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Hadi Al Bahra (Damasco, 1959) es el presidente del máximo órgano político de la oposición siria en el exilio, la Coalición Nacional Siria (CNFROS). Residente en Estambul -ciudad que acoge la organización bajo amparo y apoyo turco- Bahra es una de las voces que más se ha pronunciado sobre el camino político que debe tomar Siria, con un período de transición que siga los protocolos internacionales.
La CNFROS participa en la coalición de fuerzas opositoras capitaneada por el líder de Hayat Tahrir Al Sham (HTS), ex filial de Al Qaeda que condujo la ofensiva contra Bashar Asad y responsable de formar el gobierno interino. La CNFROS es cercana al Ejército Nacional Sirio (ENS), grupo de milicias que participó en el asalto contra Asad y que operan bajo la influencia de Turquía.
- El Mando de Operaciones Militares anunció un primer ministro interino en Siria, gobernador de facto en la capital, ¿Cuál es su papel en este proceso?
- El Mando de Operaciones Militares tiene un control conjunto. Está Hayat Tahrir Al Sham y otros batallones que tienen representantes miembros de la Coalición Nacional Siria. Durante la ofensiva dimos el control al Centro de Mando y Control Conjunto porque requería organización, garantizar la paz civil, cumplir las leyes humanitarias y respetar a la gente sobre el terreno. Ahora participamos en asegurar que los servicios básicos estén listos en poco tiempo, como alimentos, combustible, agua y electricidad. También contribuimos a que las instituciones estatales no colapsen, permanezcan intactas y puedan volver a funcionar. Por eso cedemos el control al gobierno interino que trabajará para esto durante un período hasta marzo. En marzo deberíamos establecer un gobierno de transición guiado por la comunidad internacional.
- Bashir Al Ali, responsable de las relaciones con las minorías, planteó la creación de un estado civil basado en la sharía (ley islámica). ¿Comparten esta idea? ¿Cómo definiría este proyecto?
- Es Al Shara (líder de HTS, también conocido como Abu Mohammed Al Jolani) quien ha establecido el gobierno interino y no ha habido consultas para su creación. Pero nosotros estamos de acuerdo con ello debido a la prioridad de garantizar que este período transcurra sin problemas. El gobierno de transiciónno puede establecerlo solo, porque el pueblo sirio se ha sacrificado durante 14 años para asegurarse de que la transición política al final dé el poder al pueblo para elegir. Espero y creo que lo hará, que seguirá ese camino especificado en la resolución del Consejo de Seguridad en Ginebra.
- ¿Cómo imagina al futuro gobierno sirio?
- El futuro gobierno tiene que cumplir tres criterios: tiene que ser incluyente, por lo tanto, tiene que ser el resultado de un diálogo amplio y continuo entre las partes sirias y nadie debe quedar excluido de él. Debe representar a todos los sectores y componentes de la sociedad siria. Segundo, tiene que ser creíble, es decir, que la gente esté convencida de su elección. Y tercero, tiene que establecerse sobre una base no sectaria.
- ¿Qué pasará con los combatientes opositores que participaron en la ofensiva? ¿Hay algún plan para desmantelarlos o integrarlos en algún cuerpo de seguridad?
- Por supuesto. Parte del período de transición y de la creación de un entorno seguro consiste en reestructurar el ejército sirio. Las milicias sirias tendrán la opción de unirse al ejército oficial o regresar a la vida civil. Esperamos que al final de este período de transición, que esperamos que dure unos 18 meses, tengamos un solo ejército en Siria.
- ¿Y los combatientes extranjeros que llevan años en milicias opositoras?
- Actualmente no hay combatientes extranjeros en el Ejército Nacional Sirio, que representa al ejército oficial y trabaja bajo nuestro gobierno interino. Sobre el resto de batallones, no queremos que ningún combatiente extranjero se quede en Siria. No queremos ver a ninguna milicia extranjera en nuestro territorio.
- En este proceso de transición, ¿cómo cree que encaja la administración autónoma kurda del noreste y las milicias kurdosirias?
- Queremos una Siria unida por su territorio y su gente. Estas milicias no representan al pueblo kurdo. Queremos que estas milicias y especialmente el componente sirio de las mismas se desvinculen del PKK (guerrilla presente en Turquía), que es una organización terrorista, una organización que no es siria y con la que no tenemos ninguna relación. Vemos al PYD (principal formación política kurdosiria) como un vástago del PKK. Por eso exigimos que el PYD desmantele toda su relación con el PKK, que pida a los líderes extranjeros que se retiren de Siria. Pedimos al resto que se unan a las filas de la oposición y para formar un diálogo nacional más amplio. Hay negociaciones en marcha entre este grupo y el Ejército Nacional Sirio.
- ¿Qué tipo de negociaciones?
- Políticas. Les hemos transmitido que si lo hacen, tienen que dejar de lado todas las banderas e izar solo la bandera oficial siria, que estén dispuestos a sentarse y tener un diálogo más amplio.
- ¿Hay discusiones sobre qué pasará con los países que tienen presencia en territorio sirio como Turquía, Estados Unidos o Israel?
- Turquía es un país vecino con el que compartimos 900 kilómetros de frontera. Su papel en Siria es esencial. Acogieron tres millones y medio de refugiados sirios y quedan alrededor de casi tres millones. Turquía tiene intereses nacionales compartidos con los sirios y es parte de la solución. Hay otros países como el Líbano o Jordania que también se han visto afectados por los refugiados. Otros como Irak han sufrido el paso de las milicias iraníes en su territorio, también hay presencia militar rusa en Siria, hay presencia estadounidense y de otros países árabes.
- En medio de este proceso político Israel ha lanzado más de 400 ataques aéreos en Siria, ha destruido gran parte de las estructuras del ejército y desplegado fuerzas en el sur del país. ¿Cómo enfrentan esta situación?
- Yo hablo como oposición política reconocida por la Asamblea General de la ONU y veo que esto ocurre en un momento muy inoportuno. Ocurre en un momento de cambio, en el que se abre una nueva página en la historia de Siria, en la que los países deben mostrar sus buenas intenciones entre sí.