- Asamblea Yolanda Díaz reinventa Sumar para que el proyecto sobreviva en un espacio político en guerra
Sumar sale de su segundo congreso con una hoja de ruta estratégica muy clara: intentar recuperar la unidad de la izquierda alternativa al PSOE en una candidatura única para las elecciones, al igual que en 2023. Esto significa, por un lado, mantener a todos los que todavía siguen en la coalición electoral y, por otro lado, tratar de convencer a los que se han ido para que vuelvan. Esto es básicamente Podemos, aunque no solo. Yolanda Díaz se marca, pues, el objetivo prioritario de tender puentes con Ione Belarra e Irene Montero para evitar la fractura del espacio político en dos.
Un escenario de ruptura, según fuentes gubernamentales citadas por este diario el pasado miércoles, haría «imposible» que la izquierda revalidara el Gobierno. Por eso la trascendencia de una alianza entre Sumar y Podemos sobrepasa con creces trayectorias, egos y odios. Porque sin este pacto, la división del voto causaría estragos en el reparto de escaños en favor de las fuerzas de la derecha. Que acabarían haciéndose con el poder.
Sumar ha asimilado esa importancia y da el primer paso formal para, al menos, intentarlo. Llama al «entendimiento» al «conjunto de fuerzas» que fueron capaces de «construir la coalición» de 2023 para repetir la operación en 2027 y en tantas elecciones autonómicas y municipales como habrá en el próximo ciclo. Así lo manifiesta en una resolución aprobada este sábado por unanimidad en su asamblea, donde el propio título da la respuesta: Construir alianzas como base para ganar el futuro.
El texto no cita expresamente a Podemos pero le alude al apelar a ese «conjunto de fuerzas» que pactó en 2023. Porque aunque fuera a regañadientes y con dosis de suspense, el partido morado estuvo enrolado en las filas de Sumar entonces. Se marchó medio año después, en diciembre, cuando emprendió un camino propio yéndose al Grupo Mixto.
Además de pedir la unidad, Sumar hace un ofrecimiento a Podemos en torno a dos principios cruciales que, en su momento, fueron motivo de las fuertes discrepancias entre los dos y, en sentido último, de la ruptura. La resolución sobre las alianzas establece que el «entendimiento» debe darse «sin a priori, respetando la pluralidad de identidades y garantizando la autonomía política como base para la construcción de acuerdos».
La falta de autonomía política fue el argumento central que esgrimió Podemos para dar el portazo. Como la nula visibilidad que, a su entender, se le estaba dando en los primeros meses de la legislatura.
Éste es uno de los principios que se ofrece a Podemos para negociar un acuerdo. El otro no aparece reflejado en la resolución pero sí en el Documento Organizativo de la asamblea, y que luego se plasmará en los estatutos del partido: las primarias. «Movimiento Sumar promoverá que estos procesos [de unidad en las candidaturas] se aborden con sistemas de primarias, con reglas inclusivas y abiertas a la sociedad civil», dice.
La ausencia de elecciones internas para hacer las listas electorales contaminó la unidad a palos que Sumar y Podemos firmaron para ir juntos a las generales. Es cierto que el ambiente venía envenenado de antes por los odios cruzados, pero aquel choque desgastó mucho a Díaz por el martilleo al que Podemos la sometió con los «vetos» a Irene Montero y otros dirigentes morados.
El conflicto con la confección de listas también generó fortísimos choques internos en Sumar en otras elecciones, sobre todo con IU, con quien vivió tensiones extremas a cuenta de la candidatura de las europeas.
Que Movimiento Sumar -el partido de Díaz- plasme la voluntad de hacer primarias es asumir de partida la primera demanda que pondría Podemos para sentarse a negociar. Asimismo, es un motivo para que otras fuerzas que hoy siguen en Sumar se decidan a continuar dentro.
El mandato que se da Sumar es «aunar diversidad, agrupar diferencias, llegar a acuerdos». Y remata: «El momento político requiere imaginación, osadía, capacidad de diálogo y acuerdo». De igual modo, se interpela para «avanzar en fórmulas novedosas que respeten la fuerza territorial» de los demás partidos.
Estas premisas desarrollan el mensaje que Díaz lanzó en enero, cuando dejó a un lado la tibieza sobre la unidad para apostar por primera vez y de una forma rotunda por recuperar a Podemos. «Hay que volver a hacer lo que hicimos el 23-J», proclamó. Y metió presión: «Quien no quiera estar ahí, lo tiene que explicar».
El llamamiento de Díaz no tuvo efecto alguno en la estrategia de Podemos, que sigue decidido a ir por su cuenta y que está construyendo con mucho mimo la candidatura de Irene Montero para competir. Los morados sólo hablan de Sumar para atacarlo y mucho tiene que cambiar la situación para que se plantee un giro en ese rumbo. Es más, el aumento del gasto militar y las contradicciones y tensiones que va a tener que soportar Sumar con este tema por estar en el Gobierno se ven como una oportunidad de oro para seguir levantando su propio espacio y para lanzarse a disputarle la hegemonía de la izquierda alternativa. A lomos del lema No a la guerra. Pero Sumar tiende la mano. Ahora a ver si Podemos la coge.
Lara Hernández y Carlos Martín, elegidos nuevos coordinadores por el 93% de los delegados
Lara Hernández y Carlos Martín fueron elegidos nuevos coordinadores generales de Movimiento Sumar -el partido de Yolanda Díaz y fuerza motor de la coalición Sumar- en unas primarias que al final no tuvieron si quiera rival, porque la lista alternativa de Baleares no reunió los avales mínimos. La candidatura oficialista fue respaldada por el 93,04% de los votos del medio millar de delegados que participó en este segundo congreso.
Díaz, que no pasó en ningún momento por la asamblea celebrada en Rivas (Madrid), es la numero tres de la lista y entra en la cúpula como coordinadora institucional y responsable de acción de gobierno.
En la dirección también entran el ministro de Cultura, Ernest Urtasun; la portavoz parlamentaria, Verónica Barbero; los secretarios de Estado Rosa Martínez, Joaquín Pérez Rey y Amparo Merino; y diputados como Txema Guijarro, Lander Martínez, Esther Gil de Reboleño, Agustín Santos, Manuel Lago y Viviane Ogou. También está en este equipo la eurodiputada Estrella Galán.
Una de las novedades más destacadas es la del ex vicepresidente de Baleares Juan Pedro Yllanes, quien se incorpora a la dirección. Con él repiten anteriores dirigentes como Paula Moreno, Amanda Andrades, Guillermo Zapata,Josep Vendrell o Pedro del Cura.
Por otra parte, la asamblea ha aprobado el documento político (97,6%) y el organizativo (95,7%) con algunas enmiendas que no cambian nada de los sustancial. El segundo de estos textos supone un reinvención total de lo que era Movimiento Sumar.
Asimismo, Movimiento Sumar tendrá por primera vez un Comité de Garantías. Sus miembros, elegidos también en primarias por los delegados, son Inmaculada del Pino, Rosana Llamas, Jorge Fernández Nuevo, Rafael Ramírez y José Valentín Ramírez.