INTERNACIONAL
Estados unidos

Kilmar Ábrego, el migrante salvadoreño expulsado "por error" de EEUU fue trasladado del CECOT a otra cárcel de El Salvador

El recluso mantuvo una reunión con el senador demócrata estadounidense Chris Van Hollen que se ha desplazado a San Salvador para conseguir su liberación

El senador demócrata Chris Van Hollen, derecha, junto a Kilmar Ábrego García, este viernes en un hotel en San Salvador.
El senador demócrata Chris Van Hollen, derecha, junto a Kilmar Ábrego García, este viernes en un hotel en San Salvador.EFE
Actualizado

Kilmar Ábrego García, el salvadoreño deportado "por error administrativo" desde EEUU al Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT) de El Salvador, cuya liberación y retorno ha sido solicitada por la Corte Suprema estadounidense al Gobierno de Donald Trump, ha sido trasladado hace nueve días a otra cárcel del departamento de Santa Ana, donde hay un régimen penitenciario mucho menos severo, aunque continúa sin poderse comunicar con su abogado ni con su familia.

Así lo informó en una rueda de prensa el senador demócrata estadounidense por Maryland Chris Van Hollen, quien este viernes mantuvo una reunión con el recluso en el restaurante del hotel en el que se hospedaba, después de viajar a El Salvador para pedir al Gobierno de Nayib Bukele que libere a Ábrego García, residente durante 14 años en EEUU, donde se casó y estaba criando a tres hijos y que fue expulsado de ese país junto a más de 200 migrantes acusados de pertenecer a organización terrorista.

Para saber más

"Él me dijo ayer que hace nueve días que lo trasladaron a otro centro de detención en Santa Ana donde las condiciones son mejores (en el CECOT compartía celda con 25 reclusos), pero seguía sin tener acceso a información del exterior y no podía comunicarse con nadie lo que supone una violación flagrante del derecho internacional por parte de El Salvador no solo en este caso, sino en todos los casos", señaló el senador. Ante la presencia de Jennifer y Cecilia, la mujer y la madre del preso, respectivamente, recalcó que "debemos ponerle fin al secuestro ilegal de Kilmar Ábrego García y hay que traerlo a casa para proteger sus derechos constitucionales al debido proceso".

Van Hollen reveló que durante la conversación que mantuvo con Ábrego, que fue la primera que el detenido tuvo con alguien de fuera del ámbito de la prisión "desde su secuestro", le trasladó que estaba "muy entristecido de estar en la cárcel porque él no había cometido ningún delito".

En su visita a El Salvador, el senador recordó que también se reunió con el vicepresidente del Gobierno, Félix Ulloa ante la ausencia de Nayib Bukele que se encontraba fuera del país centroamericano, tras acudir a la Casa Blanca para mantener un encuentro con el presidente de EEUU, Donald Trump. En su reunión con Ulloa, le pidió que el Gobierno salvadoreño "no se convierta en cómplice del secuestro ilegal y la detención de Ábrego y lo pusiera en libertad".

Van Hollen desveló que el Gobierno de Trump ha ofrecido a El Salvador "pagar 50 millones de dólares por la detención de estos individuos", en referencia a las personas deportadas de EEUU y enviadas al CECOT acusadas de pertenecer a la Mara Salvatrucha (MS-13) y a la organización criminal venezolana Tren de Aragua, "incluyendo al ilegalmente secuestrado Ábrego García".

En este sentido, apuntó que tiene información de que, hasta la fecha, la administración Trump ha pagado al Gobierno de Bukele "más de 4 millones de esa cantidad y sé que hay algún documento que registra los pagos, pero no tengo detalles de los términos y condiciones del acuerdo".

De esta manera, el senador ha asegurado que, desde el Congreso, "vamos a averiguar de dónde salieron esos fondos, porque esto no había sido autorizado y yo no voy a apoyar que se dé un solo centavo del dinero de los contribuyentes para mantener a Ábrego García ilegalmente detenido en El Salvador".

"Cómplice de acciones ilegales"

Insistió en que el Gobierno de Bukele está cometiendo un "grave error", ya que, según denunció, El Salvador quiere presentarse como un país "pro tecnología donde circula el Bitcoin y ahora tenemos esta situación donde se tiene a personas ilegalmente detenidas". Por ello, preguntó a Bukele y a Ulloa si "quieren convertirse en un lugar al que se le paga por ser cómplice de acciones ilegales".

