El pleno del Congreso ha aprobado este jueves eliminar la protección especial de las poblaciones de lobo al norte del Duero, lo que permitiría su caza, y abre la puerta a que pueda rebajarse esta protección también al sur.
La medida ha salido adelante a través de una enmienda del PP al proyecto de ley de prevención de las pérdidas y el desperdicio alimentario, que ha contado con el apoyo de Vox, Junts y PNV.
El lobo ibérico es una especie protegida en toda España desde el 22 de septiembre de 2021, momento en que entró en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (Lespre), de la que ahora ha sido parcialmente expulsado.
El argumento fundamental para apoyar esta desprotección era reducir los ataques de lobos al ganado en Asturias, Cantabria, Galicia y el norte de Castilla y León, donde se concentra cerca del 90% de los lobos del país.
Es por ello que numerosos ganaderos se plantaron ayer en la puerta del Congreso para apoyar la medida, que fue defendida por la diputada del PP por Palencia, Milagros Marcos, quien aseguró que "no hay que elegir entre el lobo y la ganadería", sino "garantizar su equilibrio y convivencia".
Desde que esa especie no puede cazarse en toda España se han registrado 3,5 millones de cabezas de ganado menos y 71 manadas de lobos más. Además los ataques han causado 4,5 millones de kilos de carne "convertida en residuo". El objetivo es "controlar el impacto que la especie está produciendo en las explotaciones ganaderas y con ello el desperdicio alimentario", apuntan desde el PP, donde recuerdan que la legislación española establece que los cadáveres de animales, incluidos los muertos por ataques de lobos, deben ser gestionados conforme a las normativas sanitarias para prevenir riesgos de enfermedades.
"Los cántabros hemos logrado una gran victoria", tuiteó la presidenta de Cantabria, la popular María José Sáenz de Buruaga, "el Congreso ha decidido que el lobo salga del LESPRE, poniendo fin a esa hiper-protección que tanto daño está causando a nuestros ganaderos. Cantabria se ha rebelado frente al autoritarismo de Sánchez y hemos ganado". Por su parte, el portavoz de la Junta de Castilla y León, Carlos Fernández Carriedo, apuntaba: "No pararemos aquí, la siguiente fase es que se extienda al sur del Duero".
Según un estudio liderado por la Universidad Sueca de Ciencias Agrícolas, publicado en PLOS Sustainability and Transformation, las políticas de conservación han impulsado en Europa la recuperación de los lobos (Canis lupus) en las últimas décadas. En 2022, al menos 21.500 lobos vivían en Europa, lo que representa un aumento de más de la mitad en comparación con la población estimada de 12.000 sólo diez años antes.
Mientras la diputada socialista Patricia Otero acusó a los grupos de la derecha de convertir el debate de esta ley en un "show", el diputado del PNV Joseba Aguirretxea defendió que "en Euskadi la ganadería extensiva es incompatible con el lobo". También acusó al Gobierno de no escuchar "ni a los afectados" por los ataques del animal, "ni a las comunidades, ni al sector ganadero".
En contra de la nueva medidas se encuentran numerosas agrupaciones ecologistas. "El Congreso ha firmado hoy un capítulo negro para la historia de la conservación de la naturaleza en España, desprotegiendo al lobo por la puerta de atrás sin ningún tipo de respaldo científico", apunta Juan Carlos del Olmo, secretario general de la ONG WWF.
Desde WWF apuntan que lo de hoy en el Congreso "es una decisión arbitraria y negacionista que no reducirá los ataques al ganado ni por supuesto solucionará los verdaderos problemas de la ganadería extensiva".
Desde Ecologistas en Acción apuntan que "es necesario recordar que el lobo no es solo una especie protegida y emblemática, sino que también juega un papel fundamental en el equilibrio de los ecosistemas ibéricos. Los beneficios ambientales son extensos, pero también los sociales: ayuda a reducir los daños por ungulados silvestres (corzos, jabalís, etc.) a la agricultura, y previene que enfermedades contagiosas (tuberculosis, etc.) pasen de la fauna salvaje a la cabaña ganadera. Por tanto, pretender cazar más lobos es un negocio nefasto para el medio ambiente pero también para la sociedad y la economía rural".