PAÍS VASCO
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El propietario de Sidenor negocia la compra de Talgo junto a directivos y el Gobierno vasco después del veto a Magyar Vagon

José Antonio Jainaga con el fondo Mirai, dispuesto a ser el socio industrial que necesita el Gobierno de Sánchez. El fabricante de trenes cuenta con pedidos por valor de 4.000 millones de euros pero el fondo norteamericano Trilantic quiere vender su 30%

José Antonio Jainaga con el casco amarillo en una de las instalaciones de Sidenor junto al ahora lehendakari Pradales situado a la izquierda de la imagen.
José Antonio Jainaga con el casco amarillo en una de las instalaciones de Sidenor junto al ahora lehendakari Pradales situado a la izquierda de la imagen.ARABA PRESS
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El dueño de Sidenor e impulsor del fondo de inversión Mirai (futuro en japonés) José Antonio Jainaga (Bilbao, 1954) pretende convertirse en el socio industrial que el Gobierno de Pedro Sánchez anhela para Talgo. Jainaga junto a directivos vascos y el Ejecutivo de Pradales estarían dispuestos a aportar los 135 millones de euros necesarios para comprar el 30% de Talgo al fondo Trilantic. La compañía ferroviaria necesita abordar un plan de desarrollo que le permita hacer frente a los pedidos por valor de 4.000 millones y Jainaga cuenta con experiencia y equipos para tomar el control industrial de Talgo.

Jainaga ha encontrado el respaldo de otros directivos y, como ya hiciera para asumir el control de Sidenor en 2016, está dispuesto a asumir el control de Talgo. El ingeniero industrial bilbaíno cuenta con un patrimonio neto de unos 400 millones de euros y a través del fondo Mirai está conformando una corporación de empresas en toda España. Mirai se presenta como un instrumento de inversión "con un modelo de negocio basado en la adquisición de empresas ya excelentes, pero todavía con capacidad de mejora. Así, el reto es doble: primero, identificar y adquirir empresas excelentes y, segundo, ser capaces de hacerlas aún mejores".

Además, Jainaga tendría el compromiso de la entrada del Gobierno vasco como accionista a través del fondo Finkatuz. El Ejecutivo vasco cuenta con una 'caja' de 300 millones de euros y el lehendakari Pradales puede justificar la compra de acciones de Talgo para garantizar su "arraigo" en la localidad alavesa de Berantevilla. "Finkatuz tiene como objetivo la participación en el capital de grandes empresas de Euskadi para garantizar que dichas empresas mantengan su arraigo en Euskadi y ejerzan un carácter tractor sobre el conjunto del tejido productivo vasco", se establece en este instrumento financiero público que le ha permitido al Gobierno vasco comprar acciones de Kaiku (alimentación) y de CAF (ferrocarriles).

La compra por Jainaga del 30% de Trilantic supondría otro salto en el crecimiento industrial del ingeniero bilbaíno. Jainaga comenzó su trayectoria profesional en Michelin donde llegó a ser el responsable de las plantas de fabricación de neumáticos para vehículos. Pero el inversor vasco Sabino Arrieta le fichó para situarle al frente de Sidenor, donde fue nombrado consejero delegado en 2005. El grupo siderúrgico fue adquirido por la brasileña Gerdau por 440 millones de euros pero las pérdidas acumuladas en una década le hicieron vender a Jainaga Sidenor por 135 millones de euros en 2016.

Desde entonces, Jainaga ha liderado su crecimiento mientras de forma paralela desarrollaba el fondo Mirai con compras en todos los sectores. La última ha sido la adquisición de la madrileña Alcoelectro dedicada a la fabricación de equipos electrónicos.

La entrada en el capital social de Talgo se produciría cuando la acción se sitúa en 3,30 euros, lejos de los 5 euros que estaba dispuesta a abonar el grupo húngaro Magyar Vagon. El pasado mes de agosto, el Ejecutivo de Pedro Sánchez confirmó que no autorizaba la compra de Talgo por el grupo húngaro. El Consejo de Ministros abortó la compra al entender que "conllevaría riesgos para garantizar la seguridad nacional y el orden público". Una decisión vinculada a la presencia como impulsor de la compra de Andras Tambor, un empresario muy cercano al presidente húngaro Viktor Orban.