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Moda

VivasCarrión, la firma creadora del look de Cristina Pedroche en las Campanadas: "Ella quería que el vestido incluyera la leche de su niña. Es un canto a la maternidad"

Felipe Vivas y Manuel Carrión, responsables del atuendo de Cristina Pedroche en las Campanadas de fin de año 2024 llevan 20 años vistiendo las cabezas de numerosas personalidades, famosos y clientes anónimos, y es la primera vez que diseñan y realizan un look completo, incluyendo los zapatos, todo realizado con técnicas de sombrerería. Y, sí, con leche materna.

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Felipe Vivas y Manuel Carrión, en su atelier sevillano con el vestido lucido por Cristina Pedroche en las Campanadas, antes de 'desenvolver'.
Felipe Vivas y Manuel Carrión, en su atelier sevillano con el vestido lucido por Cristina Pedroche en las Campanadas, antes de 'desenvolver'.FOTOS: GENTILEZA VIVASCARRIÓN

Se la ve ahí sentada o por la calle, y es una niña guapa normal. Pero cuando se pone delante de la cámara, se transforma en una diosa. Es como si hiciera magia". Así hablan de Cristina Pedroche los creadores del espectacular vestido-joya que la presentadora ha lucido en las Campanadas en Antena 3:Felipe Vivas y Manuel Carrión, con su firma VivasCarrión.

Este año, los diseñadores elegidos son sombrereros y han llegado desde Sevilla, donde atesoran una trayectoria de más de 20 años y una clientela de renombre.

Todo comenzó en una visita de su amigo Josie a la capital andaluza, sin que ninguno supiera aún adónde los iba a llevar el encuentro. Charlando, les propuso hacer el sombrero que llevaría Pedroche, pero en un momento determinado les preguntó si podían encargarse también del vestido y los zapatos. Los sevillanos aceptaron, empezaron a hacer bocetos y la idea comenzó a tomar forma.

"Cristina tenía el sueño de encapsular su leche materna, que tenía congelada. La había guardado por si le faltaba en algún momento para poder seguir alimentando a su pequeña Laia. Ya tenía un anillo con la leche, que le había hecho Belén Mozas, de la firma Morir de Amor, joyera amiga de Cristina. Y se le ocurrió que, en su vestido, sin saber aún ni cómo iba a ser ni quién se lo iba a hacer, quería que se incluyera la leche de su niña, a la que adora y que es para comérsela", cuentan a YO DONA los sombrereros.

Se pusieron manos a la obra, y el resultado fue un tres piezas con un objetivo claro: que el resultado fuera "un canto a la maternidad. Como las diosas prehistóricas, pero llevada a la contemporaneidad, con toques de moda, de arte, como una instalación de arte contemporáneo... La base es la maternidad y el primer alimento del ser humano".

Pedroche, diosa de la fertilidad

Explican que han "mezclado muchas cosas, porque queríamos que fuera como una madre, como una diosa de la fertilidad. Josie nos dijo que tenía que ser algo historicista y que una menina sería ideal, y quisimos hacer algo que se basara sobre todo en la Historia de España. ¿Qué hay más español que una menina? Y todo, realizado con técnicas de sombrerería". No fue fácil trasladar los dibujos a la realidad, pero lo consiguieron.

Más de cuatro meses para completar el trabajo con siete personas de su taller dedicadas al vestido de Cristina y, los dos últimos meses, "todos a full plenamente" para crear una pieza de museo, absolutamente artesanal y artística, y 'made in Sevilla'.

El look de Pedroche, una obra de arte, comienza con una especie de capote de dos piezas, un vestido de viaje del siglo XVIII inspirado en Eugenia de Montijo y en María Antonieta. "Tenía que ser algo que ella se pudiera quitar con rapidez y que fuera muy tapado, por eso lleva varias capas".

Para este capote, VivasCarrión ha necesitado 100 metros de organza plissé, fruncida, y cosida a mano con el remate de cordoncillo por Esperanza Carrión, hermana de Manuel, quien lleva toda la vida en el taller. "Lleva muchísimas capas, todas rematadas con la técnica del cordoncillo en lugar de la de la bastilla y el pespunte. La parte superior es una especie de capita con tres niveles, nos recuerda a la estética balenciaguista, a Valentino en la primera época... Y la falda es muy amplia, debe tapar los guardainfantes del vestido interior".

