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Las granjas de Podemos

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Las granjas de Podemos

El PSOE advierte a Podemos de que se van a cargar el Gobierno, pero los ministros afirman que hay gobierno para rato cuando dos de los partidos de la coalición pueden pasar, como los japoneses, del insulto a la bofetada con una retórica de cuchilleros. La diputada de Podemos Lucía Muñoz acusó de fascistas a los que han reformado la ley y dijo que, tras la reforma, les van a volver a preguntar a las mujeres agredidas si cerraron bien las piernas. Carmen Calvo calificó la intervención de pornográfica y habló de una internacional reaccionaria contra el feminismo. Horas después, en la manifestación del movimiento feminista de Madrid, se gritaba que las mujeres no tienen pene y se pedía la dimisión de Irene Montero.

Ahora va a probar el Gobierno la capacidad de demolición de sus socios y su dominio en las redes sociales. Sánchez ha ordenado a sus ministros no entrar en las provocaciones de Podemos y les ha pedido templanza ante los ataques. Pablo Iglesias no está por la templanza y dará orden a su ejército digital para que lance misiles de mensajes movilizando granjas, espacios para inflar tráfico de internet a cinco euros los 1.000 likes. En eso los podemitas son invencibles y arrasarán al Gobierno y a su partido como suelen hacer con los hacks rápidos que lanzan a sus adversarios. En unos minutos, sus tuits ganan la guerra de posiciones y devoran la credibilidad de sus enemigos.

Pablo Iglesias ha vuelto al radicalismo y describe la foto del banco azul de Montero y Belarra como la imagen de la soledad y el abandono histórico de la mujer. «Solas, como se sintieron Irene y Belarra, se sienten las mujeres cuando van a un tribunal a declarar una violación y son juzgadas por la falta de heridas en su cuerpo». El PSOE teme que Podemos retrase la aplicación de la ley del sólo el sí es sí con tácticas de filibusterismo parlamentario. Los del PP ven al Gobierno de Sánchez como en funciones, descompuesto, el feminismo y la izquierda rotos y ascendiendo en las encuestas. Todos los días piden dimisiones. Como escribe Juanma Lamet, el PP se ve más cerca de Moncloa y ya no descarta gobernar con Vox. «Gobernaremos con lo que podamos», lo cual contradice su optimismo. Pero que no se exciten, pese a toda la bronca seguirán agarrados al sueldo pagado por los contribuyentes como los de Génova sueñan.

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