El pasado 29 de octubre, la Comunidad Valenciana y Castilla-La Mancha vivieron una de las peores tragedias de los últimos años. La Dana arrasó municipios enteros llevándose vidas, hogares y negocios.
La respuesta no se hizo esperar: vecinos ayudándose entre sí, cuerpos de emergencia actuando sin descanso, voluntarios y organizaciones volcados en la recuperación. Pero más allá del esfuerzo inmediato, la reconstrucción requiere soluciones a largo plazo que ayuden no sólo a reparar daños, sino también a prepararse mejor para el futuro.
Entre las entidades que pusieron en marcha proyectos de colaboración estuvo Banco Santander, que entre otras acciones puso en marcha, el diciembre pasado, Desafío DANA. Un reto que se lanzó el pasado diciembre para startups y scaleups con el objetivo de premiar ideas innovadoras capaces de impulsar la recuperación de las zonas afectadas. Infraestructuras, logística, salud o seguridad fueron algunas de las áreas clave en las que se buscaban soluciones. Después de recibir multitud de propuestas, este miércoles se han seleccionado los dos proyectos ganadores.
Tecnología para reconstruir y prevenir
El primero de ellos es VisualNacert, una empresa que apuesta por la tecnología para recuperar el sector agrícola tras la Dana. Su herramienta AgriRecover utiliza imágenes satelitales, inteligencia artificial y datos geoespaciales para evaluar daños en cultivos en la mitad de tiempo, permitiendo una respuesta más rápida y eficiente. Además, su sistema ayuda a los agricultores a optimizar recursos y adaptarse mejor a futuros desafíos climáticos.
El segundo proyecto premiado es Detektia, que ha desarrollado una tecnología capaz de detectar deformaciones en el terreno y daños estructurales con una precisión milimétrica, sin necesidad de colocar sensores en el lugar. Su herramienta proporcionará mapas y alertas para que los municipios puedan identificar riesgos invisibles y prevenir futuros problemas.
Ambas startups recibirán 30.000 euros para desarrollar sus proyectos y aplicarlos en las zonas afectadas. Además de esta contribución, Banco Santander ha destinado más de un millón de euros a ayudar a estudiantes universitarios afectados por la catástrofe. En total, 550 alumnos han recibido una ayuda de 2.000 euros cada uno para evitar que su situación económica o familiar les impida continuar con sus estudios.
Esta iniciativa es un ejemplo de las miles de muestras de apoyo que tanto la Comunidad Valenciana como Castilla-La Mancha han recibido en todo este tiempo. Porque ante las catástrofes, la mejor forma de actuar es con ese primer impulso que llevó a tanta gente y compañías hasta las zonas afectadas. Arrimar el hombro, esa frase hecha que ha tomado todo su sentido.