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Parecía que, durante las últimas semanas, Kanye West (47) había olvidado a Kim Kardashian (44). Después de generar una gran polémica en la alfombra roja de los Grammy -al presionar a su esposa Bianca Censori a desnudarse- y, posteriormente, mostrarse a favor del nazismo y el Ku Klux Klan, la prensa estaba segura de que el cantante estaba enfocando todos sus esfuerzos en salvar su propia reputación. Pero no ha sido así y el intérprete de Stronger ha vuelto a centrar toda su atención en la madre de sus hijos.
Para entender qué ocurre entre ambas celebs, hay que hablar primero sobre North (11), la hija mayor del ex matrimonio, que el año pasado comenzó su carrera como artista. En un principio, parecía que el interés que la niña tenía en la música no era más que un capricho. Sin embargo, sus dos padres se lo tomaron en serio e incluso Kim se transformó en su manager.
Hasta hace poco, West no había expresado de manera pública cuánto le molesta que Kardashian sea la representante de su primogénita. Pero la verdad es que no lo tolera y por una razón comercial. Y es que, de acuerdo con sus propias palabras, Kim, al ser dueña de la marca North West, no permite que él publique en todas las plataformas una canción suya en la que participa su hija North y P. Diddy, el polémico rapero estadounidense encarcelado por acusaciones de abuso y agresión sexual.
Según el propio West, Kardashian se ha opuesto radicalmente a que el nombre de su hija se vea involucrado en este tema. Y él ha llegado a amenazar a su ex con el fin de que ceda ante sus demandas. "Debes corregir los documentos que enviaste para que North no aparezca en la canción. Si no lo haces, me voy a la guerra", le habría dicho el cantante a Kim, de acuerdo con una serie de mensajes desvelados por él mismo en Twitter.
"Si hay guerra, ninguno de los dos se recuperará de las consecuencias públicas y vas a tener que matarme", habría señalado Ye, nombre con el que Kanye West quiere ser conocido ahora.
Tras publicar la controvertida canción en internet, West se ha visto obligado a borrarla. Pero no sin lanzar dardos contra la mujer a la que un día juro amar y respetar.
"Es verdad, tengo problemas con mis redes sociales, gracias a la gente que congeló mi cuenta, se llevó a mis hijos y trató de meterme en la cárcel. ¡Y yo no quiero solo 'ver' a mis niños! Necesito criarles. Necesito poder opinar sobre la escuela a la qué van, quiénes son sus amigos, las casas en las que duermen y si mis hijas usan labial o perfume", ha manifestado.
"Todos esos derechos me han sido quitados por la mafia Kardashian, Hulu y Disney [las plataformas que producen el reality de las Kardashian] y las intenciones que tienen de usar a los niños negros para influenciar a la gente negra. Ahora, cada vez que veo a mis cuatro hijos, es como si solo pudiese estar de visita. Es como si estuviese en una prisión viendo a los niños", ha redactado.
"No me importa si estoy vivo, muerto, si estoy en prisión o estoy libre. Y, especialmente, no me importa lo que tengan que decir esas celebridades, que son esclavas de los judíos", ha indicado.
Según diversos tabloides, Kim Kardashian se habría negado a responder a su ex de forma pública. Aunque sí que habría tomado acciones legales en contra de su otrora esposo, con el fin de evitar que la imagen de su hija se vea ligada a la de P. Diddy.