Jennifer López actuará en Pontevedra. El 8 de julio, la neoyorquina dará un concierto en la ciudad gallega. Su gira pasará también por Madrid, Barcelona, Cádiz, Málaga, Bilbao y Tenerife. Cuando escribo esto, el concierto en Pontevedra aparece con el nombre de otra ciudad: Vigo. No da para chiste pensar que López no verá el error. Y si lo ha visto, le da lo mismo. "Bastante hago con ir a sitios donde llueve todo el tiempo" (esto sí es un chiste). Porque además en Pontevedra, la diva actuará en un recinto descubierto. En verano, sí, pero en Galicia.
Una popular (aunque oscura) web estadounidense de cotilleos anónimos define a Jenniffer López como "en su cabeza es una superestrella en todo", lo cual es una manera no demasiado elegante de describir la actitud de la actriz, cantante y empresaria ante sus proyectos: todos los vende como si fueran revolucionarios e históricos y luego, cuando resultan no serlo, ella ya está en lo siguiente. Su aparente displicencia y evidente alejamiento de la realidad son parte de su marca personal.
La marca personal de Lady Gaga es distinta: ella quiere ser la princesa del pueblo. Del pueblo de los raros, los marginados y los inadaptados. Pero una cosa es ser la Evita del pop y otra muy distinta ser barata: los astronómicos precios de las entradas de sus conciertos han soliviantado a muchos de sus fans. Por otro lado, en cuanto se pusieron a la venta se agotaron casi instantáneamente. Es la reventa la que ha enviado su coste a la estratosfera. También es la historia de siempre y esa historia se llama capitalismo.
Lejos quedan los tiempos en los que una primigenia Gaga hacía dos pases en el Ocho y medio de Madrid para que ningún fan se quedase sin verla. Ese mismo día, Stefani Germanotta acudió a un estudio de yoga madrileño. Ella solita. Porque una cosa es entregarse a los fans en dos turnos y otra muy distinta cruzarse con otros seres humanos en clase de Bikram, con lo que se suda ahí dentro. Para su práctica yóguica, Lady Gaga hizo cerrar el local madrileño, algo que puede hacerse si lo pagas. Fantaseo con que alguno de los fans que se han quedado sin entradas para ver a Gaga en España sea hijo de alguno de los que se quedaron sin clase de yoga en Madrid hace 15 años por culpa de la misma señora.