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Imaz (Repsol) admite un "diálogo abierto" con el Gobierno de Trump para salvar la exportación de petróleo de Venezuela

El presidente estadounidense ha revocado ya a las energéticas occidentales las licencias para comercializar con combustible de Venezuela

El consejero delegado de Repsol admite un "diálogo abierto" con el Gobierno de TrumpE.M
Actualizado

Josu Jon Imaz, consejero delegado de Repsol, ha admitido este lunes que la compañía mantiene un "diálogo abierto" con el Gobierno de Donald Trump para tratar de salvar su actividad en Venezuela. Las declaraciones del primer ejecutivo de la primera petrolera española se producen horas después de confirmarse que Estados Unidos ha revocado a las energéticas occidentales los permisos para operar en el país que preside Nicolás Maduro, decisión que, en el caso de Repsol, se ha traducido en fuertes caídas en bolsa durante la jornada.

"Siempre hemos respetado y respetaremos todo el ámbito de la legislación relativa a sanciones internacionales y, simplemente, decir que seguimos con ese diálogo abierto y fluido y, por tanto, seguimos trabajando", ha aseverado el Imaz en su intervención en un foro organizado por el diario El Español. "Estamos en relación directa con las autoridades americanas y vamos a ver si somos capaces de buscar mecanismos que puedan permitir que sigamos con nuestra actividad en este país", ha concretado.

El primer ejecutivo de la petrolera ha insistido en que la actividad en Venezuela "nunca ha sido fácil" y ha recordado que la última licencia para operar fue otorgada por la Administración Biden en mayo de 2024, pero "un mes antes no la teníamos". Así resumía Imaz la relación comercial del grupo con el país sudamericano, una historia que se remonta a más de tres décadas atrás y que históricamente se ha visto tambaleada por las decisiones políticas de los sucesivos gobiernos estadounidenses.

Estos vaivenes geoestratégicos explican el desigual peso de Venezuela en las ventas de Repsol año tras año. Como ha recordado Imaz, el 85% de la actividad de la energética en esta geografía lo ocupa la explotación de gas, que Venezuela consume internamente, pues "sostiene una parte del sistema eléctrico" del país. Como el Estado venezolano tiene una enorme dependencia de este gas, pero no músculo financiero para retribuir a la petrolera española por él, entre el país y la energética española se ha consolidado una relación de trueque. Repsol y la italiana Eni, su socio en este mercado, llevan años recibiendo barriles de crudo como pago a cambio de ese gas.

Al estar esta actividad sujeta al régimen de sanciones internacionales, los barriles de crudo venezolano solo fluyen a Europa cuando EEUU anula su veto, como ocurrió la pasada primavera. Es por eso que las últimas cuentas de Repsol reflejaron el doble de riesgo del grupo a Venezuela que las del ejercicio precedente. En concreto, Repsol admitió una exposición patrimonial a este país de 504 millones, casi un 95% mayor a los 259 millones reconocidos un año antes. Este colchón contable cubre, además, la deuda histórica que la firma estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) mantiene con Repsol que, al cierre de 2024, todavía ascendía a 634 millones.

Imaz ha insistido en que en los últimos 10 o 15 años, el grupo ha pasado en Venezuela por muchas vicisitudes, pero "siempre hemos tenido una cosa clara, nosotros cumplimos con la legislación venezolana y la legislación internacional". "Hemos estado en todo momento y estamos a lo largo de todos estos años, muy cerca de la administración americana, con total transparencia y colaboración (...) seguimos con ese diálogo abierto y fluido y, por tanto, seguimos trabajando", ha insistido Imaz.

En pleno desplome de la energética en bolsa, -la firma caía más de un 2,6% en la apertura del mercado bursátil, hasta situarse en 12,13 euros por acción, el Gobierno se ha apresurado a cerrar filas con Repsol. Así lo ha apuntado la ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz, quien ha asegurado este lunes que el Ejecutivo "está en permanente contacto con la empresa" y estará al lado de las compañías españolas en la guerra comercial emprendida por Trump.

En la misma línea, el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europa y Cooperación, José Manuel Albares, ha pedido "tranquilidad" en una entrevista en Telecinco, en la que ha reconocido que el Gobierno está analizado la reciente decisión de Washington: "El margen de diálogo todavía cabe",