Aseguran que ese vestido de paseo "no pesa, se puede coger con una mano. Como es de organza, para que no quede transparente se han puesto cuatro o cinco capas. Metros y metros fruncidos para que no deje ver lo que hay debajo; si acaso, que se intuya".

Una Venus plurimamellada

Al aparecer Pedroche en escena, ése es el vestido que queda a la vista. El vestido y, por supuesto, el sombrero. "Es como una fuente de Versalles. Un sombrero tipo años 20 en el que, a modo de casquete, le hemos puesto una especie de pecho con su pezón, en la misma línea de los que van en el vestido interior, y del que sale la fuente con plumas no naturales, por respeto a la naturaleza. Porque, al ser una diosa de la fecundidad, como todas las Venus de la Prehistoria, hemos querido utilizar materiales artificiales. Si hubiéramos utilizado plumas de verdad hubiera quedado como muy de vedette".

Entre las plumas artificiales hay lágrimas que también llevan dentro leche materna, que van por todo el vestido y que ha realizado Belén Mozas. "Ha encapsulado más de 8.500 cristales, de lágrimas, como los de las lámparas de Bohemia, muy chandelier, que se han utilizado desde los años 20 hasta los 60".

El sombrero "es muy afrancesado, todo va muy decorado, es un maximalismo auténtico. Los mismos moldes, las hormas, que hemos hecho para los pechos del corsé, éstos muy picudos, tipo Gaultier, se han utilizado, replicado y puesto tanto en el sombrero como en los guardainfantes, que están todos llenos de pechos". En total, unos cuarenta pezones de los que mana la leche cristalizada.

Tanto el casquete como el vestido están hechos con otra técnica de alta sombrerería que es "el enrejado; se hace con alambres forrados uno a uno con hilo de terciopelo y que se van uniendo unos a otros dándole la forma que uno quiera. Encima de esos alambres va la ornamentación, que es el croché de algodón endurecido, con bordados, todo hecho a mano, y con los cristales de Morir de Amor".

Glúteos marcados por espirales

En cuanto al guardainfante, "lo hemos llevado al exceso máximo, para que, además de funcionar como objeto de moda, pueda ser una escultura contemporánea. Es tremendo. Y por detrás, lleva como un lencero de croché con las piedrecitas y dos espirales para que se sepa dónde están los glúteos. El cierre es de corsé de toda la vida".

El zapato también es bien destacado. "Nos dieron un zapato de 30 centímetros de alto con plataforma, y lo hemos customizado con el mismo croché, cristales y cuentas. Ha sido un trabajo muy difícil y minucioso. Porque no queríamos un zapato al uso, ya que es una diosa. Hemos eliminado la forma del zapato normal de tacón y le hemos dado esa forma, con el mismo punto que utilizamos en la falda, en el bustier y en el sombrero, cortado de otra forma, pero con el mismo patrón".

Con todo esto, Cristina Pedroche no necesitará joyas adicionales. "En un principio lo dibujamos con pendientes, pero luego decidimos que era mejor eliminarlos; no le hacen falta, que ya lleva bastante encima, y está preciosa. Es muy Tony Duquette, que ha sido otra de nuestras inspiraciones".

Más de 40 kilos de vestido

El vestido pesa "una barbaridad; es una escultura, una fantasía, no es un vestido que se pueda poner. Los dos guardainfantes, es decir, de cintura para abajo, pesan unos 30 kilos; el corsé, unos 5 kilos, y el sombrero, otros 4 o 5 kilos. Por ello, lleva unos refuerzos en las caderas para aguantar el peso, todo realizado con rejería alambrada".

En cuanto a su medidas, los creadores calculan que puede ocupar alrededor de tres metros. "Cuando ella anda, se va hacia atrás, resultando un perímetro de 2,5 metros. Abierto del todo, son tres metros. Y de arriba abajo, incluyendo todas las piezas, mide unos tres metros".

Para poder defender esta creación, Cristina Pedroche ha estado preparándose, "haciendo ejercicio de cuello, cintura, cadera... Para aguantar como la reina del Carnaval de Tenerife".

