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Sujétame el vermú

El 'narco' trabaja y Europa bosteza

La Guardia Civil y la Policía, con plantillas cada vez más exiguas, alertan de la creciente agresividad de los clanes de la droga en el Estrecho

Concentración frente a la comandancia de la Guardia Civil de Cádiz de la asociación 'Nuestro corazón por bandera' en recuerdo a los agentes embestidos en Barbate.
Concentración frente a la comandancia de la Guardia Civil de Cádiz de la asociación 'Nuestro corazón por bandera' en recuerdo a los agentes embestidos en Barbate.Roman RiosEFE
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Se cumple un año del brutal asesinato de dos guardias civiles embestidos por una narcolancha en el puerto de Barbate. Desde entonces hemos visto embarcaciones de traficantes surcando impunemente las aguas del Guadalquivir o cobijándose en puertos gaditanos, recientes colisiones en persecuciones marítimas, con dos narcos muertos y dos agentes heridos, el atropello en tierra de otro agente...

La Guardia Civil y la Policía Nacional, con plantillas cada vez más exiguas, alertan de la creciente agresividad de los clanes de la droga en el Estrecho. El ministro Grande Marlaska ha respondido con contundencia... prohibiendo a los guardias civiles que vistieran de uniforme en el homenaje, ayer en Barbate, a sus dos compañeros fallecidos.

Ahí sí es taxativo. Como en su decisión de desmantelar en 2022 el OCON-Sur, el eficaz grupo de élite antidroga, a partir de unas pruebas falsas contra su jefe, presentadas por un inspector policial ahora imputado. A raíz de la disolución de esa unidad, la Fiscalía ha constatado "el descenso de actuaciones" en el Estrecho y "la escandalosa proliferación" de narcolanchas.

España es, con Bélgica y Países Bajos, el principal puerto de entrada de droga a Europa; cocaína de Sudamérica, hachís de Marruecos, heroína de Asia... Casi 500 redes criminales, desde carteles latinoamericanos a clanes balcánicos, se benefician de nuestra proverbial hospitalidad y nuestro descontrol migratorio, sin que el Gobierno, alertan los expertos, reaccione. Y eso que tiene donde mirarse.

Europa, de hecho, se ha convertido en el paraíso del crimen organizado, que saca provecho de la ausencia de fronteras interiores y de "las políticas ingenuas y pasivas en materia de delincuencia e inmigración", reconoce el Gobierno sueco y suscribe el danés. Suecia es hoy el segundo país, tras Albania, en muertes por arma de fuego. Las mafias anidan en barrios liberados y buscan sus sicarios entre la población inmigrante, especialmente menores vulnerables. Igual sucede en Francia, sacudida por los ajustes de cuentas, sobre todo en Marsella. La Mocro Mafia marroquí ha puesto en jaque a la Casa Real holandesa, y en Bélgica los tiroteos con armas de guerra y los atentados se han extendido de Amberes a Bruselas: a lo mejor, al oír los balazos, las autoridades europeas se dan cuenta de que tenemos un problema.