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Oriente Próximo

Irán enfrenta presiones internas mientras calibra su respuesta a los ataques israelíes contra su socio Hizbulá

Washington asegura tener indicios de que Teherán se está preparando para "lanzar de manera inminente un ataque con misiles balísticos contra Israel"

El presidente iraní Masoud Pezeshkian (dcha.) y el primer ministro ruso Mijaíl Mishustin, en Teherán, este lunes.
El presidente iraní Masoud Pezeshkian (dcha.) y el primer ministro ruso Mijaíl Mishustin, en Teherán, este lunes.EFE
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Tras dejar claro que no enviarán tropas al Líbano para apoyar a Hizbulá frente a la agresión israelí, el régimen iraní lleva días llamando a la calma, asegurando que su aliado del Eje de Resistencia tiene "una capacidad de combate intacta" y que puede resistir hasta una invasión terrestre. Este martes el jefe de seguridad, Ali Akbar Ahmadian, dudó incluso de las capacidades de los uniformados israelíes. "El Frente de Resistencia está inmerso en un conflicto en curso, en el que las acciones aisladas tienen poca importancia como respuesta a Israel. Anoche, intentaron una operación terrestre limitada, pero se retiraron rápidamente", señaló a medios locales.

Pese a mostrar confianza en las capacidades militares de Hizbulá, Irán podría estar planeando un ataque directo con misiles balísticos contra Israel, según ha asegurado la Casa Blanca este martes. "[El ataque] traerá consecuencias graves para Irán", ha advertido Washington. De llevarlo a cabo, se trataría del segundo ataque directo en suelo israelí, tras lanzar centenares de misiles y drones en abril, que fueron interceptados por los sistemas de defensa aéreos israelíes.

El Gobierno iraní enfrenta crecientes críticas internas por no responder ante los ataques israelíes contra los partidos y milicias que forman el Eje de Resistencia, a pesar de ser su principal valedor en la región. Por el momento, no ha tomado represalias por el asesinato del líder político de Hamas, Ismail Haniyeh, asesinado en Teherán en julio; ni tampoco por la muerte del jefe de Hizbulá, Hasan Nasralá, muerto en un ataque en Beirut junto al comandante iraní, Abbas Nilforoushan. El pasado lunes el ministro de Exteriores iraní, Nasser Kanaani, aseguró que no dejarán sin respuesta los "actos criminales" de Israel. Sin embargo, ante cada avance del Ejército israelí, crece la presión en Teherán y de sus seguidores en la región.

La situación ha puesto al régimen iraní entre la espada y la pared. Si no responde podría perder el apoyo de las milicias aliadas al Eje de Resistencia y perder fuerza en la región, mientras que una represalia podría hacer escalar la guerra, en un momento de gran debilidad económica y crisis de legitimidad en el Gobierno.

Teherán, por el momento, se ha limitado a gestos simbólicos: ha designado al ex embajador en el Líbano, Mohammad Reza Rauf Sheibani, como enviado especial para Asia Occidental, para tratar con funcionarios libaneses la invasión israelí. Por su parte, el líder supremo, el ayatolá Ali Jamenei, dirigirá el rezo del viernes, en el que se espera que haga alusiones al asesinado líder de Hizbulá, Nasralá. La última vez que dirigió el rezo fue en el año 2020, tras el asesinato -en un ataque estadounidense en Irak- del general Qasem Soleimani, arquitecto de la política exterior de Teherán en la región, en particular del Eje de Resistencia.

Sin embargo, crecen las críticas internas ante la postura de Teherán. "La demora de Irán en responder al asesinato de Haniyeh en Teherán, mientras el mundo esperaba una respuesta, hizo que el régimen sionista se atreviera a asesinar también a Hasan Nasralá", ha asegurado el diputado conservador, Ali Motahari. "Fuimos engañados por Estados Unidos, que envió repetidamente mensajes diciendo que se alcanzaría un alto el fuego la semana que viene". Por su parte, el diputado de línea dura, Ahmad Naderi, ha declarado que es el momento de avanzar en el desarrollo de armas nucleares. "Ha llegado el momento", ha declarado en el Parlamento. "Las relaciones internacionales se basan en el equilibrio de poder, hay que hacer algo antes de que sea demasiado tarde", ha espetado. Los mensajes de algunos diputados contrastan con el tono conciliador del presidente, el reformista Masoud Pezeshkian, que sugirió en la Asamblea General de la ONU, que Irán está "dispuesto a dejar de lado todas [sus] armas siempre que Israel haga lo mismo".

Entre tanto, llueven las acusaciones de espionaje entre facciones políticas rivales. Decenas de cuentas en redes sociales han rescatado un vídeo del ex presidente Mahmud Ahmadineyad, en el que alerta a una televisión turca sobre la existencia de topos israelíes infiltrados en los servicios de inteligencia iraníes. La entrevista es del año 2021, pero el relato es suficiente para levantar sospechas entre partidarios y detractores del régimen.