INTERNACIONAL
Asia

La fortaleza surcoreana en la que se esconde el asediado presidente que se enfrenta al juicio sobre su destitución

Este martes, en el Tribunal Constitucional arranca un juicio político en el que los magistrados decidirán si validan el 'impeachment' votado por el Parlamento o restituyen a Yoon en el cargo.

Un partidario del presidente destituido de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol, discute con agentes de seguridad frente a una barricada que bloquea el acceso a la residencia presidencial.
Un partidario del presidente destituido de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol, discute con agentes de seguridad frente a una barricada que bloquea el acceso a la residencia presidencial.YASUYOSHI CHIBAAFP
PREMIUM
Actualizado

La puerta se ha blindado con cadenas sujetas a los dos postes de metal que están en los laterales. Por arriba, para que nadie pueda saltar, se ha colocado una enredadera de concertinas que se extienden hacia afuera, haciendo un círculo alrededor de la entrada que forma un perímetro de seguridad. Dentro del recinto hay un autobús, aparcado paralelo a la puerta, que sirve de segunda barrera para bloquear el paso. Detrás del autobús, organizándose por turnos de vigilancia, están 200 guardaespaldas bien armados. Son del Servicio de Seguridad Presidencial (PSS), agentes de las fuerzas de élite de la policía surcoreana.

La residencia presidencial de Corea del Sur se ha convertido en una fortaleza inexpugnable en la que se esconde el presidente suspendido por su efímera declaración de ley marcial el pasado diciembre. Yoon Suk Yeol, de 64 años, protegido por su leal equipo de seguridad, continúa recluido en casa con su esposa, seis perros y cinco gatos, desafiando de nuevo una segunda orden de detención.

Las autoridades surcoreanas han dicho que se están preparando para movilizar alrededor de 1.000 policías para intentar, por segunda vez, detener al asediado líder, quien ha sido acusado de abuso de poder e insurrección, un delito que se castiga con cadena perpetua o pena de muerte.

Este martes, en el Tribunal Constitucional de Seúl ha arrancado un juicio político en el que los magistrados tendrán que decidir si validan el impeachment votado por el Parlamento para destituir a Yoon o lo restituyen en el cargo. Se celebrarán cinco audiencias entre el 14 de enero y el 4 de febrero.

Por ahora, por el tribunal no aparecerá Yoon. "El presidente está dispuesto a comparecer en cualquier momento una vez que se resuelvan los problemas de seguridad", manifestó el domingo su abogado.

El rebelde Yoon continuará atrincherado en su fortaleza porque, si sale, se expone a ser arrestado. La residencia presidencial de 15.000 metros cuadrados se encuentra en la ladera de una colina de Hannam-dong, en el centro de Seúl, un exclusivo barrio lleno de embajadas extranjeras y mansiones de las estrellas del K-pop. Este lugar se ha transformado en las últimas semanas en el epicentro de una inaudita batalla política que sacude la estabilidad de una de las grandes democracias de Asia.

Partidarios y detractores

Las protestas contra Yoon, que al principio rodeaban el Parlamento, se trasladaron a Hannam-dong, donde comparten escenario con las manifestaciones diarias de los partidarios del presidente suspendido. Este último grupo lo integran los seguidores más conservadores y nacionalistas del partido gobernante, incluidos conocidos youtubers de extrema derecha y líderes de las iglesias evangélicas, que abrazaron todas las teorías conspiranoicas (una oposición confabulada con Corea del Norte para derrocarlo, espías chinos infiltrados en el Parlamento...) que soltó el líder para justificar el fallido golpe de Estado que intentó bajo la ley marcial.

Nada más arrancar este año, los surcoreanos presenciaron estupefactos el primer capítulo bochornoso del show que se ha montado en torno a la detención de Yoon. La policía y agentes de la oficina anticorrupción irrumpieron en la residencia presidencial para arrestarlo, pero no pudieron traspasar la barrera de su guardia pretoriana.

El equipo de seguridad presidencial tiene la función de proteger al líder del país y Yoon, a pesar de estar suspendido, sigue siendo el presidente electo, por lo que estos agentes han considerado que la orden de arresto es una amenaza para la seguridad del presidente.

El viernes, el jefe de este equipo de seguridad, Park Chong-jun, renunció a su cargo tras anunciarse una investigación formal contra él por bloquear el arresto del presidente. Park declaró delante de los periodistas que la actual orden detención era una herramienta "incorrecta", pero que debía evitarse "cualquier enfrentamiento físico y derramamiento de sangre".

Las palabras de Park hacían referencia a un posible nuevo choque entre los guardaespaldas y la policía cuando los segundos traten de ejecutar la segunda orden de arresto, que fue ampliada la semana pasada después de que el plazo de la primera expirara el lunes 6 de enero. "Nos prepararemos minuciosamente para la ejecución de la orden como si el segundo intento fuera el último", dijo Oh Dong-woon, fiscal jefe de la agencia anticorrupción

Una vez que la policía logre sacar a Yoon de su residencia, comenzará una cuenta atrás de 48 horas para que los investigadores lo interroguen por la ley marcial y soliciten otra orden de arresto para prorrogar la detención del presidente que envió en diciembre al Parlamento soldados armados con fusiles.