Soy de Málaga y esta es la playa que muy poca gente conoce y que visito siempre que hace buen tiempo

Ir a la playa en pleno mes de enero o de febrero no es una estampa difícil de ver si estamos en una ciudad como Málaga. El termómetro que, en días invernales, llega a marcar los 24 grados, invita a sacar la toalla y la crema solar, sintiendo que las vacaciones se adelantan. Para los que, además, buscan un ratito de desconexión (de esos que el Mediterráneo tanto favorece), hay playas poco viralizadas que dejan que la tranquilidad fluya.

Como malagueña, pese a los envites del turismo y las aglomeraciones, aún conservo algunos rincones de arena y guijarros que me gusta visitar en estos meses del año. Una de mis favoritas está en la localidad de Mijas, a 50 minutos de la capital.

¿Cuál es la playa poco conocida que visito siempre cuando hace buen tiempo?

Bajo el nombre de Piedras del cura, en Las Lagunas de Mijas, se trata de una calita de grava y de aguas cristalinas, muy visitada también por los pescadores. Tal vez sea el hecho de que esté junto a la A-7 (aunque hay aparcamiento gratuito enfrente) lo que haga que sea un tesoro por descubrir para muchos.

Su carácter todavía salvaje es probablemente lo que más me guste de ella. Puedes enfundarte las gafas de bucear y bichear hasta dar con bandadas de peces, cangrejos o mejillones abrazados a las rocas. También es habitual tropezarse con las aves de la zona dando saltitos por la orilla, como los correlimos, o en los peñascos abriendo sus alas (me quedo embobada mirando a los cormoranes luciéndose al sol).

Junto a ella hay un gran peñón, al que se puede escalar con cuidado para otear el horizonte azul o contemplar el atardecer (o el amanecer si no te da pereza madrugar). La punta del montículo la corona una pequeña cruz y la figura de una virgen.

Cómo acceder a la playa Piedras del cura de Mijas y qué otras maravillas hay cerca de ella

Para bajar a esta tranquila playa de la costa de Mijas solo hay que aparcar y descender por una escalera de madera y cemento. En el caso de que estés haciendo un tramo de la Senda litoral, a pie o en bici, se puede distinguir fácilmente la 'puerta de entrada' y acceder para descansar un rato o hacer un picnic.

A solo unos minutos caminando se encuentra también otra de las playas de la provincia malagueña menos frecuentada: la del Chaparral (siempre en comparación con otras de la Costa del Sol). Aunque es conocida por su nombre, tal vez gracias a su ubicación, no sufre tanto el hacinamiento veraniego. Es bastante más grande, en torno a 850 metros cuadrados, y es ideal para practicar windsurf, vela y submarinismo. También tiene una zona destinada a aquellos que quieran hacer nudismo.

Aunque cerca de ella es más sencillo encontrar chiringuitos y servicios para hacer deportes acuáticos, El Chaparral también es una zona en la que se trata especialmente de proteger el entorno natural (o, al menos, se debería). Y es que, pese a las construcciones de casas y villas, aún preserva algunas dunas donde anidan aves y vegetación autóctona, por lo que se trata de cuidar y limpiar especialmente la zona.