El fin de semana previo a la Nochebuena, Felipe Vivas y Manuel Carrión viajaron a Madrid para ver a Cristina y que ella se probara por primera vez su vestido. Tal es su tamaño que lo tuvieron que llevar "en la parte trasera de una furgoneta de Antena 3 que nos recogió como a las cuatro de la madrugada. Tuvimos que comprar cajas de metro y medio y ensamblarlas para que cupiera".

Cristina Pedroche, impactada

Los sevillanos cuentan que Pedroche había ido viendo el vestido en fotos que le iban enviando. "Al principio le chocaba, porque de llevar vestidos de los diseñadores anteriores, dentro de los cánones de la moda, a llevar un vestido que responde a los cánones de sombrerería, y con los cristales con su leche materna... Pero ella ha flipado, nos llama todos los días dándonos las gracias".

Cuando lo vio, lo miraba y preguntaba si iba a poder con él. Pero lo mueve de maravilla. Ella sabía que esto era una fantasía y que iba a pesar. Podíamos haber hecho algo más liviano, pero queríamos que fuera una estructura de sombrerería. Cristina es un auténtico prodigio a la hora de llevar cosas. Y eso que estamos acostumbrados a señoras que han llevado cosas imponentes".

Según desvelan, Pedroche está "emocionadísima. Algo tan conceptual a nivel cultural, hecho con material orgánico, de su hija, de su embarazo, que va a quedar ahí para toda la vida, genes ahí puestos para siempre. Cuando esa niña sea mayor y vea ese vestido, esa leche la generó su madre para ella. Nosotros, y sobre todo Josie, le hemos dado el componente artístico y conceptual, pero además tiene un componente sentimental muy fuerte".

Para los diseñadores, el valor de esta creación "aunque esté feo que lo digamos nosotros, es el talento de llevar una cosa histórica, moderna, donde se utilice sólo material de sombrerería, y con las gotas realizadas por la joyera Belén Mozas, a las que hemos tratado como un exorno de sombrerería".

El vestido, al museo

VivasCarrión comenzaron en la sombrerería hace unos 20 años, pero antes ya se dedicaban a la moda y al arte "al cien por cien. De hecho, yo (Felipe Vivas) voy a organizar este año una exposición de pintura en Sevilla. Ya he expuesto con Juana de Aizpuru, Rafael Ortiz, Félix Gómez, Fausto Velázquez... Me he dedicado al arte contemporáneo. Y luego entré en el mundo de la moda porque lo he llevado siempre dentro. Mi abuelo Tolentino era sastre; mi madre, modista, la madre de Manuel (Carrión), modista... Para eso nos hemos educado". Porque Felipe estudió Bellas Artes y Manuel, Artes Aplicadas.

Los creadores aseguran que no piensan en lo que puede suponer para ellos y para su firma haber realizado el traje de las Campanadas de Cristina Pedroche. "No, porque nosotros ya tenemos hecha nuestra clientela, trabajamos para la Alta Costura, para la Semana de la Moda, para películas... Y no vamos buscando un fin. Tan sólo estar a gusto con lo que hacemos, un reconocimiento por los medios de la prensa, el arte... Y, sobre todo, que te reconozca tu público, que es el mayor pago que hay".

Aunque sí reconocen que "claro que es una gran oportunidad. Sólo con estar en la Puerta del Sol, oír los cohetes, la canción de Mecano y todo el ambiente... Te da punto".

Los sevillanos están ya metidos de lleno en su trabajo para París, en la Semana de la Alta Costura, con su colaboración en el desfile de Juana Martín, además de lo que se podrá ver el próximo 10 de enero en la presentación de la nueva colección de flamenca de Rocío Peralta. O de otros trabajos para Mugler y Palomo Spain, además de los que le encargan sus clientes.

Con este trabajo para Cristina Pedroche es la primera vez que realizan un vestido completo, incluidos los zapatos. Un vestido que podrá verse próximamente en Sevilla, en una exposición de diseñadores organizada por el Ayuntamiento de la capital andaluza, para luego formar parte ya del Museo del Traje, en Madrid. Recomiendan visitarlo. Porque, dicen, "el vestido en vivo ¡es brutal!".