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La vida de Pilar Guillén y Ángel García se leía entre leyes y manuales de Derecho. "Nos conocimos en tercero de carrera y hasta hoy, cuenta ella. Apasionados de los viajes, siempre soñaban con abrir su propio "hotel de autor". "Era un proyecto que estaba ahí, pero sin fecha ni nada cerrado". Hasta que en 2013, pusieron a la venta una una maravillosa casona del siglo XIX situada en Collado Mediano. "Era la típica casa que todo el mundo conocía en el pueblo. Cuando entramos nos enamoramos de ella". Allí abrieron La Torre Box Art, un alojamiento boutique de siete habitaciones.
Pronto se ganaron la fama dentro y fuera del pueblo y vieron que lo de ser anfitriones se les daba de maravilla. "Se nos quedó pequeño enseguida, sobre todo para atender la demanda de las empresas". Con el gusanillo en el cuerpo, se plantearon buscar otro espacio para abrir algo más grande. El único requisito, que estuviera también en la sierra de Madrid. "Un día dando un paseo por Navacerrada vimos una casa que nos maravilló", cuenta ella sentada en uno de los salones de Box Art Alpino, el segundo alojamiento que abrieron en 2022.
Integrado en la naturaleza, esta gran cabaña alpina donde predominan el hierro, la madera y el cristal se presenta como la escapada perfecta desde Madrid para empaparse de unos días de calma, sosiego y una excelente gastronomía. Porque en este hotel hacen que desde que se cruza la puerta apetezca descubrirlo a través de las obras de arte que visten las estancias -muchas firmadas por el propio Ángel-, desde su piscina escondida entre los árboles donde los meses de verano -se abre en junio, aunque la conservan impecable todo el año- se invita a la vida contemplativa o dejándose mimar en el spa con un masaje con aceites esenciales. Cada rincón se baña con unas maravillosas vistas al bosque de cedros y pinos; sus techos industriales y su ascensor acristalado amplía la postal con una magnífica panorámica de la sierra.
Con todos estos encantos no es de extrañar que el mismísimo Pedro Almodóvar cayera rendido a sus encantos y lo eligiera como escenario para su película La habitación de al lado. "La escena en la que Julianne Moore va al gimnasio se grabó aquí", dice Pilar orgullosa. "Es la escena se ven los cuadros de Ángel". Quizá esto sea lo que más ilusión les hizo. El hotel cuenta con 23 habitaciones, cada una con su propia personalidad. Los amenities los firma L'Occitane y, puestos a elegir, mejor que tenga bañera. La Suite Alpine es la estrella de esta casa situada cerca del centro del pueblo, uno de los más animados de la Sierra de Madrid.
La propuesta gastronómica resulta igual de apetecible. El chef Rubén Amro firma la carta y el menú degustación del restaurante CEDRO. En los entrantes calientes, muy apetecible en los últimos coletazos invernales el caldo de puchero, fideos suflados y picadillo, la tortilla vaga con guiso de morro y mojo madrileño y la mousse de castañas, alcachofa crujiente y virutas de foie. El risotto de bacalao a la gallega y la lubina salvaje se perfilan como excelentes opciones para disfrutar una velada de altura. "Ofrecemos una cocina con toques afrancesados y de vanguardia". De postre cuesta resistirse al arroz con leche kubak y a la torrija.
El día parece no tener fin en este entorno y eso es de agradecer. Las tardes, antes o después de un rato de relax en el spa, se pueden emplear en hacer una ruta guiada de senderismo por los alrededores o dar un paseo a caballo. A la vuelta, visita obligada al bar, en la primera planta, donde en invierno la chimenea invita a disfrutar de una buena conversación y, en verano, la terraza permite prolongar el previo a la cena. Por cierto, que esta pareja de abogados ya está buscando edificio para abrir su tercer hotel. Será, probablemente, en El Escorial.
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