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Sujétame el vermú

Reina el terror en Venezuela, pero la UE no ve la urgencia

Ganar tiempo es justamente la estrategia de Maduro, orquestada por Cuba y apoyada por el lobista Zapatero

El alto representante de la UE para Asuntos Exteriores, Josep Borrell.
El alto representante de la UE para Asuntos Exteriores, Josep Borrell.O. HOSLETEFE
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Nicolás Maduro y sus matones lo llaman operación Tun Tun, como el ruido de los nudillos en una puerta: el siniestro preámbulo del allanamiento de una vivienda, de la detención arbitraria, de la desaparición forzosa. Cada vez más venezolanos reciben esas visitas, sobre todo en los barrios populares. No sólo dirigentes de la oposición o líderes sociales: también los testigos electorales (apoderados) en los comicios del 28 de julio, esos miles de ciudadanos valientes que ejercieron su derecho a supervisar el recuento y a hacerse con las copias de las actas que certifican el triunfo arrollador de Edmundo González y la Plataforma Unitaria.

La represión, constata la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, se ha intensificado con prácticas de terrorismo de Estado. Hay al menos 23 muertos y 1.600 detenidos, entre ellos un centenar de menores y nueve periodistas. El Gobierno ha cerrado la plataforma X (Twitter) y varios portales digitales.

Maduro, en la cuerda floja, se blinda con los capos de las distintas familias del chavismo, sobre todo los hermanos Rodríguez, Jorge y Delcy, la princesa de Zapatero, y el militar Diosdado Cabello. Hay que verlo. "Vamos a agarrar a esas ratas y no habrá más perdón. Los vamos a joder", vomita con mirada psicópata. Edmundo y María Corina están en la clandestinidad. Cada semana desaparece alguien de su equipo: Freddy Superlano, Nélida Sánchez, Perkins Rocha, Biagio Pilieri y su hijo...

Pero para la Unión Europea no hay ninguna prisa. La reunión de los ministros de Exteriores el pasado jueves dio la medida exacta de la indolencia de su diplomacia: la UE no reconoce la victoria de Maduro, pero tampoco la de González, a pesar de que, explicaba el comisario Josep Borrell, "todo parece indicar que el resultado electoral es ciertamente favorable. Pero hay tiempo". No, no lo hay.

Ganar tiempo es justamente la estrategia de Maduro, orquestada por Cuba, el actor clave tras las bambalinas, y alentada por Brasil, Colombia y México. Dejar que pasen las semanas y cunda el desaliento en la población. Es lo que pretenden el lobista Zapatero y quienes aquí apoyan al régimen: tienen favores que devolver y negocios turbios que tapar. La oposición venezolana no puede contar con el Gobierno español. Con Estados Unidos sumido en su carrera electoral, todo apunta a que Maduro se saldrá con la suya si las democracias europeas no despiertan de su letargo.