Las flores se abren paso poco a poco en la primavera madrileña. Lo hacen después de semanas de lluvia y con los primeros rayos de sol que ya calientan la capital. Los cerezos de la Quinta de los Molinos, los rosales de la rosaleda del Retiro y, desde este lunes, los tulipanes de la plaza de Oriente. Una flor llegada desde Países Bajos en forma de bulbos el pasado noviembre, plantadas por el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, junto al embajador neerlandés, Roel Nieuwenkamp, y que hoy han contado con la inauguración más real.
A la una de la tarde, la princesa Amalia de los Países Bajos llegaba en un coche oficial a la puerta de Santiago del Palacio Real, donde la recibió el alcalde. Desde allí, juntos recorrieron el paseo central, escoltados por los reyes godos, hasta el pequeño jardín de tulipanes, situado en el extremo contrario de la plaza, frente al Teatro Real. Un monolito con una placa conmemorativa de la donación de este jardín de tulipanes recordará para siempre el tiempo que la princesa Amalia pasó en España.
La llegada de la heredera ha estado marcada por la desinformación, pues debido a una cuestión operativa, la convocatoria del acto fue centralizada por la Casa Real neerlandesa, lo que provocó que se interpretara la anulación de la convocatoria del Ayuntamiento de Madrid como la suspensión del acto. Pero nunca se canceló y la princesa fue recibida por el alcalde a las 13 horas en su primer acto oficial en solitario en el extranjero. Que se haya elegido Madrid para este debut de la heredera es una muestra más de la amistad entre los dos países.
La heredera, con vestido y botas granates, se mostró feliz de estar en la capital de nuevo: "¡Qué tiempo nos tocó, gracias a Dios!", exclamó mirando el cielo despejado. También afirmó que este regalo era "una manera muy holandesa con la que quería agradecer a todo el mundo que ha asegurado mi seguridad y bienestar en Madrid". Porque la donación de la Princesa de los Países Bajos responde a un agradecimiento personal a la ciudad.
La Heredera al trono de Orange estuvo amenazada por la Mocro Mafia, un peligroso grupo de delincuentes que, entre otras cosas, trata de controlar la entrada de droga a Europa a través de los puertos neerlandeses. Sus redes de influencia son tales que la seguridad de la Casa Real no podía garantizar la integridad de Amalia, por lo que se vieron forzados a interrumpir su rutina en La Haya, donde asistía a la universidad, y a sacarla del país.
Tras analizar varias opciones, se decidió que España era el lugar donde más segura podría estar. La heredera finalmente estuvo en la capital durante el curso 2022-2023. A pesar de que fue fotografiada en varias ocasiones por las calles de la milla de Oro, no hubo ningún comunicado de la Casa Real neerlandesa que confirmara su lugar de residencia para poder garantizar su seguridad. No fue fácil para la princesa, como ella misma afirmó durante una gira por el Caribe con los reyes Guillermo y Máxima: "Voy a ser muy sincera, todavía lo estoy pasando muy mal. Echo de menos la vida de estudiante. Andar por la calle, poder ir a una tienda".
Una vez superada la amenaza de la Mocro Mafia y después de terminar el curso en Madrid, donde siguió de manera online sus estudios, aunque acudió a un centro universitario privado también en la capital, Amalia volvió a Países Bajos. Hace justo un año, los Reyes Don Felipe y Doña Letizia realizaron un viaje de Estado al reino de Orange. Allí coincidieron con la princesa Amalia y su padre confirmó por primera vez la estancia de la joven en la capital. Durante el discurso de la cena de gala, el rey Guillermo afirmó: "Todo ello fue posible gracias a la afectuosa dedicación de un gran número de conciudadanos y de sus majestades. Fue una conmovedora prueba de amistad en un periodo difícil. Quiero expresar mi más sincero agradecimiento a sus majestades y a todos los que colaboraron en ese esfuerzo".
Siete meses después de aquel mensaje, la Casa Real anunció a través de un tuit la donación del jardín de tulipanes a la ciudad de Madrid. "La Princesa de Orange agradece a Madrid y a sus gentes la cálida acogida recibida en su ciudad, que pudo llamar hogar durante un tiempo, con un pequeño jardín de tulipanes en la Plaza de Oriente. El embajador y el alcalde de Madrid plantan los primeros bulbos". Tras la floración de las siete mil flores, la heredera descubrió una placa que dice: "Muchas gracias por mi tiempo en Madrid. Disfruten los tulipanes".
La Princesa ha abandonado la plaza tras un acto que ha durado algo menos de media hora. Entonces, el alcalde ha dicho estar conmovido por la donación de la Heredera. "Que haya tenido este detalle nos conmueve a los madrileños. Es un gesto muy amable que hace que el agradecimiento sea eterno. Estos kilómetros que nos separan con Ámsterdam ya no son distancia", ha asegurado el edil.