INTERNACIONAL
Guerra Israel-Gaza

El día más largo y traumático en la historia de Israel

Se cumple un año del ataque de Hamas que dejó 1.200 asesinados y 251 secuestrados, la ofensiva más letal que ha sufrido el pueblo judío desde el Holocausto

Lanzamiento de cohetes hacia Israel desde la Franja de Gaza, el sábado 7 de octubre de 2023.
Lanzamiento de cohetes hacia Israel desde la Franja de Gaza, el sábado 7 de octubre de 2023.Fatima ShbairAP
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Artaha, Atraha y Ajraha. Estos tres términos en hebreo resumen la doctrina de seguridad de Israel impuesta ante los ataques y amenazas de sus países vecinos y grupos armados desde la independencia en 1948. Disuasión, alerta y victoria militar.

En la jornada del 7 de octubre, hace exactamente un año, los dos primeros conceptos fueron brutalmente ridiculizados por Hamas mientras el tercero depende de las expectativas en la Franja de Gaza y Líbano. Algunos israelíes consideran que la "verdadera victoria" es el regreso de los secuestrados (entre ellos, el más pequeño tenía nueve meses hace 12 meses y el mayor es un anciano de 86 años que como el resto no recibió visita ni medicamentos de la Cruz Roja Internacional) aún en manos de Hamas y de los más de 60.000 habitantes del norte evacuados por los ataques de Hizbulá iniciados el pasado 8 de octubre. Otros abogan por la "victoria total" acabando con las dos milicias. Por último, hay quienes admiten que es una quimera ganar tras lo sucedido el pasado 7 de octubre.

En el primer aniversario del mayor ataque en su historia, los israelíes siguen en el 7-O. El día que no acaba en Israel. Su jornada más larga, dolorosa y traumática. Las ceremonias homenajean a los 1.200 asesinados y piden la liberación de los 101 rehenes en cautiverio (solo la mitad estarían vivos) de los 251 secuestrados violentamente en sus camas, habitaciones-refugio, salones, jardines, bases, carreteras y la explanada de un festival de música convertido en infierno.

La ira en Israel por los asesinatos, violaciones, decapitaciones y secuestros del ataque más letal contra el pueblo judío desde el Holocausto se mantiene como la frustración por su mayor fracaso de seguridad que no supo advertir ni frenar el ataque terrorista contra kibutzim, ciudades y algunas bases.

El país que doblegó a varios estados árabes en seis días no fue capaz de contener la infiltración de unos miles de gazatíes armados y civiles. El país que infiltra agentes en las filas y la cúpula de sus enemigos, vende buscapersonas con explosivos a Hizbulá e introduce un virus en la central nuclear de Natanz no previó la avalancha de motocicletas, camionetas, parapentes y a pie a pocos metros de su frontera acompañada por varios miles de proyectiles.

Un año después del pogromo, muchos en Israel vuelven a la pregunta formulada en voz baja ese día por niñas asustadas y escondidas debajo de la cama: "¿Dónde está el ejército?".

No estuvo y llegó tarde sobre todo porque la Inteligencia militar (Aman) y el servicio de seguridad interna (Shabak) no dieron importancia a las señales recibidas sobre un grupo que tuvo 16 años para reforzarse.

Amit Yerushalmi, observadora en la base de Nahal Oz cerca de la Franja de Gaza, vigilaba cualquier movimiento al otro lado de la frontera. "Lo que vi hasta finales de agosto era un aumento de los entrenamientos de Hamas. De una vez al mes a varias veces por la semana. También hubo un aumento de desórdenes en la frontera", revela Yerushalmi a cargo de dos cámaras enfocadas a la zona bajo control yihadista. "Vimos unas 30 furgonetas con terroristas que viajaban tres veces al día por la valla fronteriza y paraban en cada posición de Hamas desde Netiv Hasaara en el norte ante Beit Janun hasta Kerem Shalom en el sur ante Jan Yunis y Rafah. Nosotros informamos de todo de forma detallada", añade esta joven, que finalizó su servicio un mes antes del ataque que acabó con el asesinato y secuestro de muchas de sus compañeras. Otra soldado cuenta que vieron ejercicios de simulación de la detonación de la valla fronteriza, asaltos y secuestros.

