- Israel Benjamin Netanyahu destituye a su ministro de Defensa, Yoav Gallant
- Oriente Próximo Israel cancela su acuerdo de 1967 con la UNRWA tras el veto parlamentario
- Guerra Avances hacia un alto el fuego en el Líbano
Tras una dramática noche en Israel y Estados Unidos, la resaca israelí estuvo marcada por 11 proyectiles de Hizbulá por la mañana y un misil por la tarde contra el centro del país alcanzando por primera vez un aparcamiento en una zona en el complejo del aeropuerto Ben Gurión, cerca de Tel Aviv.
Tras confirmar que no hubo muertos ni heridos, ya que la mayoría de los proyectiles fueron interceptados, la pregunta de muchos israelíes era si el ataque del grupo armado proiraní tiene que ver con la polémica decisión del primer ministro Benjamin Netanyahu de destituir a su ministro de Defensa, Yoav Gallant, la victoria electoral de Donald Trump o un capítulo más en la rutina bélica en una fecha señalizada por Hizbulá: 40 días tras la muerte de su líder, Hassan Nasrala, en un bombardeo israelí en Beirut. Israel, por su parte, prosiguió sus bombardeos y la incursión terrestre en el sur del Líbano.
Al igual que los otros seis frentes abiertos por el ataque de Hamas hace un año y un mes, la guerra con Hizbulá estará bajo la responsabilidad directa del ministro israelí de Exteriores, Israel Katz, a partir de este jueves por la noche, cuando tome oficialmente el relevo de Gallant. Con todo, su papel será secundario y bajo la sombra de Netanyahu que, por otro lado, niega que pretenda ahora destituir también al jefe del ejército, Herzi Halevi.
Netanyahu sostiene que la desconfianza con el ministro de Defensa era tan grande que hacía imposible una gestión eficaz de la campaña contra Hamas y otras milicias en la región. Asimismo, acusa a Gallant de llevar una política independiente y en muchas ocasiones diferente a la del gabinete. "Mi única crítica al primer ministro es que tardó demasiado en destituir a un ministro de Defensa que iba por su cuenta. No es bueno que el ministro de defensa no haga caso al primer ministro y menos aún en esta guerra impuesta por los terroristas", afirma el diputado del Likud, Moshe Saada.
Gallant explica que Netanyahu le despidió debido a sus esenciales diferencias en tres grandes asuntos. Según dijo, no aceptó cooperar para permitir la exención militar de los ultraortodoxos como le pedía Netanyahu para no hacer peligrar al Gobierno, pidió un acuerdo de tregua tras un año de ofensiva para salvar a los secuestrados en manos de Hamas y exigió una comisión estatal de investigación del fracaso del 7-O. "En tiempos de oscuridad, uno navega de acuerdo con su brújula", añadió en el único dardo a Netanyahu en su intervención televisiva.
La destitución y, sobre todo, el timing han sido muy criticados por la inmensa mayoría de los diarios israelíes, incluyendo el conservador Israel Hayom mientras decenas de miles de israelíes protestaban en las calles y los líderes de la oposición celebraron su primera rueda de prensa conjunta en más de un año. Todo ellos denuncian el cambio en la cartera más importante del Gobierno cuando el país está inmerso en su guerra más larga y dura como "acto de locura en detrimento de la seguridad nacional" recordando el motivo real (oposición a la exigencia de Netanyahu de acceder a la presión de los dos partidos ultraortodoxos en lo que respecta al reclutamiento de sus jóvenes jaredíes) y el momento (antes de la anunciada represalia iraní a la réplica israeli de hace 10 dias). Sin mencionar que Katz no tiene la experiencia de Gallant, que es tan necesaria en el Ministerio de Defensa especialmente en estos momentos.
"La destitución del ministro de Defensa en el contexto de la necesidad política de aprobar una legislación que eximiría a los ultraortodoxos del servicio militar es un duro golpe a la seguridad y al espíritu del pueblo, pero no nos doblegará. Y sin entrar en detalles, el momento de la decisión es una negligencia absoluta en materia de seguridad", denunció el líder centrista Benny Gantz en clara alusión a un posible e inminente ataque iraní. Según el jefe de la oposición, el también centrista Yair Lapid, "Netanyahu no puede liderar a Israel en tiempos de guerra. Nuestros soldados y ciudadanos no pueden confiar en él".
"Es una vergüenza. Israel está en medio de una guerra y no hay lugar para hacer política. A Netanyahu solo le importa seguir en el poder, pero esto ya es tocar fondo", dice Guy Holtzman a EL MUNDO en la protesta nocturna en Tel Aviv a la que acudió nada más enterarse de la destitución y cuando todos los focos estaban centrados en las elecciones en Estados Unidos. "Nos sorprendió, pero lo vemos, como todos, como parte de un acuerdo político debido al no reclutamiento de ultraortodoxos", añade su hijo, portando una bandera de Israel que incluye una tela de color amarillo identificada con la lucha para la vuelta de los 101 secuestrados en manos de Hamas.