- Reino Unido Reparto de papeles en Buckingham Palace por el cáncer del rey Carlos III
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El Príncipe Guillermo sustituyó por primera vez al rey Carlos este miércoles en un evento público en el castillo de Windsor, en los que los analistas consideran como el primer acto de una regencia "blanda" que se prolongará al menos mientras dure el tratamiento del monarca por una forma no especificada de cáncer.
El "estreno" fue en un acto de investidura en el castillo de Windsor programado inicialmente para Carlos III, confinado temporalmente en su residencia de Sandringham, desde donde planea seguir cumpliendo de puertas hacia dentro con sus "deberes de Estado". "Apreciamos realmente los amables mensajes de apoyo que nos ha hecho llegar todo el mundo, gracias", fueron las breves palabras con las que el Príncipe Guillermo se dirigió a los asistentes a su segundo acto oficial en Londres.
El Palacio de Buckingham y Downing Street intentaron proyectar simultáneamente la imagen de que el rey sigue al timón y confirmaron su entrevista semanal (por teléfono) con el premier Rishi Sunak.
Todos los reflectores apuntaron sin embargo al Príncipe de Gales, de riguroso uniforme, durante la protocolaria imposición de 50 distinciones de honor a personas relevantes. Por la noche, Guillermo se desdobló en un segundo acto oficial para recaudar fondos para las ambulancias aéreas en Londres.
Guillermo, de 41 años, llevaba tres semanas retirado de la vida pública con su familia y asistiendo a su esposa, Kate Middleton, tras la operación de cirugía abdominal que la tuvo postrada durante dos semanas en The London Clinic (el mismo hospital privado donde estuvo ingresado Carlos para su intervención por un alargamiento "benigno" de la próstata).
Pese a su sonada reaparición del miércoles, todo apunta a que Guillermo puede tardar aún varios días en asumir la agenda pública de su padre. La convalecencia de la Princesa de Gales, y sus obligaciones con sus tres hijos (George, Charlotte y Louis) le han colocado en una difícil encrucijada en este turbulento arranque del año para la familia real.
Coordinación
El Palacio de Buckingham y el Palacio de Kensington tienen aún que coordinarse para ajustar la agenda inicialmente prevista para Carlos III y asignar el reparto de papeles en la representación de la Corona, con la participación también estelar de la propia reina Camila y de la princesa Ana, y con los Duques de Edimburgo (el príncipe Eduardo y su esposa Sophie) en segundo plano.
"Constitucionalmente, hay unas cuantas cosas que solo el monarca puede hacer, pero hay otras obligaciones que la familia real puede asumir para aliviar la presión sobre el monarca y eso es exactamente lo que está ocurriendo", advierte Robert Hazell, profesor del University College de Londres.
Pese a la alarma suscitada por el cáncer de Carlos III, la "opción nuclear" prevista por la Ley de la Regencia de 1937 no ha sido siquiera planteada. La ley podría invocarse en el caso de "incapacidad permanente" o "debilidad física o mental" del soberano. Los escuetos comunicados del Palacio de Buckingham han dejado claro que Carlos III sigue adelante con sus funciones y no necesitará apoyarse en sus Consejeros de Estado (su esposa y los cuatro siguientes mayores de 21 años en la línea de sucesión).
La situación actual, de acuerdo con Robert Hazell en declaraciones al diario "I", podría calificarse como "regencia blanda", un término que ya llegó a debatirse durante los últimos años del reinado de Isabel II, y que se define como "un silencioso relevo de los deberes públicos" mientras el monarca sigue conservando "las vitales funciones constitucionales".
Guillermo podría sustituir al rey en actos de investidura y en visitas oficiales, incluidos los viajes al extranjero, como el propio Carlos hizo con la Reina en sus últimos años. Carlos y Camila tenían previsto viajar de hecho en mayo a Canadá, la primera visita oficial a un país de la Mancomunidad de Naciones desde la Coronación, aunque el Palacio de Buckingham no ha tomado aún una decisión final.
El Príncipe de Gales se ve además en la tesitura que tener que ejercer las funciones representativas en solitario, dado que Kate Middleton ha suspendido sus actos públicos al menos hasta Semana Santa. Para el futuro rey, las semanas que tiene por delante pueden ser de hecho un "ensayo" de una forma hasta más casual y relajada de la monarquía, en la línea marcada por su papel como Príncipe de Gales, aunque con el reto de cubrir también el enorme vacío dejado por Kate, habituada a copar portadas y titulares.
La "cura de adelgazamiento" en la familia real que impuso el rey Carlos en el momento de su ascenso al trono está pasando entre tanto factura en estos momentos críticos. En ausencia de Harry y el príncipe Andrés, ambos suspendidos en sus funciones reales, es posible que la Casa Real tenga que tirar del "banquillo" y recurrir incluso a las princesas Beatriz y Eugenia en las próximas semanas.
En el momento de sustituir a su padre, Guillermo no ha dado estos días la mínima opción su hermano Harry, a quien ni siquiera ha querido ver durante su viaje relámpago a Londres. La posibilidad de una reconciliación familiar por la enfermedad del rey Carlos parece cada vez más lejana.