INTERNACIONAL
Oriente Próximo

Benjamin Netanyahu destituye a su ministro de Defensa, Yoav Gallant

El primer ministro israelí explica que tienen posiciones distintas sobre la guerra

El ya ex ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant.
El ya ex ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant.AP
Actualizado

En un frío encuentro de tres minutos y alegando diferencias y desconfianza totales, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, anunció al titular de Defensa, Yoav Gallant, su destitución provocando protestas en la calle, sorpresa en Estados Unidos ante la marcha de su principal aliado en el Gobierno de Jerusalén y duras críticas de la oposición ante lo que definen como "medida política irresponsable en detrimento de la seguridad nacional". El sustituto de Gallant será el actual ministro de Exteriores, Israel Katz, mientras la cartera de éste será asumida por Gideon Saar, al frente de un pequeño partido conservador de la oposición que recientemente se unió al ejecutivo liderado por quien fue su socio en el Likud antes de enfrentarse a él.

La destitución de Gallant es dramática y relativamente esperada aunque no por su timing. Dramática porque Israel se encuentra aún inmersa en la guerra más larga y dura de su historia -iniciada con el ataque de Hamas el 7 de octubre del año pasado- con siete frentes abiertos y a la espera de la anunciada represalia de Irán al reciente ataque aéreo israelí que a su vez era la respuesta a los 181 misiles balísticos iraníes contra su territorio el pasado 1 de octubre. Y esperada por las pésimas relaciones y nula confianza entre los dos dirigentes del mismo partido desde que Netanyahu le dio la cartera más importante tras la formación del Gobierno a finales del 2022.

El detonante ha sido la polémica cuestión de la exención militar de los jóvenes ultraortodoxos que Netanyahu intenta blindar en la Knésset, que acaba de reanudar su actividad, para evitar así que su coalición se tambalee ante la presión de dos partidos ultraortodoxos. La postura de Gallant ha acelerado los planes de Netanyahu que tenía previsto destituirle tras la guerra.

Aunque ha provocado conmoción y sorpresa, se trata de la crónica de una destitución anunciada en 2023. Entonces, Netanyahu tuvo que rectificar el anuncio debido sobre todo a las masivas protestas en la calle ya agitada por la polémica reforma judicial- y de amplios sectores del Líkud al que Gallant se incorporó en 2019.

"En la guerra, más que nunca, se requiere plena confianza entre el primer ministro y el ministro de Defensa. Desafortunadamente y pese a que en los primeros meses hubo esta confianza y un trabajo fructífero, en los últimos meses esta confianza se resquebrajó", afirmó Netanayhu en un comunicado en prime time en el que denunció de forma indirecta filtraciones de Gallant. "Hice muchos intentos de cerrar estas brechas, pero cada vez se hacían más grandes. También llegaron al conocimiento del público de una manera inaceptable, y peor aún, llegaron al conocimiento del enemigo: nuestros enemigos lo disfrutaron y obtuvieron muchos beneficios de ello", añadió consciente que la medida es muy impopular no solo por el momento sino porque Gallant era el ministro menos criticado de su Gobierno.

"La seguridad de Israel era y será siempre la misión de mi vida", reaccionó Gallant en la red X antes de anunciar en un mensaje televisado las diferencias con Netanyahu respecto a "la ley discriminatoria y corrupta que exime a miles a llevar también el peso (del servicio militar)", la urgencia y "la obligación moral" para lograr la vuelta de los secuestrados y la necesidad de una comisión de investigación del 7-O.

En los últimos días, Gallant confesó a sus allegados que sabía que Netanyahu tenía pensado destituirle, pero creía que esperaría al resultado en las elecciones en Estados Unidos. Finalmente, lo hizo horas antes de que los colegios electorales cierren sus puertas en unos comicios trascendentales también para Israel y la región.

