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El pasado 26 de agosto, Ana Rosa Quintana dio la bienvenida a la nueva temporada de TardeAR y lo hizo pisando fuerte. Días antes de la emisión del estreno, la presentadora aseguró que no veía Ni que fuéramos shhh, que no le preocupaba competir contra Sonsoles Ónega, que le parecía escandaloso el fichaje de Broncano en Televisión Española y que, por más que algunos lo pidan, ella no se piensa jubilar.
Asimismo, el día de su vuelta a las pantallas, la ex reina de las mañanas no se guardó nada. En tres horas, Quintana sorprendió a la audiencia con una entrevista en la que Jorge Javier Vásquez le dijo "te llegué a odiar" y su equipo, sin medir las consecuencias de sus actos, casi le provoca un infarto a Lolita al anunciar, en directo, el fallecimiento de Caritina Goyanes.
Es decir, en solo un par de días, Ana Rosa ha vivido diversos y potentes desafíos profesionales. Aun así, ninguno de estos retos se compara a la intensidad del torbellino que está viviendo su ex nuera. Hablamos de la psicóloga (y colaboradora de Mañaneros) Ana Villarubia, quien -este fin de semana- reveló su inesperada ruptura con el familiar de un famoso.
Ana Villarubia se casó con Álvaro Rojo -el hijo mayor de Ana Rosa Quintana- en 2016, en una ceremonia íntima en Extremadura. De acuerdo con numerosos medios, la pareja "pasó junta toda una vida" hasta llegar al altar. Sin embargo, ninguno de los dos se refirió nunca a su historia de amor. Es más, cuando se separaron en 2023, poco se supo sobre los motivos.
Es más, la confirmación de su ruptura ocurrió de forma sutil, cuando Ana Rosa —el 26 de octubre de 2023, Día de la Suegra— afirmó en su programa que la madre de su marido era una mujer maravillosa y que ella, hablando en tiempo pasado, se había portado estupendamente con la otrora enamorada de su primogénito. Pese a ello, Álvaro no se atrevió a confirmar la noticia.
Sin embargo, en enero de este año, un bombazo sacudió la tranquilidad de Ana Rosa y su familia, cuando Villarubia anunció en redes sociales que estaba comprometida con Pedro José Onieva, nada más y nada menos que el tío de Íñigo Onieva, el esposo de Tamara Falcó. "Sí, lo quiero. Lo quiero todo, en Madrid o donde sea. Porque te quiero a ti. Porque eres lo mejor que podía pasarme en la vida o en cien mil", escribió en Instagram.
"Y esta vida, para que sepas, la quiero vivir en Baena, en Madrid o en cualquier lugar de Andalucía. Y si me estrello, que ya lo he hecho, habrá merecido la pena una y mil veces. Te quiero, como solo tú te mereces, Pedro", añadió. Pero la prensa rosa no tuvo más noticias suyas hasta mediados de marzo, cuando Informalia confirmó que los tortolitos, efectivamente, se casaron el 16 de marzo en una notaría madrileña.
Desde ese momento, Ana empezó a compartir variadas postales de su vida juntos. Por ejemplo, el pasado 17 de abril colgó una instantánea de ambos abrazados —en la que decía "me quedo con tu apoyo"— y el 30 de julio publicó fotos de sus vacaciones. Sin embargo, a finales de agosto el romanticismo comenzó a marchitarse, y el día de su cumpleaños Ana confesó que no se sentía del todo bien.
"Gracias, personas maravillosas que tenéis la elegancia de saber estar siempre, de tener la palabra adecuada en el momento justo, y de acariciarme —tanto literal como el alma— con vuestro cariño. Ojalá que la vida sea un no parar de devolver cariño. Gracias, vida, por este nuevo año, gracias por este día que representa 'comienzo'. Siempre he pensado que septiembre es el inicio de todo", comentó.
Sin embargo, no fue hasta este fin de semana cuando la psicóloga decidió ventilar todos sus problemas en redes sociales y reconocer, junto a una imagen llena de documentos rotos, que su segundo matrimonio había fracasado. "Todo empezó aquí y aquí termina. Él quería que todo se supiese, que se airease, que no hubiera malos entendidos y que todo el mundo supiera de lo nuestro antes de que cualquier ex pudiera dudar", señaló.
"Yo entendí, por el increíble amor y la lealtad extraordinaria que le tenía, que esa era una buena forma de hacerlo, aun a costa de mi familia y muchos de los míos. Así que, de esta misma forma, acaba todo. Lo que hay y hubo detrás no lo sabe nadie. Nadie jamás lo sabrá. Pero fue un infierno en vida, que todavía me cuesta creer. Un lobo con piel de cordero", prosiguió Villarubia.
"Si me equivoqué en las formas iniciales, si me equivoqué al confiar en quién era y al llevarle de la mano con orgullo, esto al menos ya hace que impere la coherencia. Ya pago las consecuencias de mis errores. Si esto tiene que ser el cierre de las redes, que lo sea. Si esto es una de las consecuencias del chantaje sufrido, que lo sea también. Si tengo que sentirme identificada con tantas y tantas mujeres, no voy a ser menos (...)", manifestó.
"Un malo en la consulta no se me cuela. Fuera de la consulta, en mi vida privada, nos puede pasar a todos. Pero a partir de ahora quiero creer que será más difícil o que tiene menos posibilidades", finalizó en un post que ya cuenta con más de 880 'likes' y casi 300 comentarios. Muchos de ellos escritos por seguidores anónimos que hoy dudan de su profesionalismo.
"Lo siento por ella, pero que un psicólogo publique algo así me hace dudar de su valía profesional", "es muy desalentador que una mujer psicóloga exponga esto en redes sin haber presentado una denuncia"; "es una psicóloga con un desorden emocional increíble" y "la exposición en redes me parece genial, pero las comisarías están para algo", fueron algunos de los comentarios.