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Trump da luz verde a Israel para que siga ocupando el sur del Líbano

Tel Aviv ya ha anunciado que incumplirá los términos del alto el fuego firmado en noviembre que puso fin a la guerra con Hizbulá, lo que dispara una vez más la tensión en la franja fronteriza.

Un vehículo blindado de la FINUL se acerca a un control de carretera del ejército libanés cerca de la frontera con Israel.
Un vehículo blindado de la FINUL se acerca a un control de carretera del ejército libanés cerca de la frontera con Israel.AFP
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La oficina del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, confirmó el viernes que su ejército se dispone a ignorar el límite de los 60 días establecidos en el acuerdo de alto el fuego que puso fin a los enfrentamientos entre Tel Aviv y los paramilitares libaneses de Hizbulá en noviembre, y permanecerá en las zonas del sur del país árabe que sigue ocupando.

El jefe del ejecutivo israelí hizo esas declaraciones después de recibir luz verde en ese sentido del nuevo presidente de EEUU, Donald Trump, uno de cuyos representantes, Brian Hughes, se pronunció en ese mismo sentido. "Todas las partes comparten el objetivo de garantizar que Hizbulá no tenga la capacidad de amenazar al pueblo libanés ni a sus vecinos. Para lograr estos objetivos, se necesita urgentemente una prórroga breve y temporal del alto el fuego", declaró el portavoz del consejo de seguridad nacional de la Casa Blanca.

Según el pacto firmado por Israel, sus fuerzas debían ceder los territorios ocupados al ejército libanés, que junto con los cascos azules de Naciones Unidas, deben comprobar que los militantes de Hizbulá no actúan al sur del río Litani, una linde natural situada a unos 30 kilómetros de la divisoria entre ambas naciones.

Las fuerzas armadas libanesas han acusado a sus homólogos israelíes de "procrastinar" a la hora de retirar a sus soldados de las aldeas libanesas fronterizas, lo que ha generado un círculo vicioso ya que Tel Aviv culpa a los militares árabes de no desplegarse en esas mismas poblaciones.

Según el comunicado de la oficina de Netanyahu, el acuerdo del año pasado "no ha sido aplicado plenamente por el Líbano". Para el ejecutivo israelí, el acuerdo "fue redactado de esa manera a partir del entendimiento de que el proceso de retirada podría demorarse más de 60 días".

Los uniformados libaneses han replicado que sus fuerzas armadas están "en disposición para completar su despliegue tan pronto como el enemigo israelí" deje las referidas posiciones, como hizo en las últimas semanas cuando los combatientes del estado vecino dejaron enclaves como Naqura o Jiam.

El diario libanés L'Orient Le Jour indicó que los uniformados locales se han instalado en al menos 40 posiciones de Hizbulá y han requisado un significativo número de armas en esos reductos.

Israel no ha informado del periodo de tiempo en el que permanecerá ocupando la región fronteriza, lo cual ha incrementado una vez más la tensión en esa zona. La radio israelí, citando a fuentes de la administración local, indicó que sus soldados pueden seguir allí durante varias "semanas", ya que Tel Aviv anunció recientemente que las decenas de miles de habitantes que tuvieron que abandonar las localidades de la frontera situadas del lado de Israel no volverán hasta marzo.

Según varios medios de comunicación libaneses, este sábado cientos de residentes de esa franja recibieron llamadas supuestamente de portavoces israelíes que les instaban a no intentar retornar el domingo a sus domicilios. Los militares también cerraron con barreras de tierra los accesos a decenas de villorrios, intensificando el movimiento de sus tropas, aviones y drones.

Libano eligió un nuevo presidente a principios de este mes, Joseph Aoun, quien exigió a Israel que abandonara los distritos que controla en el sur. Como escribió el columnista local Salah Hijazi, la determinación israelí supone un notable desplante para la autoridad del nuevo jefe de estado, que está intentando afirmar su poder frente a la decisiva influencia que tuvo Hizbulá y sus aliados sobre la administración de la nación árabe durante años.

"Israel reforzará los argumentos de quienes insisten que las 'armas de la resistencia' (las milicias de Hizbulá) son esenciales para proteger al Líbano", escribió en L'Orient Le Jour.

Aprovechando el alto el fuego, Israel ha destruido cientos de viviendas en el sur del país, como confirmó una investigación del diario estadounidenseThe Washington Post, a una media de 26 por jornada.

El 24 de diciembre, Beirut comunicó a los mediadores que vigilan la tregua que había contabilizado 800 violaciones israelíes de tal pacto en las primeras semanas de su aplicación. El referido diario corroboró más de 400 ataques aéreos, con misiles o fuego de artillería entre el 27 de noviembre y el 6 de enero. Hizbulá respondió en dos ocasiones. L'Orient Le Jour contabilizó más de 30 muertos a causa de estas acciones armadas.