- Periodismo Rusia condena al periodista Evan Gershkovich a 16 años de cárcel sin desvelar ninguna prueba de su supuesto espionaje
- Rusia El oscuro 'mercado de presos' que puede liberar a Evan Gershkovich
Rusia liberó este jueves al periodista del periódico The Wall Street Journal Evan Gershkovich. al ex marine estadounidense Paul Whelan y a más de una decena de presos políticos rusos como parte de un importante intercambio de prisioneros con Estados Unidos y otros países occidentales. Gershkovich y Whelan habían sido condenados por espionaje, cargos que ellos siempre han rechazado. Esta tarde caminaban por fin libres tras aterrizar en la capital de Turquía, Ankara. Hacia Occidente volaron fundamentalmente periodistas y presos políticos. A Moscú regresaron espías, hackers y criminales.
Turquía coordinó el intercambio, que Moscú trató de hacer en sigilo hasta que irrumpió el ex presidente y actual número dos del Consejo de Seguridad de Rusia Dimitri Medvedev: "Que los traidores escojan ahora febrilmente nuevos nombres y se disfracen activamente bajo programas de protección de testigos".
También fue liberado Vladimir Kara-Murza, un disidente ruso-británico que cumplía una condena de 25 años por traición tras denunciar en la Cámara de Representantes de Arizona en marzo de 2022 que Putin estaba bombardeando casas, hospitales y escuelas de Ucrania. Junto con él fueron liberados activistas como el defensor de los derechos humanos Oleg Orlov.
A cambio, Rusia obtiene a personas con nacionalidad rusa detenidas en el extranjero. El ciudadano ruso Vadim Krasikov, condenado en Alemania, es el más importante. Fue declarado culpable de asesinar a un ex comandante checheno en un parque de Berlín. Era una de las piezas más importantes que quería recuperar Vladimir Putin, que incluso se refirió a él en público llamándolo "patriota".
Además del hipano-ruso Pablo González, también regresan a Rusia otros acusados de espionaje. Es el caso de Anna Valerevna Dultseva y Artem Viktorovich Dultsev, que operaban bajo los nombres de María Rosa Mayer Muños y Ludwig Gisch, fingiendo ser una pareja argentina en Eslovenia y que fueron acusados en 2022 como agentes rusos que trabajaban en toda Europa. También hay dos notables hackers, uno de ellos hijo de un diputado ruso: Román Seleznev cumplía sentencia por piratear tarjetas de crédito, Vladislav Kliushin, cuya empresa trabajaba para el Kremlin y resultó condenado, (también en EEUU) por piratear bases de datos corporativas. Destaca también el contrabandista Vadim Konoshchenok. Estonia lo extraditó a Estados Unidos para que fuera juzgado por contrabando ilegal de microelectrónica y municiones para el ejército ruso.
Presos políticos
Rusia liberó también al líder disidente Ilya Yashin, colaborador del líder opositor Alexei Navalny, que había sido condenado a ocho años de cárcel por denunciar las matanzas del ejército ruso en la invasión de Ucrania. El régimen bielorruso, aliado de Putin, también puso de su parte y salvó en el último momento al ciudadano alemán Rico Krieger, que estaba condenado a pena de muerte. La periodista Alsu Kurmasheva, que tiene pasaporte de EEUU y de Rusia, también fue añadida al canje. Igual que la activista Sasha Skochilenko, condenada a siete años de cárcel por colocar mensajes contra la guerra en las etiquetas del supermercado.
El proceso para sacar a estas personas de Rusia ha sido arduo. Putin y otros funcionarios habían expresado su intención de recuperar a sus prisioneros a cambio Gershkovich y otros desde finales del año pasado.
Funcionarios de la Casa Blanca, diplomáticos estadounidenses y personal de la CIA habían repasado Europa y Oriente Próximo en busca de gobiernos dispuestos a liberar a los espías rusos bajo su custodia a cambio de los estadounidenses retenidos por el régimen de Vladimir Putin.
El presidente Joe Biden elogió el acuerdo como "una hazaña de diplomacia y amistad" y elogió a los aliados de Washington por sus "decisiones audaces y valientes". "Esto no habría sido posible sin nuestros aliados. Hoy es un poderoso ejemplo de por qué es vital tener amigos en este mundo".
El esperado intercambio se produjo cinco meses después de la inesperada muerte del líder de la disidencia rusa Alexei Navalny en una prisión del Ártico en febrero. Estados Unidos y Alemania inicialmente esperaban que Navalny pudiera ser liberado en un acuerdo amplio que comenzó a tomar forma a principios de este año.
El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, no habló específicamente del intercambio, pero dijo a la agencia de noticias estatal TASS que, en principio, "todos nuestros enemigos deberían quedarse allí (en el extranjero), y todos los que no son nuestros enemigos deberían regresar".
Canje en Ankara
El canje de presos en Ankara se llevó a cabo bajo la supervisión del servicio de inteligencia turco, el MIT: "Debido al elevado número de rehenes que se iban a intercambiar, todos los individuos fueron sacados de los aviones bajo la supervisión del personal del MIT y trasladados a zonas seguras. Después de completar los procedimientos de verificación, controles de salud y otras solicitudes necesarios, fueron colocados en los aviones de los países a los que iban a ser enviados, con la aprobación y las instrucciones del MIT".
Es el mayor intercambio de presos entre Rusia y EEUU desde la Guerra Fría. Según la Casa Blanca, no se manejó dinero en este canje asimétrico: 16 para Occidente, 8 para Rusia. En el último gran intercambio, realizado en 2010, se canjearon 14 prisioneros. Ocho años después, en 2018, Moscú intentó matar a uno de ellos en Reino Unido: Sergei Skripal.