La lectura pausada del Real Decreto, aprobado este martes por el Consejo de Ministros, y que modifica el régimen jurídico de la Ley 17/2006 que rige RTVE, está cargada de sorpresas. Si este martes, este periódico, informaba del incremento de poderes del presidente de la Corporación, hoy, tras consultar a fuentes del ente público, deja una nueva trampa que afecta directamente a los consejeros: los programas audiovisuales de RTVE no tendrán que pasar por la aprobación del Consejo de Administración sino que los podrá contratar, rechazar, adquirir o decidir el presidente sin que tengan que someterse a la votación del Consejo. Es decir, lo que ocurrió con el fichaje de David Broncano la pasada primavera no volverá a ocurrir de salir adelante este Real Decreto.
El fichaje de David Broncano abrió la mayor crisis de los últimos años en RTVE. Su fichaje provocó dos destituciones -la de la anterior presidenta interina, Elena Sánchez, la del Director de Contenidos Audiovisuales, José Pablo López- y una dimisión -la del secretario general, Alfonso Morales-. Desde el denominado consejo de la "boda de sangre", RTVE no ha levantado cabeza. De hecho, muchos señalan que tras esto la crisis de RTVE, que llevaba durmiente de cara a la galería desde hacía tiempo, despertó como un volcán erupción imparable. El fichaje se consiguió finalmente, pero no de la manera que se había negociado desde el principio, pues el Consejo no iba aprobarlo con un contrato de tres años, ni share de corte y sin contar con la producción propia. Tras rebajar el número de temporadas a dos y establecer otras cláusulas, finalmente Concepción Cascajosa consiguió sacarlo pero con sangre, sudor y lágrimas.
Pues bien, para que esto no vuelva a ocurrir, el Real Decreto modifica el artículo 16 punto 4 k) el cual otorgaba a los consejeros el "aprobar aquellos contratos, convenios, acuerdos o negocios jurídicos que el propio Consejo de Administración determine que han de ser de su competencia en razón de su cuantía o importancia. El resto de contratos, convenios, acuerdos o negocios jurídicos de la Corporación RTVE serán aprobados por el Presidente". Esto suponía que todos los contratos por valor superior a dos millones de euros tenían que ser votados por los consejeros para salir adelante o ser rechazados. En ellos estaban incluído los contratos audiovisuales. Ahora, el nuevo Real Decreto, ya publicado en el BOE, estable que los consejeros tienen potestad para "aprobar aquellos contratos, convenios, acuerdos o negocios jurídicos que, estando sometidos a la aplicación de la Ley de Contratos del Sector Público, el propio Consejo de Administración determine que han de ser de su competencia por razón de su cuantía. Esta cuantía no podrá ser inferior, en ningún caso, a dos millones de euros anuales. El resto de los contratos, convenios, acuerdos o negocios jurídicos de la Corporación RTVE serán aprobados por la persona que desempeñe la presidencia". Hay que tener también en cuenta que el Real Decreto está por encima del resto de normas que rigen RTVE.
Tras consultar varias fuentes del ente, esto supone que "un Broncano nunca podrá darse". Es decir, si el presidente de RTVE quiere sacar adelante un determinado programa, cueste dos millones, 10 o 50, no tendrá que llevarlo a votación del Consejo, pues la Ley de Contratos del Sector Público, sólo hace referencia, según las fuentes consultadas, a los contratos, convenios, acuerdos o negocios jurídicos por Obra y Servicio y Suministro. Por ejemplo, el Consejo sólo votará un contrato de la energética que vaya a servir la calefacción o la que vaya a dar el suministro de la luz.
De esta manera, el presidente, que con casi toda seguridad será un miembro nombrado por el PSOE, tendrá el absoluto control de lo que se contrate para emitir en RTVE. No es lo único.
Como ya dio en exclusiva anoche este periódico, según el Real Decreto, la persona que ostente la presidencia de RTVE, que tendrá que ser elegida por el Consejo de Administración, que pasará a estar formado por 15 sillones y no por 10, como ahora, tendrá entre sus competencias las siguientes, las cuales, en palabras de miembros de la alta dirección del ente, responden a las de "un administrador único encubierto": "Nombrar y cesar al equipo directivo de la Corporación". Esto es una competencia que no existía, pues el nombramiento de la alta dirección y de la dirección dependía de la votación de los consejeros.
"Aprobar la organización básica de la Corporación de RTVE y sus modificaciones". Otra competencia que no estaba en manos del presidente. "Aprobar todos los contratos, convenios, acuerdos y negocios jurídicos no incluídos en el artículo 16.4 g) de esta ley". Se refiere a todo lo que esté fuera de las directrices básicas en materia de personal, que dependen del Consejo y en los que se incluyen los famosos contratos por debajo de 2 millones de coste. Estos no necesitan pasar por el Consejo de Administración, pero ahora blinda a la decisión del presidente este tipo de contratos y también a los de mayor cuantía que no sean de Obra y Servicio y Suministros.
Y, por último, y probablemente la que más poder da al presidente: "Conferir y revocar poderes". Esta competencia hasta ahora era de los consejeros, a partir de ahora dependerá sólo del presidente.
Con las modificaciones que establece el Real Decreto, que no solo aumenta el número de consejeros para conseguir más sillones con los que convencer a los socios de gobierno de que voten que sí, sino que el Senado se queda prácticamente sin poder con respecto a RTVE: cuatro consejeros del Senado -donde el PP tiene mayoría y que con casi total seguridad se los darán a los 'populares'- frente a los 11 que elegirá el Congreso. Es decir, si en 2007, los consejeros nombrados por el Senado representaban un 33%, ahora se quedan en un 26%. Con el Consejo actual, el que acabará dentro de 30 días, la proporción era 40% para el Senado y 60% para el Congreso.
¿Qué les queda a los consejeros en este nuevo órgano de Gobierno de RTVE? Seis años de mandato, contados desde su nombramiento pudiendo ser reelegido en la primera renovación, pero no en las sucesivas. Si en sus respectivos mandatos se produjera su cese, las personas para sustituirles lo serán por el tiempo que reste del mandato de su antecesor.
Tendrán dedicación exclusiva y salario -ahora mismo solo lo tiene el presidente-. Y todas las competencias de la Ley 17/2006, menos las que quedan completamente en manos del presidente y que antes eran suyas. "El Gobierno reparte juego entre sus socios dándoles sillones en el Consejo, pero la presidencia la tendrá el PSOE", aseguran fuentes de RTVE, las cuales añaden que amplía de "una forma inédita los poderes ejecutivos del presidente d ela Corporación".
Lo que quiere evitar el Gobierno aumentando de esta manera los poderes ejecutivos del presidente del ente es que "el Consejo no se convierta en una merienda de negros como ocurre en el Congreso". Es decir, no quiere que para sacar adelante algo en RTVE o tomar alguna decisión haya que estar rondando a cada socio de Gobierno con nuevas prebendas. Con este nuevo Real Decreto, el presidente de RTVE tiene todo el poder y "los consejeros se quedan como meros adornos", afirman.