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Hace tan sólo 20 años, una persona solía tener un par de gafas de sol, dos a lo sumo. Pero al igual que ha sucedido con los bolsos, en los últimos tiempos este accesorio se ha convertido en central para cualquier look, y ya no solemos conformarnos con ese par que antaño nos acompañaba durante todo el verano, por no decir durante todo el año.
Lara Marogna, directora creativa de Marcolin, líder mundial en la fabricación de gafas -incluidas las de marcas como Zegna, Tom Ford, Adidas, Guess o Max Mara-, ha vivido muy de cerca ese proceso, ya que lleva décadas en el sector (y desde 2011 en Marcolin) y confirma la tendencia: "Tendemos a tener más artículos de todo tipo, incluidas gafas de sol, porque nuestra vida se ha vuelto más dinámica. Participamos en una variedad de actividades y nos expresamos a través de múltiples miradas". Ella, por su parte, dice tener "una colección bastante grande. Cuentan la historia de mi viaje y la evolución de mi gusto, por lo que me resulta difícil separarme de algunas de ellas. Al final ¡las uso todas!".
Inevitable preguntar: ¿qué la llevó a diseñar gafas?
"En casa siempre estaba rodeada de gafas. Mi madre solía llevarlas desde joven, no porque las necesitase, sino porque le encantaba transformar su look y personalidad. Este aspecto de ser un objeto 'transformador' siempre me fascinó. Después estudié diseño de joyería en la universidad, una pasión heredada de la familia paterna. Todo esto, unido al hecho de haber nacido en uno de los distritos de producción de gafas mayores del mundo, donde este oficio está muy arraigado, me llevaron a diseñar gafas".
Su última colección en llegar al mercado ha sido la nueva de la firma Max Mara. Le preguntamos por su singularidad. "En un mercado lleno de ofertas, destacar es cada vez un desafío mayor", explica a YO DONA, "Max Mara Eyewear tiene un código muy arraigado en la idea detener clase; nunca levanta la voz, nunca exagera. Para la nueva colección nos centramos en expresar elegancia, incorporando cortes geométricos que realzan la mirada sin dominarla, de la misma forma que un marco nunca debe eclipsar una pintura».
No hay gafas de verano y gafas de invierno
Pero ¿cómo conecta esta nueva colección con la propuesta de ropa primavera-verano 2024 de Max Mara? "No existe una estacionalidad estricta. El estilo atemporal de Max Mara siempre se alinea con los códigos personales y duraderos de nuestras gafas. No es frecuente, por ejemplo, que cuando nos probamos las gafas digamos la frase: "Me las imagino con un abrigo". Pensamos en términos de apariencia y personalidad total, creando diseños que complementan y mejoran la estética general". Cuando le preguntamos por la inspiración setentera de la nueva colección, Marogna la niega: "Es probable que te recuerden a los 70 porque son grandes. Pero realmente no nos hemos inspirado en una década concreta", dice.
Una de las novedades de la colección que más entusiasman a la marca se llama Maxim y es un pequeño elemento metálico diseñado para realzar la mirada que se encuentra sobre el puente (y a veces constituye el propio puente). Marogna explica que "representa una joya que nos distingue en el mercado, una marca preciosa situada justo donde nuestro rostro expresa más emociones y sentimientos. El metal evoca riqueza; es fuerte y atemporal. Juega con la luz, reflejándola y acariciándola, bailando y cambiando para enfatizar el movimiento, haciendo que quien lo lleva resulte más misterioso".
Y hablando de misterios, uno que resulta especialmente llamativo es la resistencia de las gafas XXL a desaparecer de entre las tendencias. Creíamos que venían para unas cuantas temporadas y siguen ahí, en toda la cresta de la ola... "Las gafas representan una postura, una personalidad, una imagen. Las gafas de gran tamaño siempre han encarnado glamour y encanto misterioso; son como un lápiz labial rojo, tacones altos, bolsos de cuero, perfume. Son aspectos de la feminidad que son arquetipos, que creo que nunca desaparecerán.