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Las pulgas de las ratas

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Las pulgas de las ratas
ULISES CULEBRO

Quizás haya sido el miedo a la peste, la globalización, las banderas del nacionalismo, el pánico, lo que nos han hecho añorar el Cid y cierra España en ese incontenible chupa conservador que llega a toda Europa. La peste nos hizo recordar -como a Mario Vargas Llosa durante el coronavirus- las ciudades medievales defendidas por fosos llenos de aguas envenenadas y puentes levadizos para evitar que llegaran las pulgas de las ratas.

La política intransigente se alimenta de canguelo y polarización como ocurre en nuestro país. Esperábamos el siglo del conocimiento y vamos a una nueva edad media como anunció Umberto Eco. Se necesitan infieles para las cruzadas en pleno populismo de ideales sin ideas, tras el debilitamiento de los estados socavados por el poder tecnológico y la multinacionales.

Vuelve a caer el imperio romano; llega una edad oscura sin amor cortés, con un nuevo puritanismo ni religioso ni burgués, sino progre. Espabila Fabila que vuelven los moros a una nueva Edad Media sin románico, ni castillos, ni damas de hilar y rezar. Mejor eso que el apocalipsis nuclear, que también nos amenaza, pero eso sería terminar el cuento.

Habían anunciado el siglo como el de la cuarta revolución industrial, la inteligencia artificial, la información global instantánea, los algoritmos, la digitalización, las computadoras cuánticas, y lo que ha vuelto es el equilibrio del terror, el peligro nuclear, las pandemias, la crisis climática, el monopolio virtual, los discursos del odio, la incomprensión lectora, el trumpismo, el apocalipsis cognitivo, las fake, el fracaso de la ciberseguridad, el espionaje de las redes.

En todo el mundo, los niños enganchados a los juegos virtuales, a los móviles son más tontos que sus padres. España el país de la Unión Europea con más jóvenes sin bachillerato. El 28 % de los jóvenes entre 25 y 34 años no tienen ningún título, aunque estén conectados a la nube y sean nativo digitales. Después de los indignados, como escribe Héctor García, entre los adolescentes, lo guay es ser facha. En una España avanzan las derechas y en la otra la socialdemocracia sanchista a hombros de los separatistas. Y en casi toda Europa retroceden los partidos que idearon el Estado del bienestar.

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