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Álvaro Figueroa Griffith, el cuarto conde de Romanones, ha muerto el pasado viernes, a los 76 años. Había sufrido un ictus hace casi una década y su salud se fue deteriorando. En alguna de sus apariciones públicas fue visto en silla de ruedas. Su familia ha convocado el próximo 1 de abril su funeral en Madrid, en una parroquia del barrio de Salamanca.
Álvaro Figueroa Griffith Pérez de Guzmán el Bueno Dexter nació el 21 de febrero de 1949. Tuvo cinco hijos con Lucila Domecq. Cristina, Carla, Álvaro, el actual conde de la Dehesa de Velayos, Lucila -conocida como Lulu Figueroa- y Alonso. Lulu Figueroa, pintora y con interés en la moda, es la más conocida de la familia.
La vocación de Lulu Figueroa es una herencia de su abuela, la espía, periodista y escritora estadounidense Aline Griffith. Aline, que nació en Nueva York, murió a los 94 años en 2017. Tuvo a Álvaro Figueroa Griffith con Luis de Figueroa, el anterior conde de Romanones, a quien conoció cuando fue destinada a España durante la Segunda Guerra Mundial por la Oficina de Servicios Estratégicos de Estados Unidos.
El objetivo de Aline era espiar a los nazis para la administración Roosevelt, pero se hizo amiga de Lola Flores al conocerla en una de sus primeras noches en Madrid -Aline era la madrina de Antonio Flores- y conoció al que sería su marido. Álvaro Figueroa Griffith nunca tuvo la relevancia social de su madre, que era conocida por ser muy amiga de la Duquesa de Alba, con la que fue fotografiada en los toros, durante una tarde en La Maestranza, acompañada de Jackie Kennedy.
A la muerte de Aline, la familia inició una disputa en los medios de comunicación. Álvaro Figueroa no tenía nada a su nombre, según publicó este suplemento, y Aline, tal y como aparecía en el Registro de la Propiedad, tenía a su nombre el 60% de un terreno de cerca de 1.000 metros cuadrados en el barrio de Puerta de Ángel. Además del dinero conseguido con la venta de unas joyas -un millón de euros-. La finca de Cáceres, a la muerte de Aline, seguía siendo de Luis de Figueroa.
La enfermedad impidió a Álvaro Figueroa acudir a la boda de su hija Lulu, celebrada en 2016 en Jerez de la Frontera. No fue la única ausencia: Aline rechazó trasladarse hasta la ciudad de Cádiz por la cantidad de mosquitos que había en esa época del año.
Aline reclamó para Álvaro los títulos de marqués de Santa Marta, de la Torre de Esteban Hambrán y el condado de Torre Arias, pero la Justicia no le dio la razón. Álvaro Figueroa acabó divorciándose de Lucila, que decidió casarse de nuevo en 2016, también en Jerez de la Frontera, con Lepoldo Pérez de Villaamili.