INTERNACIONAL
Estados Unidos

Liberado en una prisión siria un peregrino estadounidense desaparecido en Hungría en mayo

Travis Timmerman, de 29 años, asegura que cruzó a pie desde el Líbano por razones espirituales y que a pesar de ser detenido y encarcelado no fue torturado estos meses

Rebeldes sirios ayudan al estadounidenseTravis Timmerman, hallado en una cárcel al sur de Damasco.
Rebeldes sirios ayudan al estadounidenseTravis Timmerman, hallado en una cárcel al sur de Damasco.MOHAMMED AL RIFAIEFE
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La historia era extraña a principios de este año y lo es todavía más ahora. Con la caída del régimen de Bashar Asad, el colapso del estado y la desaparición de militares y estructuras, miles de presos han recuperado, al menos temporalmente, la libertad. Las imágenes más conocidas son las de la prisión de Sednaya, pero también en otros centros de detención. Hombres delgados, a menudo en precario estado de salud, desorientados vagando por Damasco y otras ciudades. Sin rumbo ni pleno entendimiento de lo que está ocurriendo. De todos ellos, uno llamó inmediatamente la atención, tanto de los grupos armados que han tomado el control del país como de la prensa internacional. Un joven alto, con barba y un acento norteamericano inconfundible. La primera impresión, y esperanza, era que fuera Austin Tice, el periodista desparecido hace 12 años y al que su familia todavía espera encontrar con vida. Pero no. Se trata de otra persona, identificada como Travis Timmermans y a la que su familia de Missouri también buscaba.

Timmermans, que en realidad se llama Pete y fue localizado por la agencia turca Anadolu, andando descalzo por la ciudad de Dhiyabia, ha dicho a los periodistas occidentales que es un "peregrino" que viajó desde "Europa al Líbano por razones espirituales" y leyendo las escrituras y que hace algo más de medio año se coló ilegalmente a pie por la frontera siria. Que deambuló durante varios días por las montañas sin alimentos o bebidas hasta ser detenido, y que desde entonces era prisionero. Rodeado de cámaras y flashes, confuso y con problemas para sostenerse de pie o caminar, Timmermans dijo que durante sus meses de detención no había sido maltratado ni torturado o agredido. Que "estaba bien alimentado e hidratado" y que lo único que lamentaba era que "sólo podía ir al baño tres veces al día cuando ellos querían, no cuando tenía ganas".

Hay muchas incógnitas ahora mismo. Cómo llegó a pie hasta el Líbano, si alguien le ayudó a cruzar la frontera y cómo evitó los malos tratos y la tortura siendo un norteamericano, al que inevitablemente podrían considerar un espía. O por qué su presencia fue un secreto, aparentemente, todo este tiempo. No ha contado aún qué preguntas le hicieron o cómo fueron los meses previos a su llegada a Siria. O por qué el peregrinaje le llevó hacia Damasco en concreto.

Su familia en Missouri ha calificado de "milagro navideño" las noticias de su liberación, y el secretario de Estado, Antony Blinken, asegura que están trabajando para intentar sacarlo del país lo antes posible. Pero todo resulta confuso. Preguntado por una marea de periodistas si quería llamar a su familia para decirles que estaba bien, o las autoridades de su país, Timmermans dijo que no, que no hacía falta. Y en alguna entrevista ha dado a entender que habló con ellos hace unas semanas con su propio móvil, pero sin revelar su ubicación.

Más tarde le dijo a NBC News que sentía que su encarcelamiento "en realidad fue bueno para mí", describiéndolo como "un momento de consuelo, de meditación, y soy más fuerte por ello", pero también diciendo, con la mirada algo perdida, que ahora "estaba limpio".

A pesar de ello, existía un aviso de desaparición desde verano que indicaba que la última vez que había sido visto era en Budapest, en Hungría. Timmerman aseguró que pasó los últimos días vagando descalzo por las calles, durmiendo a la intemperie o en una casa abandonada. Fue encontrado por un vecino, le pidió agua y posteriormente apareció en el video que rápidamente se difundió en las redes sociales y atrajo la atención de todo el planeta. A los periodistas, bastante relajado pero también confuso, les dijo que al salir de la prisión pensó en unirse a un grupo que quería huir hacia Jordania y luego a Damasco.

No había más norteamericanos

Timmerman, que fue liberado a principios de semana cuando rebeldes armados abrieron por la fuerza la puerta de su celda, ha asegurado también que en su prisión no había otros norteamericanos, explicando que él estaba separado del resto de presos sirios, pero que asumía que, de haber otro extranjero, lo hubieran puesto cerca de donde estuvo él. Y que nunca en su vida había oído habla de Austin Tice, el periodista desaparecido. Insiste en que los guardias le trataron "decentemente", pero que "cada día escuchaba los gritos de gente siendo agredida o torturada". Sólo hombres y generalmente jóvenes, no mujeres o niños, si bien a las familias las escuchaba en los pisos superiores.

Sus familiares en Missouri han explicado que no sabían nada de él desde hace meses (en una aparente contradicción con la afirmación del propio Travis de que les había llamado hace poco), que rezaban y que estaban deseando que volviera a casa. "En cuanto al ciudadano estadounidense que fue encontrado hoy, estamos trabajando para sacarlo de Siria y traerlo de regreso a casa. Por razones de privacidad, no puedo compartir más detalles", ha dicho el secretario de Estado Antony desde Jordania.

Timmerman se licenció en finanzas en la Universidad Estatal de Missouri en 2017, y luego logró un título en Derecho, ha explicado su madre. Entre 2020 y 2021 trabajó para el bufete de abogados Goldberg Law Group, con sede en Chicago. Pero después de esa experiencia, que según sus jefes fue positiva, volvió a su ciudad natal, Urbana, y dijo a su familia y amigos que quería escribir sobre la naturaleza y, en especial, sobre su fortalecida fe cristiana. Aunque no tenía mucho dinero, ha insistido su madre, Timmermans fue a Budapest "para trabajar en sus escritos y ayudar a la gente". Poco después se interrumpió el contacto con ella, si bien les avisó de que "sus viajes podrían dificultar la comunicación".

La oficina de asuntos políticos de Hayat Tahrir al-Sham, el grupo rebelde que lideró la ofensiva relámpago para derrocar al gobierno de Asad, dijo que el grupo había logrado su liberación. Tras responder a las preguntas de periodistas, hombres armados lo metieron en un coche y se lo llevaron. "Afirmamos nuestra disposición a cooperar directamente con la administración estadounidense para completar la búsqueda de los ciudadanos estadounidenses desaparecidos por el antiguo régimen de Asad", dijo el grupo, añadiendo que se estaba llevando a cabo la búsqueda de Austin Tice.