Veo un par de cap�tulos de ‘Last Man Standing’, la nueva sitcom de Tim Allen, y descubro que a�n me queda capacidad para escandalizarme. As� que aprovecho para hacerlo. �A alguien le parece graciosa esa antigualla? Es m�s (y aqu� viene la parte escandalosa) �s�lo a m� se me revuelven las tripas con el permanente tufillo retr�grado de semejante subproducto? Es entonces cuando me doy cuenta de que es seguramente un sentimiento similar el que lleva a algunos a pedir la retirada de series que, seg�n ellos, no s�lo muestran, sino que fomentan comportamientos perjudiciales, una actitud, la del espectador vigilante, censor y moralizante que yo siempre he criticado. Supongo que he encontrado mi l�mite, que yo tambi�n tengo uno. Gracias, Tim Allen.

El acorralamiento del macho tradicional, del hombre-hombre, en un mundo cada vez m�s femenino, es una vuelta de tuerca a la tradicional guerra de sexos no demasiado original pero a�n efectiva. La lucha del pater familias anticuado pero bonach�n (y, por otra parte, aunque menos, tambi�n la del empleado obsoleto pero trabajador) contra su muy femenina y desquiciada familia no es mal punto de partida. Pero el tipo de chistes y gags que salen de ah� son peligrosos, sobre todo cuando parece claro que Tim Allen no es la persona m�s sutil y sofisticada del mundo. Supongo que esos atributos se los deja a las se�oras. Lo de �l es la risa cazurra, machista, clasista, hom�foba, oxidada y antigua. Tiene gracia que comparta apellido con uno de los mejores constructores de comedias de la historia.�
S� que ‘Last Man Standing’ no es un producto en el que a la iron�a fina y a los dobles sentidos se les de importancia. Por eso me asusta que algunos chistes y situaciones que en ella aparecen no sean conscientes de lo siniestro de su subtexto y, por ello, no lo exploten. Larry David, Louis C.K. o la misma Tina Fey s� lo habr�an hecho. Y ‘The Office’, ‘Parks and Recreation’ o ‘Raising Hope’. Tim Allen no. �l lo que quiere es una comedia “de las de toda la vida”, con un protagonista y unos valores (oh, dios m�o, qu� palabra, �tan bajo he ca�do?) en consonancia. Y maldita la gracia que hace.

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El caso es similar al de la saga ‘Torrente’ espa�ola. Llega un momento en el que dudas si Santiago Segura desprecia a su personaje o lo apoya. Una posici�n que deber�a estar m�s clara, dado que gran parte del p�blico de las pel�culas del polic�a casposo se tomar� sus chistes (tambi�n de nivel baj�simo) al pie de la letra. No mirar�n m�s all� y, lo que es peor, no ver�n m�s all�, y el producto perder� toda su carga cr�tica (que la ten�a, al menos al principio, y muy bien tratada), al quedar sustituido su mensaje (otra palabra resbaladiza) inicial por otro casposo y glorificador de lo que en teor�a pretend�a (�deber�a!) ridiculizar. En el caso de Segura, creo que el producto se le ha ido de las manos en ese aspecto al tiempo que en otro (el econ�mico) se justificaba de sobra a s� mismo. ‘Torrente’ es as� porque as� se quiere que sea. Con la serie de Tim Allen, y con Tim Allen en general, no me pasa lo mismo. Sinceramente, creo que son as� porque no pueden ser de otra manera, porque no saben. Y porque todo indica que est�n muy orgullosos de ser como son. Es la siniestra autenticidad de lo b�sico frente a la siempre sospechosa sofisticaci�n de lo inteligente. El orgullo Neanderthal.
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