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Indignación y estupor ante el aumento de las detenciones de turistas tras la llegada de Trump: "Ya ningún extranjero está seguro de venir a EEUU"

Se suceden los casos de europeos retenidos tras pasar la frontera con México y que son enviados a centros de migrantes durante semanas

Lucas Sielaff posa en la localidad alemana de  Bad Bibra el pasado 20 de marzo.
Lucas Sielaff posa en la localidad alemana de Bad Bibra el pasado 20 de marzo.AP
Actualizado

La estadounidense Lennon Tyler y su pareja, el alemán Lucas Sielaff, solían viajar por carretera a México cuando él se encontraba de vacaciones en Estados Unidos. Aquel tiempo compartido era un sueño para los dos... hasta el mes pasado en que degeneró una de sus peores pesadillas. Cuando regresaban de la ciudad fronteriza de Tijuana agentes fronterizos les pararon y esposaron a la mujer y la encadenaron a un banco mientras que él fue acusado de violar las normas del permiso de turista de 90 días y fue enviaron a un abarrotado centro de detención de inmigrantes de Estados Unidos, según denuncia los pareja. Pasó 16 días encerrado antes de que se le permitiera regresar a su país.

Incidentes como éste, con turistas retenidos durante semanas, se han repetido desde el regreso al poder del presidente Donald Trump asumió el cargo,. Otra turista alemán , Jessica Brösche fue detenido en el cruce de Tijuana el 25 de enero y paso seis semanas retenida, incluyendo una de aislamiento y en la frontera canadiense, una mochilera de Gales, Becky Burk, pasó casi tres semanas en un centro de detención de Washington antes de permitirle emprender la vuelta esta misma semana. El 3 de marzo, la canadiense Jasmine Mooney, actriz y empresaria con visado para trabajar en Estados Unidos, fue detenida en el paso fronterizo de Tijuana.

Pedro Ríos, director del Comité de Servicio de los Amigos Americanos, una organización sin fines de lucro que ayuda a los migrantes, dijo que en los 22 años que ha trabajado en la frontera nunca ha visto a viajeros de Europa Occidental y Canadá, antiguos aliados de Estados Unidos, encerrados de esta manera. "Es inusual que estos casos estén tan próximos unos de otros y la razón para detener a estas personas no tiene sentido. No se justifica el trato ni las condiciones aborrecibles que soportaron", denuncia. A su juicio, "hay un ambiente antiinmigrante mucho más ferviente".

Para saber más

Las autoridades estadounidenses no respondieron a una solicitud de The Associated Press para obtener cifras sobre cuántos turistas han sido retenidos en centros de detención ni explicaron por qué no se les negó la entrada. Los incidentes están alimentando la ansiedad mientras la administración Trump se prepara para una prohibición a los viajeros de algunos países. Teniendo en cuenta la "evolución" de las políticas federales de viaje, la Universidad de California en Los Ángeles envió un aviso esta semana instando a sus estudiantes y personal nacidos en el extranjero a considerar los riesgos de los viajes no esenciales para las vacaciones de primavera, advirtiendo que "los requisitos de reingreso pueden cambiar mientras está ausente, impactando su regreso".

El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas se limitó a señalar en un correo electrónico a la AP que Sielaff y Brösche, quien estuvo detenido durante 45 días, "fueron considerados inadmisibles" por Aduanas y Protección Fronteriza sin concretar detalles específicos subrayó que "si se violan los estatutos o los términos del visado, los viajeros pueden ser objeto de detención y expulsión".

Ambos turistas alemanes fueron autorizados a entrar en Estados Unidos en virtud de un programa ofrecido a un selecto grupo de países, en su mayoría de Europa y Asia, cuyos ciudadanos pueden viajar a Estados Unidos por negocios o placer durante un máximo de 90 días sin necesidad de obtener un visado previamente. Los solicitantes se registran en línea en el Sistema Electrónico de Autorización de Viaje, pero incluso si se les autoriza a viajar con arreglo a ese sistema, se les puede prohibir la entrada en el país.

Sielaff llegó a Estados Unidos el 27 de enero. Él y Tyler decidieron ir a Tijuana durante cuatro días a mediados de febrero porque el perro de Tyler requería ser intervenido y los servicios veterinarios eran más baratos allí. Regresaron el 18 de febrero, cuando sólo habían transcurrido 22 días desde que Sielaff obtuvo su permiso de turista de 90 días. Cuando llegaron al puesto fronterizo, el agente estadounidense preguntó a Sielaff con agresividad: "¿Adónde va? ¿Dónde vives?". El inglés no es la lengua materna de Lucas, así que le contestó: "Vamos a Las Vegas", y el agente le dijo: "Te hemos pillado. Vives en Las Vegas. No puedes hacer eso", relató Tyler. A Sielaff se lo llevaron para interrogarlo más a fondo.

Tyler explica que le preguntó si podía ir con él o si podía conseguir un traductor y que le dijeron que se callara, después la sacaron del coche, la esposaron y la encadenaron a un banco. Su perro, que se recuperaba de la operación se quedó en el coche. Tras cuatro horas, Tyler pudo salir pero no le dieron ninguna información sobre el paradero de su prometido. Durante el interrogatorio, Sielaff aseguro a las autoridades que nunca había vivido en Estados Unidos y que no tenía antecedentes penales. Le registraron todo el cuerpo y le ordenaron que entregara su teléfono móvil y sus pertenencias. Lo metieron en una celda donde durmió en un banco durante dos días antes de trasladarlo al centro de detención de Otay Mesa, en San Diego, donde compartió celda con otras ocho personas. "Estás enfadado, triste, no sabes cuándo podrás salir" relataba .

"Finalmente le dijeron que cogiera un vuelo directo a Alemania y presentara un número de confirmación. En una llamada frenética de Sielaff, Tyler lo compró por 2.744 dólares. Voló de vuelta el 5 de marzo. "Lo que ocurrió en la frontera fue un abuso flagrante del poder de la Patrulla Fronteriza", denuncia Tyler.

"Las detenciones se producen en medio de las luchas legales por las detenciones y deportaciones de la administración Trump de otros extranjeros con visados válidos y titulares de tarjetas verdes, incluido un activista palestino que ayudó a organizar protestas en el campus contra la guerra en Gaza. Tyler planea demandar al gobierno de Estados Unidos y están reconsiderando los planes para celebrar su boda en Las Vegas". Ahora sus esfuerzos están centrados en superar el trauma: "Ya nadie está seguro de venir a Estados Unidos como turista".