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Serie de verano (IV)
Escritoras en el margen

Elisabeth Mulder, la poeta que mejor conocía el alma femenina

Mulder, aunque olvidada por la historia reciente de la literatura, fue muy reconocida por la crítica y el público. Mantuvo una estrecha relación con la anarquista Ana María Martínez Sagi y publicó una de las primeras novelas feministas en España.

La escritora y poeta Elisabeth Mulder.
La escritora y poeta Elisabeth Mulder.Ed. Renacimiento
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Había nacido en Barcelona en 1903 y cuando publicó su primera novela en 1934, Una sombra entre los dos, era ya viuda, tenía un hijo, cinco poemarios editados y una más que probable relación lésbica con Ana María Martínez Sagi. Esto último lo cuenta Sara Toro Ballesteros citando a Juan Manuel de Prada y El derecho a soñar, su monumental obra sobre la poeta, deportista, activista, anarquista y, en fin, mujer moderna que fue Martínez Sagi en los años 30.

Toro Ballesteros afirma en su artículo académico Señoras de la inquietud que ésta habría dedicado no un poema, sino toda su obra a la escritora barcelonesa, prueba de lo cual sería la dedicatoria A Elisabeth Mulder con que rotuló la carpeta con textos inéditos que la poeta entregó a Juan Manuel de Prada en sus últimos años de vida con la petición de que no viesen la luz hasta 20 años después de su fallecimiento. Sagi trató de evitar posibles escándalos con el hijo de Mulder [con quien vivió en Barcelona hasta su muerte en 1987, junto a la mujer de este y sus cuatro nietos], pues su admiración compartida rebasaría los límites de la amistad en las vacaciones de abril de 1932 que disfrutaron en Mallorca.

A pesar de que después de la Guerra Civil no volvieron a verse, Mulder, que pertenecía a la intelectualidad burguesa de Barcelona, que había estudiado siempre en casa con profesores particulares, que conocía medio mundo gracias a los viajes con sus padres, que sabía cuatro idiomas y durante la Guerra el consulado de Países Bajos había colocado una bandera en el balcón de su casa del Paseo de la Bonanova ofreciéndole protección debido a la ascendencia aristocrática de su padre, que le había legado un marquesado, Mulder, decíamos, siempre guardó lealtad a su admirada amiga. Se lo confesó, de forma velada, a Joaquín Soler Serrano en un A Fondo emitido en TVE en septiembre de 1979, cuando éste le preguntó por su grupo de amistades. "Muy diverso. Soy muy afortunada en la amistad y no de una manera selectiva, sino por la amistad misma, por el valor que esta amistad tenga, aunque no corresponda ni por ideología, ni en gustos generales, ni en climas ni en ambientaciones". Y se vieron profundamente emocionados sus claros ojos verdes cuando el periodista le leyó una crítica de Juan José Domenchina publicada en La Voz el 18 de julio de 1935 sobre su segunda novela, Historia de Java, que ella consideraba su texto más intemporal: "Este poema de Elisabeth Mulder se me antoja el poema o cántico del amor femenino, del amor femenino consciente. Poema, cántico y conocimiento del alma femenina es lo que hay entre tantas cosas nobles que destacar en la obra de Elisabeth Mulder".

EL 'PROBLEMA FEMINISTA'

Cuenta De Prada que Sagi le confesó que el tercer poemario de Mulder, Sinfonía en Rojo, de 1929, fue retirado de las librerías por orden de su marido Ezequiel Dauner, con quien su familia le había forzado a casarse a pesar de que este (que moriría al año siguiente) le triplicaba la edad. Quizá, como apunta Toro Ballesteros porque se sintió aludido en el poema El pulpo ("¿Alguien ha visto a un pulpo acercársele quedo/ asqueroso y lascivo, monstruoso y feroz?"); o en Desamparo: "¡Qué sola estoy! ¡Y qué aterido/ vive mi pobre corazón/ sin una llama de ilusión/ en los márgenes del olvido!".

En esos años, como explica María del Mar Mañas en su tesis doctoral sobre la obra narrativa de Mulder, es cuando muestra una mayor preocupación sobre las cuestiones de la identidad femenina. Una sombra entre los dos fue recibida de manera muy elogiosa por la crítica, que enseguida la comparó con Casa de Muñecas, de Ibsen, ya que su protagonista, como la del escritor noruego, debe enfrentarse a una sociedad que no está preparada para la irrupción de la mujer nueva. "Patricia", la protagonista de la novela, ha explicado la filóloga y escritora Pepa Merlo, "representa al nuevo modelo de mujer, la mujer de los años 30, capaz, independiente, cuya condición de individuo en apariencia se ha desarrollado por encima de cualquier convencionalismo social".

Mulder era muy consciente de su papel de pionera y precursora de un tema que, a pesar de estar en el ambiente durante la Segunda República aún no había saltado a la novelística española. Además, como en Madrid, también en Barcelona se habían inaugurado un Lyceum Club Femenino y una Residencia de Señoritas Estudiantes dirigida por una amiga de Mulder, María Luz Morales, que había prologado su polémico Sinfonía en Rojo. En la obra colectiva El autor enjuicia su obra, publicada en 1966 y citada por Mañas, Mulder afirma: "Esta novela se publicó en 1934 cuando llevaba ya algún tiempo escrita. Es, pues, una novela juvenil, combativa y la única hasta ahora en que defiendo abiertamente una tesis. Es también según ha sido ya señalado por opiniones más autorizadas que la mía, la primera novela española en que se plantea lo que nos resignamos a llamar -porque no hay otro modo fácil de llamarlo- el problema feminista".

Un feminismo moderado

"Hay en esta novela una ideología feminista pero moderada", confesó Mulder a Joaquín Soler Serrano en el 'A Fondo' que le dedicó TVE en 1979. "Por eso, encajaría más hoy que cuando la publiqué en 1934".