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Manual de Instrucciones

Mazón insiste en equivocarse y Mujica se despide

El presidente de la Generalitat valenciana sigue lanzando balones fuera para disimular su desidia en la Dana / El ex presidente de Uruguay anuncia su final / 'El Güito' era el último de los bailaores míticos

Alberto Núñez Feijóo y Carlos Mazón.
Alberto Núñez Feijóo y Carlos Mazón.EFE
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1. VALENCIA. Son incorregibles. El PP no parece darse cuenta del espectáculo autolítico que están dando con la tragedia de las inundaciones de Valencia. Carlos Mazón, invalidado para la política pero en el cargo hasta que la rehabilitación llegue a fase avanzada, continúa sin desvelar qué hacía realmente cuando los pueblos se inundaban y la gente empezaba a morir. Eso sí: saca un rato cada día para intentar desplazar al Gobierno central su desidia autonómica. Feijóo lo apoya como lo que es: el desvalido valedor. Hay 224 cadáveres, miles de víctimas con la vida ya del revés. Y ellos enredando. Lo único que importa a la gente es el avance en la reconstrucción. Lo otro, el incordio ridículo de Mazón y Feijóo, es un cultivo de bajezas insoportable. De esto se acordará el censo cuando haya que votar. Es bueno releer a El astillero, de Juan Carlos Onetti, donde todos los personajes de la novela juegan a mentirse entre ellos, pues todos son perdedores sin remisión.

2. JOSÉ MUJICA. "Me estoy muriendo. Y el guerrero tiene derecho a su descanso". El ex presidente de Uruguay se despide de ustedes. A Mujica lo fuimos descubriendo en entrevistas atípicas para un presidente de República. Alguien ajeno a los protocolos elementales del oficio por sensatez natural y falta de impostura. Habla sin pompa. Vive sin pompa. Probó años de cárcel, sindicalismo, amenazas, resistencia, clandestinidad, regreso a la política y gobierno de progreso. Si lo pones al trasluz parece uno de los tipos más honestos entre el linaje de presidentes del último cuarto de siglo en español. No es un sabio a la violeta, sino un ciudadano dotado del sentido común de los sensatos. Ahora va diciendo adiós a sus gentes y sus cosas en su chacra de Montevideo, como un muerto encendido que aún vive (por decirlo con el poema de Idea Vilariño). Dicen que es un hombre esencialmente bueno. Está convencido de que el futuro será difícil, como todos los futuros. Desplegó otra manera de entender la política inmediata y el presente. No es poco. En Netflix está El Pepe, una vida suprema. De verlo y escucharlo se aprende.

3. 'EL GÜITO'. Último de un linaje de bailaores flamencos confeccionados en la forja de la infinita Pilar López (hermana de La Argentinita). 'El Güito' ha muerto con 82 años, en Madrid. Eduardo Serrano Iglesias. Junto a Antonio Gades y Mario Maya levantó otro vuelo para el baile flamenco. Bailar es un asunto serio. Él lo hizo con calambre distinto y el rigor de los tifones buenos, de la raíz al cielo. Bordó el baile de la soleá y algunos otros palos principales. En el flamenco no hay repuesto. En el arte no lo hay. Cuando desaparece un maestro viene otra gente y ésta lo hace igual, o peor, o mucho mejor algunas veces, pero el baile del Güito ya no se volverá a ver. Hacía tiempo que él ya sólo acompañaba su leyenda, su recuerdo, la memoria de su farruca, de su caña, de su seguiriya, palos que destiló despojándolos, desnudándolos. Al Güito le debemos algunos ratos formidables. Y belleza. Y rigor. Y temblor.