Donald Trump obtuvo una licenciatura en Ciencias Económicas en la prestigiosa Wharton School de la Universidad de Pensilvania. Pero viendo cómo maneja los aranceles, quizá el claustro debería revisar cómo logró el título. Algunos días los emplea como una medida de coacción en la lucha contra el tráfico de drogas, es decir, como un instrumento de política exterior y de seguridad. Otros, como un medio de rebajar la presión fiscal sobre los estadounidenses; esto es, como un instrumento de política fiscal. También los utiliza como herramienta de política comercial para entablar negociaciones con terceros con el fin de equilibrar la balanza comercial y tener mayor y mejor acceso al mercado de otros, lo que sugiere que cree en el libre comercio. Pero también habla de ellos como un instrumento de política industrial, para reducir el comercio con otros, fabricar más en casa y atraer inversiones, lo que apunta a una política proteccionista o, directamente, autárquica.
Como además los anuncia, suspende, reanuda y pospone sin un patrón claro, el nivel de inseguridad jurídica que genera hace muy difícil que logre ninguno de sus objetivos -especialmente el de atraer inversiones-. ¿Qué inversor en su sano juicio puede plantearse una inversión a largo plazo en Estados Unidos en estas condiciones? Lo único claro, como ocurre con los aranceles a los vehículos anunciados esta semana, es que estos causarán un gran daño a todos los que exportan a EEUU, pero sobre todo a los consumidores estadounidenses, que acabarán pagándolos en forma de precios más altos. También afectarán a los accionistas de las empresas automotrices estadounidenses y a las propias compañías, que tendrán menos beneficios con los que invertir en producir más dentro del país.
La inflación fue un factor decisivo en la derrota de los demócratas. Puede que la inflación, la caída de las bolsas y unos jueces aquí y allá sean lo único que hagan daño a Trump. Pero si la economía se le tuerce apenas tres meses después de tomar posesión, ¿qué hará? Echarle la culpa a alguien y cambiar la conversación. ¿Anexionándose Groenlandia? Pobres sus profesores de Economía. Seguro que se desvelan pensando que hay un chat en Signal sobre los aranceles tan escalofriante como el de los colegas de seguridad nacional.