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Lukashenko, a por 35 años al mando de Bielorrusia frente a "los que han elegido ir a prisión"

Ganó las elecciones presidenciales con el 86,82 % de los votos, según los resultados oficiales preliminares anunciados por la Comisión Electoral Central

Lukashenko, al depositar hoy su voto.
Lukashenko, al depositar hoy su voto.Efe
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Alexander Lukashenko, presidente de Bielorrusia desde 1994, confía en que tras su séptima victoria electoral consecutiva Bielorrusia seguirá siendo "una dictadura de orden, justicia, amabilidad y respeto". Ganó las elecciones presidenciales con el 86,82 % de los votos, según los resultados oficiales preliminares anunciados por la Comisión Electoral Central (CEC) de la antigua república soviética.

La segunda opción más votada con el 3,60 % de los sufragios fue 'Contra Todos', la preferida por la oposición en el exilio, explicó en rueda de prensa Ígor Karpenko, presidente de la CEC.La comisión electoral dijo que la participación fue del 81,5% en las elecciones, en las que 6,9 millones de personas estaban llamadas a votar.

Mientras los bielorrusos votaban en la mañana del domingo, el longevo autócrata declaró que algunos de sus oponentes políticos habían "elegido" ir a prisión. Acompañado de su pequeño perro para parecer más humano, Lukashenko emitió su voto en una convocatoria electoral en la que todo estaba preparado para que extienda su mandato de 31 años por otros cinco años más.

Su Gobierno depende de los subsidios y apoyo político y militar de su estrecho aliado, Rusia, a quien ha ayudado a invadir Ucrania ofreciendo su territorio. Tanto Estados Unidos como la Unión Europea han calificado la elección de farsa. Lukashenko ha dicho que no le importaba si Occidente decidía reconocer las elecciones o no.

Sus oponentes, encarcelados o exiliados en el extranjero por la implacable represión contra la disidencia y la libertad de expresión, tachan la votación de farsa y denuncian que en esta convocatoria no ha dejado concurrir a ningún rival de verdad.

El dictador, de 70 años, se enfrentaba a cuatro candidatos: Aleh Haidukevich, Serguei Syrankou, Hanna Konapatskaya y Alexander Khizhnyak. Los cuatro han sido aprobados por el Gobierno. Ninguno es crítico de su gestión. Ninguna alternativa es contemplada como una amenaza potencial para su gobierno, como ellos mismos han reconocido. "Entendemos quién será el ganador de esta carrera y lo apoyamos plenamente", dijo Syrankou, el candidato del Partido Comunista, en una entrevista con la agencia de noticias rusa RIA Novosti. Haidukevich, líder del Partido Liberal Democrático del país, bromeó diciendo que no "hace falta ser Nostradamus" para ver que Lukashenko ganaría las elecciones.

El candidato Alexander Khizhnyak, jefe del Partido Republicano del Trabajo y la Justicia, fue el más votado en un distrito electoral en Minsk en 2020 y juró prevenir "una repetición de los disturbios". La única candidata, Hanna Kanapatskaya, obtuvo el 1,7% de los votos en 2020 y se presentó como la "alternativa democrática a Lukashenko". Prometió abogar por la liberación de prisioneros políticos pero advierte a sus seguidores contra "iniciativas excesivas".

"Esto no es democracia; es una farsa construida sobre el miedo, la represión y las mentiras", recordó la líder opositora exiliada Svetlana Tijanovskaya, exiliada desde los pasados comicios de 2020, que donde el pucherazo de Lukashenko desencadenó meses de protestas sin precedentes en la historia del país. Varios candidatos de esos comicios siguen en prisión casi cinco años después, junto con 1.200 presos políticos, entre ellos el activista de derechos humanos y Premio Nobel de la Paz Ales Bialiatski, que cumple una condena de 10 años por cargos de contrabando que él niega. Más de 3.000 personas han pasado por la cárcel o siguen en ella por protestar. Pero Lukashenko dice que en Bielorrusia a nadie se le impide hablar, la prisión es "para la gente que abre demasiado la boca, para decirlo sin rodeos, aquellos que violan la ley".

Durante las jornadas de votación se registraron cortes de Internet en Bielorrusia, un país de nueve millones de habitantes. Al lo largo del fin de semana los bielorrusos no pudieron acceder a varios sitios web alojados en el extranjero, incluido Reddit. Incluso tuvieron problemas para usar varias VPN para acceder a sitios web bloqueados por el gobierno. Las autoridades han intentado erradicar la disidencia arrestando a cientos de personas en redadas contra familiares y amigos de prisioneros políticos y cualquier persona que participe en actividades online. Sólo el mes pasado las autoridades detuvieron a 188 personas.

El líder bielorruso lleva meses dispensando un goteo de indultos y espera romper en algún momento el aislamiento impuesto por la Unión Europea, sobre todo si una fase negociadora en el conflicto ucraniano le devuelve al primer plano. Respecto a la guerra, Lukashenko dijo que ve "luz al final del túnel" respecto a posibles conversaciones de paz.

Su dependencia del apoyo del presidente ruso Putin —quien también lleva un cuarto de siglo en el cargo— le ayudó a sobrevivir a las protestas de 2020. Pero precisamente es su guerra, tremendamente impopular en Bielorrusia, la que puede desestabilizar el régimen bielorruso: "Nadie quiere ir a luchar a Ucrania en la guerra de Putin, y Lukashenko lo sabe", explica Kanstantsin Staradubets, del Centro de Derechos Humanos Viasna, exiliado en Vilna desde hace años.

Cuando se le preguntó si ésta sería su última elección, el ex jefe de granja agrícola soviética se negó a dar una respuesta directa. Dijo que "no estaba dispuesto a morir" y que no tenía un sucesor específico en mente: "Cuando llegue el momento pensaremos en ello".