Van Hollen explicó que él pensaba que Ábrego se encontraba en el CECOT y, por ello, trató de llegar el pasado jueves a esa mega cárcel inexpugnable con capacidad para 40.000 pandilleros y que se trata del proyecto estrella de Bukele en su particular 'guerra contra las pandillas' puesta en marcha desde que llegó al poder en 2019. Sin embargo, cuando se encontraba a tres kilómetros del centro penitenciario, un retén militar paró su vehículo en el que también iba el abogado de la madre de Ábrego impidiéndoles avanzar y llegar a la prisión.

"Los soldados nos dijeron que no podíamos seguir más adelante y, cuando pregunté por qué, me dijeron que tenían órdenes de impedirnos el paso", aseguró el senador, quien recordó que en la reunión que mantuvo el miércoles con el vicepresidente de El Salvador, ya le avisó que no era posible que visitara a Ábrego.

Cuando el jueves se dirigía al aeropuerto para regresar a EEUU, un "emisario" de Bukele le llamó por teléfono para informarle que sí le permitirían reunirse con el migrante salvadoreño a quien trasladaron al hotel donde se alojaba el senador.

Sin embargo, denunció lo que sucedió en el encuentro cuando un funcionario gubernamental colocó dos vasos en la mesa del restaurante con hielo que "parecían margaritas". Precisamente, tras la reunión, Bukele publicó en X una foto de la cita y aseguró de manera irónica que "Kilmar Ábrego García, milagrosamente resucitado de los 'campos de exterminio' y la 'tortura', ahora disfruta bebiendo margaritas con el senador Van Hollen en el paraíso tropical de El Salvador".

Van Hollen indicó que cuando se sentó con Kilmar, había vasos de agua en la mesa y cuando estaban conversando, "uno de los funcionarios gubernamentales se acercó y colocó dos vasos con hielo y no sé si tenían sal o azúcar en la parte superior, pero parecían margaritas. Sí vi que el que estaba enfrente de Kilmar tenía menos líquido que el que estaba delante de mío, quizá para que pareciera que él ya había tomado de ese vaso".

Sin embargo, explicó que "ninguno de los dos tocó esas bebidas que estaban enfrente de nosotros", lo que, en su opinión, "habla sobre hasta dónde está dispuesto a llegar Bukele para engañar a la gente sobre lo que está ocurriendo".

El senador también criticó que el presidente Trump y la Casa Blanca han estado "mintiendo" sobre este caso desde el comienzo, cuando los tribunales de la Corte Suprema "han dicho que se debe respetar la Constitución y el debido proceso y por eso decimos que traigan a Kilmar a EEUU porque este no es un caso de un individuo, sino que se trata de proteger los derechos constitucionales de todos los que residen en EEUU". Por ello, acusó al Gobierno de Trump de "estar desafiando de manera flagrante una orden de la Corte Suprema".

"Me eligieron para expulsar a la gente mala"

Por su parte, Trump, lejos de acatar lo resuelto por la Corte Suprema que a principios de este mes indicó que el Gobierno debe realizar las labores para traer de vuelta a Ábrego García, el presidente publicó en X una foto suya con una imagen de los supuestos tatuajes alusivos a la MS-13 en los nudillos de una de las manos del migrante salvadoreño.

"Esta es la mano del hombre que los demócratas consideran que debería ser devuelto a EEUU por ser una persona tan buena e inocente. Me eligieron para expulsar a la gente mala de EEUU, entre otras cosas. Se me debe permitir hacer mi trabajo", remarcó Trump.

Van Hollen le respondió que, en lugar de recurrir a las redes sociales, presenten sus alegaciones en los tribunales. "En otras palabras, váyanse a la Corte o quédense callados", espetó, al tiempo que incidió en que "no han presentado evidencia que vincule a Ábrego con la MS-13 o actividades terroristas".

Se da la circunstancia que el Tribunal Supremo de EEUU ordenó este sábado a la administración Trump que suspenda la deportación de venezolanos acusados de ser pandilleros en virtud de la llamada Ley de Enemigos Extranjeros, de 1798, que usa el Gobierno para deportar y encarcelar en El Salvador a migrantes irregulares a los que acusa de pertenencia a organización terrorista, como el Tren de Aragua o la MS-13.

Por su parte, un tribunal de apelaciones de Washington bloqueó temporalmente el intento del juez federal James Boasberg para declarar al Gobierno de Trump en desacato por ignorar una orden judicial que solicitaba el regreso a EEUU de aviones cargados con inmigrantes, tras haber enviado a 238 reclusos a El Salvador, acusados de ser miembros del Tren de Aragua a los que se sumaron 20 salvadoreños señalados de formar parte de la MS-13.