Los oficiales no tomaron sus avisos en serio porque pensaron que no era la primera vez que Hamas exhibía fuerza y porque, al igual que la cúpula militar y el Gobierno de Netanyahu, estaban aferrados a la creencia de que el grupo de Yehiye Sinwar estaba disuadido y no iba a realizar un ataque terrestre poniendo en peligro su régimen (instaurado en 2007) y su pueblo. Hicieron más caso a lo que ellos pensaban o esperaban que a lo que Hamas hacía y decía como el propio Sinwar, que un año antes había adelantado en un discurso lo que se concretó a las 6.29 de la mañana del 7-O.

El 6 de julio del 2023, una soldado del departamento más sofisticado de la Inteligencia militar, encargado por ejemplo de captar comunicaciones y descifrar códigos, envió un correo electrónico a varios superiores bajo el título: "Muerte en el Kibutz a todo precio". "A finales de mayo, hubo un enorme entrenamiento de dos compañías de Nukhba ante la presencia de líderes de Hamas. Los ejercicios nos demuestran que el plan Muro de Jericó es operativo y que tienen fuerzas para ejecutarlo cuando llegue la orden", escribió esta integrante de la Unidad 8200 en alusión al documento de Hamas, obtenido por la Inteligencia israelí en el 2022, que describe el asalto desde Gaza. Oficiales de Inteligencia militar y del Comando Sur tampoco tomaron medidas al respecto.

Horas antes del ataque, Shabak captó una rara y simultánea activación de numerosas tarjetas SIM israelíes en la Franja de Gaza. Los jefes de los organismos de seguridad mantuvieron urgentes consultas durante la madrugada y decidieron seguir los movimientos pero sin elevar el estado de alerta. Solo movilizaron la unidad de acción del Shabak y enviaron varios drones ante una posible y muy limitada incursión terrorista.

Cadáveres en una carretera principal cerca del kibutz Gevim, próximo a la frontera con Gaza el 7 de octubre de 2023.
Cadáveres en una carretera principal cerca del kibutz Gevim, próximo a la frontera con Gaza el 7 de octubre de 2023.Oren ZIVAFP

La Fuerza Aérea, con cazas que atacan objetivos de los hutíes a casi 2.000 kilómetros de distancia, no supo defender 22 comunidades invadidas en el sur de su país. Según el Canal 11, solo había en alerta inmediata dos helicópteros de combate que, 30 minutos después del ataque, despegaron de la base Ramat David. Sin datos precisos de Inteligencia, tardaron en imponerse en el caos.

Tras el fracaso táctico y estratégico y mientras empezaban a surgir testimonios aterradores de los supervivientes y cadáveres mutilados, Israel inició una ofensiva sin precedentes declarando el doble objetivo de acabar con el poder militar y de Gobierno de Hamas en Gaza y liberar a los secuestrados. Un año después y con la imagen y la posición internacional de Israel golpeadas, el mini ejército de Hamas fue desmantelado pero mantiene efectivos y recluta nuevos en el semidestruido enclave palestino que sufrió el año más duro entre bombas, tanques y evacuaciones.

Al mismo tiempo, no hay negociación para la tregua que libere a los secuestrados. "La prioridad y el deber moral del Gobierno debe ser su vuelta a casa tras ser abandonados hace un año", avisan en la sede del Foro de familias de secuestrados en Tel Aviv en un aniversario que nunca pensaron conmemorar.

Lo que empezó como ataque de Hamas, apoyado por Hizbulá al día siguiente, y continuó con la masiva respuesta israelí se ha convertido en una guerra en siete frentes y un duelo cada vez más directo entre Israel e Irán. Los misiles balísticos iraníes disparados por Teherán son vistos por muchos en Israel como la oportunidad para frustrar a luz del día, lo que intenta retrasar en la sombra desde hace dos décadas: el plan nuclear iraní. Con todo, esta probabilidad no es muy alta a fecha de hoy.

En su guerra más larga, Israel emplea una ingente intensidad de fuego aéreo mientras sus soldados llevan más de 11 meses en la Franja de Gaza y casi una semana en una pequeña parte del sur del Líbano.

"En su doctrina de seguridad, Israel debe hacer guerras cortas", nos comenta Yuval Bitton, jefe de Inteligencia del Servicio Penitenciario que trató a Sinwar en la cárcel. Y critica a Netanyahu: "No supo traducir los éxitos militares en logros estratégicos ofreciendo en Gaza un poder alternativo a Hamas. Esto es lo que teme Sinwar y no que mueran miles de palestinos". Bitton, cuyo sobrino fue asesinado y linchado en un kibutz (su cuerpo sigue en Gaza), refleja el sentir generalizado de su país aún en trauma tras su año más triste: "En Oriente Próximo no sobrevives si no respondes a un ataque tan brutal como el 7-O".