- Equitación I Cachondas, sobrias o borrachas, las ladies lo gozan en el Grand National
- Equitación II Las ladies siguen ebrias en el primer Grand National animalista
El pasado fin de semana tuvo lugar la celebración del Grand National, la carrera de caballos más importante del mundo, en el circuito de Aintree (Liverpool). A estas alturas ya sabrán -o no- que el jinete Patrick Mullins ganó la carrera y estaba visiblemente emocionado. En un éxtasis similar se encontraba el propietario del caballo, Stewart Andrew, cuya esposa, Sadie, falleció en diciembre de 2022, apenas cinco días después de ver correr por primera vez a Nick Rockett, el corcel vencedor. "Qué monta la de Patrick". Y cómo se lo montan en el Grand National.
Pero los resultados de las carreras importan a este suplemento relativamente poco, más allá de la admiración que la redacción de LOC pueda sentir por Fernando Savater, gran aficionado a las carreras.
Ya se ha dicho que el Grand National es la carrera más famosa de las celebradas en el Reino Unido, quizás por la -eso dicen- brutalidad del recorrido, pero también por el jolgorio y la alegría que demuestra el público asistente, que oscila entre la parodia estética de Ascot (en realidad, una cursilada) y las libaciones que, según la leyenda, dieron muerte a Alejandro Magno. Además, se trata de una prueba única e impredecible que inspira a los amigos a reunirse (a beber y a apostar) y a los colegas de oficina a hacer su porra.
Sin embargo, el ideario woke -lo 2030, el ecologismo urbanita- ha restado atractivo a la carrera en los últimos años. "Reducir la altura de las vallas, acortar la distancia y limitar el número de participantes han sido concesiones progresivas a los hipócritas que tienen perros en pisos, visten zapatos de cuero y comen asado los domingos, pero consideraban que el National era demasiado peligroso", dicen en The Telegraph, periódico conservador de referencia.
El Grand National reúne a audiencias de cinco millones de personas. Su origen es la caza a caballo, en la que se debían saltar cercados. En el recorrido de siete kilómetros se erigen unos 30 obstáculos, "testimoniales", como ya se quejan algunos puristas.
Lo 2030 nunca llegó al ideario de las damas que acudieron el sábado a Aintree. Licras, elastán, viscose y velcro envolvían las carnes rosáceas de las súbditas inglesas, que acudieron al hipódromo a lucirse como ladies go(r)divas, dadas las desnudeces que propiciaba el buen tiempo y un sol que solo daba ganas de vivir y beber, como dirían los sindicalistas españoles. Nadie sabe si las hordas (con h) de damas tienen una intención satírica respecto a las estiradas que desfilan en Ascot, o más bien se trata de engalanarse como se hace en cualquier fiesta popular.
Alcohol
Las instantáneas del paisanaje que se dan en el Grand National son de una estética particular, como muestra el despliegue gráfico de esta doble página. La consigna parece ser similar a la de Dorothy Parker respecto al dry martini: "Me gusta beber un martini, dos a lo sumo; después de tres estoy debajo de la mesa, y después de cuatro, debajo del anfitrión". Y esas ganas de vivir con alegría y con consentimiento se transmiten durante toda la jornada.
Se calcula que en el Grand National se apuestan hasta 300 millones de euros, de los cuales 12 provienen de apuestas ilegales. "El Grand National es uno de los pocos eventos deportivos que une a la nación. Es la gran apuesta del país y está siendo saboteado por operadores ilegales que ofrecen juegos ilícitos a miles de apostadores, muchos de ellos especialmente vulnerables", dice un análisis del Betting and Gaming Council.
Pese al paso de Alberto Garzón por el Gobierno de la nación española y su empeño por luchar contra el juego, se cree que cada vez más jóvenes apuestan en los mercados ilegales. En septiembre pasado, el Betting and Gaming Council encargó un estudio sobre la dimensión y alcance del mercado negro, que incluye casinos ilegales, casas de apuestas clandestinas, apuestas en grupo por WhatsApp o Telegram y páginas web ilegales. La conclusión es que un millón y medio de británicos apuesta hasta 4.800 millones en el mercado negro.
La única apuesta segura es que las ladies se lo seguirán pasando bien en el Grand National.