Gallant era el ministro que contaba con más confianza en la Administración Biden, en permanente tensión con Netanyahu mientras vetó cualquier diálogo con los dos ministros ultranacionalistas Bezalel Smotrish e Itamar Ben Gvir. La sorpresa es enorme en la cúpula de los organismos de seguridad israelíes no solo porque el país sigue en guerra sino porque Gallant coordinaba de forma estrecha con su homólogo estadounidense Lloyd Austin, el dispositivo de defensa ante el anunciado ataque de Irán.

Los líderes de la oposición, Yair Lapid y Benny Gantz, condenaron la "peligrosa decisión política" al tiempo que pedían a los ciudadanos a salir a las calles para protestar. "Despedir a Gallant en medio de una guerra es un acto de locura. Netanyahu está vendiendo la seguridad de Israel y a los combatientes del ejército a cambio de una vergonzosa supervivencia política", denunció el centrista Lapid que desde hace meses pide la creación de una comisión estatal que investigue los errores que permitieron el ataque terrorista del 7-0. El hecho que Gallant también lo pidiera y en público era otra gota que colmaba la paciencia de Netanyahu. El primer ministro, que no asumió la responsabilidad del fracaso militar y político, sostiene que no se puede crear una comisión de investigación mientras sigue la guerra.

Más allá de la desconfianza entre Netanyahu y Gallant, que llegó a una profundidad sin precedentes en torno a la iniciativa de las reforma judicial, la decisión tiene que ver con la exigencia de los dos partidos ultraortodoxos para que cumpla su promesa de una ley que evite el reclutamiento masivo de sus jóvenes tal y como establece el Tribunal Supremo hace unos meses y pide la mayoría de los ciudadanos (según los sondeos) y amplios sectores del Gobierno. Gallant reiteró la necesidad de reclutar a miles de jaredíes de forma inmediata dado que el ejército necesita soldados ante la muerte y heridas de miles de militares en la guerra contra Hamas en Gaza y contra Hizbulá en Líbano.

Las filtraciones y rumores de los últimos meses invitaban a pensar que la marcha de Gallant era más probable que la tregua en la devastada Franja de Gaza que libere a los 101 israelíes aún en cautiverio desde su secuestro junto a otros 150 más hace casi 400 días. Tras el anuncio de destitución, muchas familias de los secuestrados expresaron su indignación y temor ya que Gallant era el ministro que más presionó para lograr el acuerdo.

La decisión provocó manifestaciones en Tel Aviv, Jerusalén, Haifa y otras ciudades recordando aunque en menor medida (entre otras razones debido a que el país sigue en guerra) lo sucedido en la noche del 26 de marzo del 2023 cuando cientos de miles de israelíes protestaron por el anuncio de Netanyahu de destituir a Gallant. Entonces el motivo era la intervención pública del ministro de Defensa pidiendo frenar y consensuar la iniciativa para debilitar el Tribunal Supremo. Según avisó, el plan causó una división tan grande llegando al interior del ejército que amenazaba la seguridad nacional. Netanyahu anuló la destitución ante la protesta generalizada incluyendo de militantes y dirigentes del Likud pero no la idea de echarle. La guerra no cerró la brecha sino que la amplió hasta la ruptura total.

Gallant, identificado con el establishment militar tras varias décadas en uniforme en el que fue soldado de la unidad de élite de la Fuerza Naval (Shayetet 13) llegando a ser responsable del comando sur y casi jefe del ejército, ha defendido posiciones diferentes a las de Netanyahu. Así, días después del ataque de Hamas y tras los primeros proyectiles y drones de Hizbulá, Gallant sugirió un duro golpe contra la milicia chií. Bibi lo evitó. En los últimos meses, Gallant ha dicho en público que el brazo armado de Hamas ya ha sido desmantelado pidiendo un acuerdo de tregua para liberar a los secuestrados.

De esta forma, Gallant se suma a larga lista de ministros de Defensa que fueron destituidos por Netanyahu o acabaron siendo muy críticos hacia él desde que 1996 asumió por primera vez la jefatura de Gobierno: Isaac Mordejai, Ehud Barak, Moshé Yaalon, Avigdor Liberman, Naftali Bennett y Gantz.