Bruselas está decidida a ir a una guerra comercial con Estados Unidos, y de hacer hacer el mayor daño posible a la economía del país y a su presidente, Donald Trump. Y no porque sea su deseo porque en la Comisión Europea mantienen que quiere "encontrar una solución negociada entre ambas partes".
"No lo queremos hacer", ha apuntado el portavoz comunitario de Comercio, Olof Gill, este jueves en rueda de prensa. Pero como esa posibilidad es muy remota, casi imposible, Bruselas sigue "calibrando" su respuesta para el momento en el que los aranceles de Trump entren en vigor. Y en ese punto, buscará "el mayor impacto contra Estados Unidos y la menor repercusión sobre Europa".
Precisamente el comisario de Comercio, Maros Sefcovic, ha estado a comienzos de esta semana en EEUU tratando de negociar con la Administración Trump. Y el responsable enviado por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ya ha abandonado Washington dada la imposibilidad de acordar punto alguno con Estados Unidos. Su próximo destino es China, a donde llega este jueves buscando una "relación más cooperativa" centrada en "la reciprocidad, la transparencia y el beneficio mutuo".
"La cuestión no es si estamos sorprendidos o no, sino de si estamos preparados o no. Y sí, lo estamos", ha proseguido el portavoz de la Comisión ante las numerosas preguntas tras las medidas anunciadas ayer por Trump. El magnate adelantó que aplicará una tarifa del 25% "a todos los coches no fabricados en EEUU", y que la medida entrará en vigor el próximo 2 de abril. "El día de la liberación", según lo ha definido el presidente de EEUU.
"Lo que vamos a hacer ahora es prepararnos para una respuesta proporcionada, firme, bien calibrada y oportuna ante cualquier medida futura anunciada por Estados Unidos", ha añadido la Comisión, que ya ha dicho que esperará hasta mediados de abril para aplicar los 26.000 millones en aranceles en los que ya trabaja. Y a esa cifra se deberá sumar lo que decidan hacer en el ámbito del motor. Porque lo transmitido ayer por Trump tendrá también respuesta, aunque desde el Ejecutivo ya adelantan que ese mismo día 2 tal vez no se sepa nada concreto.
En la capital comunitaria insisten en que las medidas que van a aplicar son "inteligentes", y que tienen una lista de productos "con un alto valor simbólico" y que son especialmente importantes en los estados republicanos. En los que más apoyaron a Trump.
"Esto incluye productos del sector agrícola como la soja, que se produce de manera significativa en Luisiana, hogar del presidente de la Cámara de Representantes de EEUU, Mike Johnson", ponen siempre como ejemplo en la Comisión, al tiempo que añaden que ese mismo alimento se puede encontrar en Argentina o Brasil. Esto es, que los europeos podrán seguir consumiendo soja a un precio similar mientras Estados Unidos sufre un castigo.
"Es lamentable entrar en ese guerra"
Y desde el Gobierno de España, la vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica, Sara Aagesen, ha insistido en que lo ideal sería encontrar una solución negociada. "Una palabra que conjuga mucho con Europa es dialogar antes de tener que llegar a un punto de medidas proporcionales y equivalentes, pero si ese camino del diálogo no funciona, evidentemente trabajaremos para esas medidas proporcionales", ha apuntado en una entrevista concedida a EFE.
"Es lamentable entrar en esa, vamos a decir, guerra comercial", ha incidido Aagesen, a lo que ha añadido que la palabra guerra "ya dice bastante en sí misma".