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La policía de Corea del Sur utiliza escaleras para entrar en la fortificada residencia presidencial y detiene al presidente que declaró la ley marcial

El equipo de seguridad presidencial se ha enfrentado a los agentes para tratar de bloquear la ejecución de la orden de arresto contra Yoon Suk Yeol

Tres mil agentes de policía logran detener al presidente de Corea del Sur atrincheradoE.M
Actualizado

Terminó en Corea del Sur el show en torno a la detención del presidente Yoon Suk Yeol. Después de horas de enfrentamientos con su guardia pretoriana, con sus 200 guardaespaldas, finalmente la policía, ayudándose de varias escaleras, logró entrar en la residencia presidencial, sortear las barricadas de autobuses y filas de hombres armados, y arrestar al líder suspendido de sus funciones por intentar dar un golpe de Estado el pasado diciembre declarando la ley marcial.

Yoon (64 años) estaba atrincherado en la residencia presidencial protegido por su equipo de seguridad, que se negaba a dejar paso a alrededor de 3.000 agentes que fueron desplegados para ejecutar la orden de arresto contra el asediado político conservador. La detención de Yoon es la culminación de casi seis semanas de una inaudita crisis política en una de las grandes democracias de Asia.

Desde la madrugada del miércoles, las televisiones surcoreanas estuvieron emitiendo imágenes de la policía y de agentes de la Oficina de Investigación de la Corrupción (CIO) tratando de abrirse paso entre una multitud que apoya a Yoon y que estaba concentrada en los alrededores de la residencia presidencial, ubicada en una colina en Hannam-dong, uno de los barrios más exclusivos del centro de Seúl.

En una declaración en video de tres minutos que se hizo pública tras el arresto, Yoon apareció diciendo que había aceptado comparecer ante los funcionarios de la oficina anticorrupción que lo investigan. "Aunque se trata de una investigación ilegal, accedí a presentarme ante el CIO para evitar cualquier derramamiento de sangre. Sin embargo, esto no significa que apruebe la investigación", dijo el detenido.

Yoon añadió en su declaración que "se ha roto el estado de derecho en Corea del Sur" y que ni las agencias que lo investigan, ni los tribunales que emitieron las órdenes de arresto, tenían el poder para hacerlo. El político fue llevado hasta las oficinas del CIO para ser interrogado.

Los investigadores ahora pueden retener a Yoon hasta 48 horas a la espera de una orden judicial para mantener el arresto durante al menos 20 días más antes de ser llevado a juicio tras ser acusado formalmente.

A principios de enero, los agentes de al oficina anticorrupción fracasaron en su primer intento de detener al presidente al no poder traspasar la barrera del Servicio de Seguridad Presidencial (PSS), escoltas de las fuerzas de élite de la policía surcoreana que lo protegían. Estos bloquearon la entrada con autobuses como barricadas y llenaron la puerta de alambre de púas, convirtiendo la casa de Yoon en una fortaleza.

El equipo de seguridad presidencial tiene el cometido de proteger al líder del país y Yoon, a pesar de estar suspendido, sigue siendo el presidente electo, por lo que estos guardaespaldas consideraban que la orden de arresto representaba una amenaza para la seguridad del presidente.

Agentes de policía caminan hacia la residencia oficial del presidente surcoreano destituido Yoon Suk Yeol en Seúl el pasado 15 de enero.
Agentes de policía caminan hacia la residencia oficial del presidente surcoreano destituido Yoon Suk Yeol en Seúl el pasado 15 de enero.EFE

El miércoles se hicieron virales en toda Corea las imágenes en las que se podría apreciar cómo los policías desplegados para detener a Yoon habían logrado entrar en la fortificada residencia presidencial y estaban pasando por encima de los autobuses usando escaleras.

Después de un choque inicial de más de dos horas y media entre la seguridad presidencial y la policía, los primeros decidieron retirarse tras escuchar la declaración pública del presidente interino. "La ejecución de la orden de arresto presidencial ha comenzado. Esta situación es un momento crucial para mantener el orden y el estado de derecho en Corea del Sur", soltó Choi Sang-mok, el actual líder,.

Yoon, acusado de abuso de poder e insurrección, un delito que se castiga con cadena perpetua o pena de muerte, fue apartado del poder el 14 de diciembre tras salir adelante el impeachment votado por el Parlamento. El martes, Yoon se ausentó de la primera audiencia en el Tribunal Constitucional de un juicio en el que los magistrados tendrán que decidir si validan la moción de destitución o restituyen al líder en el cargo. El tribunal tiene 180 días para tomar su decisión. Si finalmente confirma la destitución, se convocarían elecciones presidenciales anticipada para los siguientes 60 días.

Desafiando las gélidas temperaturas de la madrugada en Seúl, muchos manifestantes a favor de Yoon se reunieron en Hannam-dong para tratar de bloquear el segundo intento de arresto, mientras que las calles que rodean al recinto fueron cerradas por vehículos policiales.

Los partidarios de Yoon, en su mayoría personas mayores votantes del gobernante Partido del Poder Popular (PPP), se enfrentaron a la policía diciendo que la orden de arresto era una "farsa". También se escucharon gritos como "Fuera el Partido Comunista Chino", en referencia a una de las teorías de la conspiración que lanzó Yoon para justificar su declaración de la ley marcial: que espías chinos habían interferido en las elecciones parlamentarias del año pasado, en las que arrasó la oposición.

"Lucharé hasta el final", escribió Yoon a principios de mes en una carta dirigida a sus seguidores más leales, aquellos ligados a la facción más nacionalista y conservadora del PPP, incluidos conocidos youtubers de extrema derecha y líderes de las iglesias evangelistas.

Muchos de estos simpatizantes, abrazando el "estilo Trump", participan en las manifestaciones ondeando banderas estadounidenses, denunciando que la democracia surcoreana está bajo amenaza y que la prensa está llena de "noticias falsas" para empujar la caída de Yoon. El miércoles se escuchó grito bastante familiar entre los republicanos de Washington: "Hacer que Corea vuelva a ser grande".

Los fieles del asediado líder se han cruzado a diario en la protestas con los manifestantes que apoyan el impeachment, quienes también se presentaron el miércoles, muchos de ellos envueltos en mantas térmicas por el frío, en los alrededores de la residencia presidencial. "¡Arréstenlo!", gritaban.

Las autoridades montaron un dispositivo sin precedentes para ejecutar, esta vez con éxito, la orden de arresto contra el presidente que envió soldados armados al Parlamento bajo una efímera ley marcial y que ha ignorado todas las citaciones para ser interrogado por ello. Yoon se ha convertido en el primer presidente en funciones en la historia de Corea del Sur en ser arrestado.