitan cumplir con los objetivos de gasto sin erosionar en un solo céntimo las políticas sociales, como sí han anunciado que harán otros gobiernos progresistas (el ejemplo más claro es el británico, que recortará el gasto social de más de 4.100 millones de euros, para poder cuadrar el incremento inversor en defensa).

«Hay una razón adicional de peso» para tramitar los Presupuestos, insiste la PNL del PP, y no es otra que la presión de la OTAN. Su secretario general, Mark Rutte, afirmó que «España también se ha comprometido a elevar el gasto en defensa al 2% del PIB antes de este mismo verano». Luego, Moncloa lo desmintió y rebajó las expectativas, pero lo cierto es que el Ejecutivo ya ha comenzado a reasigna algunas partidas de inversión para que computen como gasto de defensa, y planea tirar de los 3.200 millones que quedan por gastar en el fondo ordinario de contingencia. Es decir, «el presidente Sánchez tiene que elevar el gasto militar entre 10.000 y 12.000 millones de euros en los próximos meses para alcanzar los 33.500 millones de euros» que harían llegar a España a un desembolso total equivalente al 2% de su PIB.

«El Gobierno no puede hurtar al Congreso el debate sobre la reasignación de partidas presupuestarias que permitan incrementar el gasto en una cuantía tan elevada, máxime cuando una amplia mayoría en el Pleno aprobó el 26 de marzo una moción del Grupo Parlamentario Popular instando al Gobierno a someter al Congreso de los Diputados los planes de incremento de gasto en defensa y a recabar el consentimiento de esta Cámara para poder llevarlos adelante», recuerda el texto preparado por los populares. Efectivamente, es iniciativa obtuvo el apoyo de la Cámara, gracias a las abstenciones del PNV y Junts. «No hay mejor camino» para cumplir con la OTAN «que presentar los Presupuestos Generales del Estado», zanjan en el PP, después de que Feijóo le dijera a Sánchez el miércoles que o pasa por las Cortes o pasa por las urnas.

El PP aduce que «el coste de no tener Presupuestos Generales del Estado es muy alto». Para empezar, «mina la confianza de los inversores extranjeros». Además, «dificulta la canalización de los fondos europeos». Y también «complica la ejecución presupuestaria de importantes partidas» y «retrasa las ayudas dana a la Comunidad Valenciana, al requerir autorización expresa del Consejo de Ministros».