En 2017Marine Le Pen, líder de la extrema derecha francesa, proponía en su programa electoral los siguientes puntos: la salida del euro y la suspensión de los acuerdos de Schengen que permiten la libre circulación (previo voto en referéndum), adelantar la jubilación a los 60 años, una tasa extra a los trabajadores extranjeros o dividir la inmigración legal que entra en Francia a la mitad. Establecía el techo en 20.000.
Esta semana, de cara a las elecciones legislativas que se celebran este domingo y el que viene (la Asamblea se elige en dos vueltas) sus propuestas son otras: ni salida del euro ni de Schengen, la jubilación será a los 66 años para aquellos franceses que comenzaran a trabajar a los 24 y hayan cotizado 42 años. En cuanto a la inmigración, la idea va más en la línea de mantener la preferencia nacional (los franceses primero), pero se han moderado.
Entre las propuestas de ayer y las de hoy hay un cambio que no es casual. Forma parte del llamado proceso de 'desdiabolización' del partido de Marine Le Pen, Reagrupamiento Nacional, que lleva más de una década afinando. Primero le cambió el nombre: quería sacudirse así la fama de extrema derecha racista y agresiva, la que lideró su padre (fundador del partido), Jean-Marie Le Pen, condenado por antisemitismo o negacionismo del Holocausto, entre otros delitos.
A lo largo de estos años la extrema derecha ha descafeinado sus propuestas más radicales para poder llegar donde está hoy: a las puertas del poder. Le Pen encabeza todos los sondeos: En estos años ha ido ganado apoyos, entre los moderados, en los barrios llenos de hijos de inmigrantes, entre los jóvenes... En lugares donde antes era impensable que pudiera lograrlo. Se ha llevado a su terreno a parte de Los Republicanos, la derecha moderada francesa, pero también a parte de los 'macronistas'.
Jordan Bardella, su joven y apuesto delfín (28 años), ya arrasó en las europeas y se postula como primer ministro si logran mayoría absoluta: necesita 289 escaños de los 570. Este ha 'macronizado' en parte su discurso, en algunas propuestas en materia económica o de seguridad, para conquistar a parte de su electorado. Como Giorgia Meloni, que venía de un partido postfascista y ha normalizado su discurso en Italia, Le Pen ha afinado su propio proceso, a la conquista del elector.
Ha perdido las elecciones presidenciales dos veces frente a Macron (2017 y 2022), pero aspira a lograrlo en 2027, cuando él ya no podrá presentarse. En Francia, hasta ahora al menos, siempre ha funcionado el llamado cordón sanitario, o frente anti Le Pen, que hacía que, en la segunda vuelta de las presidenciales, la gente votara siempre al candidato contrario con tal de que no ganara ella.
Este cordón se ha debilitado hasta el punto de que la líder encabeza los sondeos y acaricia la mayoría absoluta. Varias encuestas publicada el jueves por Harris e Ifop sobre la intención de voto en la primera vuelta electoral, la de este domingo, le dan entre el 34% y el 36% de los apoyos. La izquierda, unida bajo el bloque Nuevo Frente Popular, tendría entre un 27% y un 29%. El bloque de Macron, un 21%. Es el más debilitado.
Los Republicanos, el partido de derecha tradicional, esta dividido en dos, entre los que se han pasado al bando de Le Pen (esos tendrán un 3%) y los que se mantienen en que aliarse con la extrema derecha sigue siendo una línea roja (son un 6%). Los votos de este espectro indeciso serán claves, al igual que la participación.
Los sondeos son para la primera vuelta. A la segunda pasan los dos que mas votos han obtenido en cada circunscripción (son 570). Es en la segunda votación, la del domingo 7, donde se jugará todo. Los tres bloques tendrán que decidir a cuál de los dos aspirantes que han pasado apoyan, si en su circunscripción no ha salido su candidato. El encaje será difícil teniendo en cuenta la polarización de los bloques.
Algunos temen que esta normalización del discurso de la extrema derecha lleve a una banalización del racismo o del antisemitismo. Es en este contexto polarizado en el que, por ejemplo, el alcalde de Rouan ha prohibido una velada anti extranjeros en la ciudad. Interior ha advertido de problemas de seguridad en el voto del domingo y también de un elevado nivel de alerta terrorista.