La Policía Nacional investiga un caso de presuntos abusos sexuales a una menor de 12 años por parte de varios compañeros -también menores- en un centro educativo de Granada capital a raíz de la denuncia interpuesta por la familia de la niña hace dos meses.
Los niños investigados en relación a esta agresión estarían escolarizados en el tercer ciclo de primaria, lo que corresponde a quinto y sexto curso, mientras que la niña agredida, que acudiría a clase en el mismo colegio pero en cursos inferiores, sería más pequeña que ellos. En cualquier caso, todos son menores de 12 años.
A los presuntos agresores, que ya estarían identificados, se les ha abierto expediente y según establecen los protocolos de acoso de Educación, se les ha traslado a cada uno de ellos a un centro educativo diferente hasta que finalice la investigación, de la que se ha hecho cargo el Grupo de Menores de la Policía.
A este respecto, el subdelegado del Gobierno en Granada, José Antonio Montilla, ha confirmado que de salida se investiga a tres chicos con edades inferiores a los 14 años por lo que resultan inimputables a los ojos de la ley, es decir, están eximidos de responsabilidad penal por su corta edad.
Fue la madre de la menor la que dio la voz de alarma hace "un par de meses", ha detallado Montilla, y una vez presentada la denuncia se ha dado traslado de los hechos a la Fiscalía de Menores.
La actitud de la niña
La actitud y el comportamiento de la niña cambió radicalmente, no quería ir al colegio, estaba muy nerviosa y le afectaban sobremanera rutinas del día a día. De hecho, en el propio centro escolar algunos profesores han señalado que la habían visto llorando, relataba la madre en la denuncia interpuesta ante las autoridades, según ha adelantado el diario Ideal este martes.
La víctima presentaba desde el pasado octubre "irritación y dolor" en la zona vaginal y una posible rotura del himen, sin embargo no había verbalizado la posible causa. La madre llevó a la niña al Hospital Materno Infantil de Granada, donde un pediatra la examinó. Si bien en un primer momento no halló heridas ni hematomas, aunque aconsejó seguir de cerca el caso.
Semanas después, la menor comenzó a poner palabras a lo sucedido en lo que parecían abusos sexuales por parte de varios compañeros, mayores que ella, del centro de Primaria donde la víctima está matriculada, por lo que la madre la llevó directamente a Urgencias. Tras la exploración de los sanitarios, se remitió un parte de lesiones al juzgado de guardia. Esa misma tarde, la examinó el forense y tras la exploración, se activó el protocolo judicial.
Lo sucedido en Granada ha vuelto a poner el acento en dos cuestiones de relevancia social: la inimputabilidad de los menores de 14 años y el acceso sin control de los niños a la pornografía.
Tras conocerse el caso, la consejera de Desarrollo Educativo y Formación Profesional de la Junta de Andalucía, María del Carmen Castillo, ha señalado que "estas cosas pasan porque nuestros niños y niñas tienen un acceso indiscriminado a internet, a las redes sociales y a la pornografía" y porque "repiten acciones que no son habituales en niños de esas edades salvo que las vean o que a su vez las sufran".
Consumo de pornografía
La consejera andaluza ha llamado a "proteger a los menores" y a "poner límite" al acceso indiscriminado que tienen en la actualidad a internet, las redes sociales y la pornografía. "No dejan de ser todos menores de 12 años y necesitan una especial protección", ha recalcado la consejera, quien ha explicado que en el ámbito docente y con niños de estas edades, las medidas pasan por un cambio de clase o incluso de centro como en este caso para que los presuntos agresores no tengan contacto con la víctima
La Consejería cuenta por su parte con "protocolos específicos" en los que se analiza la situación y se establecen medidas de protección de "todos los menores", víctimas y agresores.
La Fiscalía Superior de Andalucía ya alertó el pasado septiembre en su última memoria del aumento de delitos contra la libertad e indemnidad sexual cometidos por menores en el último año, algo que atribuye al "consumo excesivo" que este colectivo realiza de las redes sociales y, en particular, de las páginas de pornografía
En la memoria, la fiscal superior de Andalucía, Ana Tárrago, muestra su "especial preocupación" por la situación de los menores, tanto en su papel de víctimas como de agresores, y pone el acento en el acceso temprano a las nuevas tecnologías.
Tárrago como muchas otras voces, entre ellas la del Premio Nacional de Investigación Gregorio Marañón de Medicina y autor del libro Salmones, hormonas y pantallas, Miguel Ángel Martínez-González, aboga por una regulación que limite el libre acceso de menores a contenidos inadecuados y pornográficos, llegando a tipificar penalmente la conducta de las empresas que lo permitan.
Para Martínez-González, "el acceso sin control de los jóvenes a pornografía online y a contenidos aberrantes que presentan a la mujer como un objeto de placer es un problema frente al que ni los padres ni los gobiernos pueden ponerse de perfil".